Homero
Aguirre Enríquez | 22 abril de 2016
Tribuna Libre.- Desde hace varias semanas, algunos
periodistas poblanos han protagonizado una sucia campaña de agresiones
mediáticas contra el Movimiento Antorchista y sus líderes en Puebla y en el
país. ¿Cuáles son las razones de fondo de esta andanada de lodo y quiénes la
patrocinan?
Aparte de su lucha cotidiana por mejorar las
condiciones de vida de muchos mexicanos empobrecidos, entre los que destacan
los poblanos, el antorchismo demanda e impulsa cambios de fondo a todos los
niveles de la política de nuestro país, lo que se resume en el planteamiento,
acompañado de datos oficiales e investigaciones de organizaciones
internacionales muy sólidas, como la Oxfam y otras, que no son sospechosas de
izquierdismo, de la urgencia de cambiar la política económica de nuestra
patria, para que haya empleo para todos, salarios que sirvan para vivir con
dignidad, una política fiscal progresiva en donde pague más quien más ingresos
tenga, y una reorientación enérgica del gasto público para beneficiar a los más
pobres, así como en el llamado a crear una fuerza social formada por millones
de personas que arribe al poder e instrumente esa política, todo dentro del
marco constitucional. Junto con eso, los antorchistas hemos criticado la
insensibilidad y prepotencia con que algunos miembros destacados de la clase
política mexicana se conducen respecto a las necesidades y dolores que la
pobreza genera entre los mexicanos, y a la “milagrosa” transformación que
muchos de esos políticos escenifican cuando son tiempos electorales y prodigan
abrazos, sonrisas y promesas que no están dispuestos a cumplir.
Esas verdades, sostenidas siempre, incluso
durante las coyunturas electorales, han guiado nuestra trayectoria de más de
cuatro décadas y son, junto con la decidida lucha cotidiana a favor de los más
pobres, la explicación principal de la autoridad moral y la aceptación que
tiene Antorcha entre muchos mexicanos, y también la causa por la que la atacan
quienes quisieran verla convertida en una sumisa fábrica de votos, entre los
que están algunos de los que tienen en sus manos la correa de esos
“comunicadores”.
Obviamente, no aspiramos a que todo mundo
esté de acuerdo con nosotros, pero la verdad es que hasta ahora nadie ha hecho
una refutación serena y argumentada de lo que proponemos para el país; nadie ha
demostrado que es falso lo que decimos, e impracticable lo que proponemos;
ninguno ha podido publicar datos que prueben que nuestro país es equilibrado y
justo, que la gente gana bien y hay muy pocos pobres, que no carece de empleo,
escuelas y servicios, que los políticos son honrados y cumplen su palabra y que
los principales medios están al servicio de la verdad y el interés de las
grandes mayorías. Ni el más cínico le ha entrado por ahí. En vez de eso, se ha
dado la orden de enlodarnos: por turnos, grupos de poder han dado la consigna
de que cada “reportero” se despache a su gusto en epítetos, calumnias abiertas,
inventos desaforados y toneladas de basura verbal, según el tamaño del cheque
que reciba, e inversamente proporcional a su falta de escrúpulos. Y luego, lo
más preocupante, cuando piensan que el terreno está suficientemente remojado y
la opinión pública totalmente predispuesta en contra de los antorchistas, no
son pocas las ocasiones en que el ataque mediático ha sido secundado por una
agresión física, una acción represiva o un crimen brutal. Ejemplos hay muchos:
el asesinato del joven activista Jorge Obispo, sacrificado en el domicilio de
nuestro Secretario General; el secuestro y brutal asesinato de don Manuel
Serrano Vallejo, los homicidios de antorchistas en Huitzilan de Serdán y en
otras partes del país, las agresiones a manifestaciones, los desalojos
violentos, etc., han sido precedidas de campañas de calumnias y ataques
infamantes. No es descabellado pensar que en Puebla estamos ante una campaña de
este tipo, por lo que exigimos un alto inmediato a los ataques, sea quien sea
que los esté patrocinando.
Para que el lector desprejuiciado nos
comprenda mejor, les ponemos algunos ejemplos de este periodismo de retrete: 1)
Un tipo llamado Alejandro Mondragón, en un programa de radio
llamado “Al Portador”, vociferó
al micrófono: “¿Quién dijera? Aquiles Córdova: <>. No, no. ¡Son unos hijos de la chingada los antorchos!”. 2) Mario Alberto Mejía, director del periódico 24 horas Puebla: “Con esos
liderazgos no vale ir ni a la esquina. Ni al burdel más barato”. 3) Arturo Rueda, director de Cambio, famoso porque ha sido grabado al pedir dinero
a cambio de no atacar a un político poblano, en su nuevo programa de radio
lanzó al aire la siguiente pregunta: “¿Quiere usted mentarle la madre a los de
Antorcha Campesina?”. Acto seguido, un tal Zeus Munive, que funge como su comparsa,
agregó: “Para
que nos mande un bonito recordatorio a la mamá de don Aquiles Córdova Morán,
así como de Juan Celis Aguirre”. 3) Javier
Arellano Ramírez, del diario Cambio, al referirse al líder
nacional antorchista: “remedo de Cantinflas… ¿Qué palabra? ¿Qué moral puede
tener este dinosaurio, consumado maestro del chantaje político? 4) Ricardo Morales, director del portal efekto10.com: “Nadie en su sano
juicio puede confiar en esta célula paramilitar…”. Hasta aquí el repertorio
vómico, lanzado casi al unísono contra los líderes de una organización popular
en la que militan y confían muchísimos mexicanos trabajadores, que con toda
razón se sienten agraviados por estos ataques infames y exigen que se denuncie
y se detenga a quien los patrocine.
“No voy a entrar, por supuesto, a refutar ni a demostrar la falsedad e
inconsistencia de los “argumentos” de esos señores y otras especies menores que
los secundan. No está eso en mi interés y, además, al lector inteligente le
quedará claro, sin necesidad de más palabras, que las bajezas, las leperadas o
las “acusaciones” que no se demuestran de ninguna manera, no pueden refutarse
con argumentos lógicos ni por ninguna otra vía que tenga que ver con la
inteligencia; que el único recurso en casos como éste consiste en oponer a la
majadería otra majadería mayor, a la calumnia otra más estridente, a la
acusación sucia, una suciedad que la supere. Y yo no voy a entrar en esa
competencia entre majaderos de a tanto la línea.”, escribió hace tiempo el Ing.
Aquiles Córdova Morán, para referirse a ciertos majaderos. Sin más palabras, la
respuesta se aplica exactamente a estos de los que hoy nos ocupamos.
No obstante, hay dos elementos que es indispensable dejar anotados aquí,
para futuras aclaraciones y decisiones. Primero: el diario Cambio, donde Arturo
Rueda y Javier Arellano despotrican y lanzan estiércol a sus anchas, es el
brazo mediático de Enrique Doger Guerrero, un conocido integrante del PRI y
actualmente delegado del IMSS en esa entidad. Segundo: tanto Ricardo Morales
como Alejandro Mondragón son desde hace tiempo voceros del priismo poblano. Que
cada quien saque sus conclusiones.
No tendrá que pasar mucho tiempo para que asome la oreja de quienes pagaron
la embestida contra Antorcha. Por lo pronto, a los atacantes se les puede
aplicar aquello que escribió Rodolfo Usigli: “Tienen la talla que empinas/ y las obras que perpetras/ proporciones
tan mezquinas,/ que mejor que hombre de letras/ eres hombre de letrinas”.