*En su segundo informe, los expertos del GIEI
presentaron un análisis de telefonía que muestra cómo al menos siete celulares
de los normalistas estuvieron activos días después del ataque perpetrado en
septiembre de 2014.
Ciudad de México. | 26 abril de 2016
Tribuna Libre.- “En todos los casos hay indicios de malos tratos y tortura”, concluyeron
los expertos del GIEI, tras revisar los informes médicos y de lesiones de 17
detenidos por la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa; incluyendo
el de Gildardo López Astudillo, señalado como responsable de ordenar el ataque
a los normalistas.
Las lesiones de
los detenidos “no son explicables bajo ninguna circunstancia”, dijo Carlos
Beristain, al detallar que los informes médicos muestran cómo esas heridas se
multiplicaron después de la detención.
Además del caso de
Gildardo López, los casos revisados y confirmados con lesiones fueros los de 5
inculpados que declararon sobre la quema de los estudiantes, 7 policías de
Iguala y 4 de Cocula.
“Si se hace un
informe médico después de la detención no debería haber lesiones en los
informes médicos posteriores (…) de una lesión registrada, en el siguiente
informe se reportan 14 o 22”.
Los datos sobre
los informes médicos son los que PGR entregó en el expediente del caso.
Los expertos
agregaron que los 17 casos analizados sobre lesiones son solo una muestra.
“Entre los detenidos por el caso hay más indicios de tortura”, indicaron en
conferencia de prensa posterior a la presentación del segundo informe.
“El 80% de los
detenidos tiene lesiones, no sabemos cuántos son efectivamente víctimas de
tortura, pero de los 17 casos revisados por el GIEI, cinco declararon para
concluir que ocurrió la quema en el basurero de Cocula”.
Agregaron que de
los 17 casos de lesiones analizados por el GIEI, quince presentaron quejas por
tortura ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
Explicaron que no
existen datos en los informes médicos sobre a qué se deben las lesiones de los
detenidos y detallaron que solo “algunos” mencionan “maniobras de
sometimiento”, además, el número de lesiones aumentan desde el primer informe
médico, tras la detención y los consecuentes.
Carlos Beristáin
dijo que existen diferentes tramos en la investigación en los que aparece la
tortura, pero que son tres los que están claramente identificados: el primero
cuando las lesiones aparecen después de la detención, las cuales podrían estar
ligadas a las “maniobras de sometimiento”.
El segundo ocurrió
en el trayecto después de la detención. “Hay casos en los que las lesiones
aparecen en el trayecto a la SEIDO
(Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada).
Cuando llegan ahí, hay nuevas lesiones”, dijo.
El tercero ocurre
durante el periodo en detención o arraigo, puesto que “ya detenidos comienzan a
presentar nuevas lesiones”.
Tras conocer estos
casos, los expertos del GIEI informaron a la PGR y a la CNDH sobre el estatus
de las lesiones de algunos de los detenidos y llamaron a que se les practicaran
pruebas “pero que sean independientes de quien hace la investigación para que
los resultados sean útiles”
Los siete celulares activos tras el ataque
Los expertos del
GIEI también presentaron un primer análisis de telefonía que muestra cómo al
menos siete celulares de los normalistas estuvieron activos días después del
ataque.
Contrario a lo que
indica la versión de PGR de que todos los aparatos fueron quemados en el
basurero de Cocula, se pudo confirmar que al menos siete celulares estuvieron
activos horas y días después del ataque y del supuesto incendio en el que
fueron asesinados lis normalistas.
Destaca el celular
de Jorge Anibal Cruz que envío un mensaje a su familia a la 01:00am del 27 de
septiembre y la señal fue ubicada en Huitzuco.
“Este estudiante
estaba vivo, lo que se contradice con la versión oficial de que los estudiantes
habrían sido asesinados. Es una línea de investigación no agotada”.
El análisis
permite observar cómo siete policías de Iguala estuvieron, durante las horas
del ataque, en constante contacto con un sujeto que se identificó como
‘Caminante’.
A la fecha, no hay
más datos sobre ‘Caminante’ ni se ha entregado información sobre el número
celular al que policías se comunicaron la noche del 26 de septiembre; pero el
análisis muestra cómo este sujeto coordinó las actividades durante el ataque.
El informe del
GIEI también detalla que el ataque del 26 de septiembre de 2014 estuvo
coordinado y controlado “toda la noche”.
Mencionaron la
participación de la policía de Huitzuco y de bloqueos en la zona de Mezcala
para aislar él área de Iguala.
“Hubo una coordinación
perfecta entre policías para generar un círculo de control para evitar la
salida de los buses de Iguala”.
Los expertos
destacaron las inconsistencias en la investigación de la PGR. Mostraron cómo el
28 de octubre de 2014 acudieron a la zona del Río Cocula con uno de los
detenidos, Agustín García Reyes, sin que haya registro de las actividades que
realizaron.
Asimismo,
mostraron imágenes de peritos recogiendo evidencia ósea en él área, sin que
exista información de lo recolectado o los resultados de esa indagatoria.
Un día después de
esa visita de PGR no registrada en el expediente, se informó del hallazgo de
restos que después fueron identificados como los de Alexander Mora.
En conferencia de
prensa posterior a la presentación del segundo informe, los peritos señalaron
que “hay evidencia de cosas que no están en el expediente y que tienen que ser
investigadas. De lo que ocurrió el 29 (de octubre) sí hay registro pero nada de
lo que se hizo un día antes”.
Tras la
presentación del segundo informe del GIEI, el presidente Enrique Peña Nieto
agradeció la presentación y las recomendaciones sugeridas por los expertos
independientes y señaló que “la PGR analizará el informe completo, para
enriquecer su investigación sobre los trágicos hechos del 26 y 27 de septiembre
de 2014”.