Cosamaloapan, Ver. | 19 mayo
de 2016
Tribuna Libre.- El rol más
lamentable que ha desempeñado Miguel Ángel Yunes es el de pseudo víctima. Es
verdaderamente increíble que ahora pretenda victimizarse. Él no es la víctima:
es el verdugo.
A quien debe
aclarar su conducta es a las niñas que lo han denunciado, que lo señalan. A las
instituciones que desfalcó. A los medios de comunicación serios y respetables
que denuncian una riqueza que no puede explicar con argumentos.
A personas
honorables, como el padre Alejandro Solalinde, a quien descalifica. A Lydia
Cacho a la que persiguió. A las comunidades que reprimió. A los padres de las niñas
a quienes destruyó su vida. A los miles de desvalidos que no tienen voz y que
hoy han encontrado la posibilidad de justicia.
Cada quien es
responsable de sus actos y de su reputación.
Yo no necesito
polígrafos porque Veracruz cree en mi palabra. No necesito exoneraciones porque
nadie me ha acusado de ningún delito. Nunca. Jamás.
Sí. Tengo pena.
Pena por tanta gente lastimada que ha sufrido por su irresponsabilidad. Pena
por la gente defraudada en su confianza y en su porvenir.
El problema de
Miguel Ángel no es conmigo. Es con sus víctimas y con su desprestigio. Mi
problema no es con Miguel Ángel Yunes: es con lo que él representa. Todo
aquello a lo que Veracruz no debe volver. Todo aquello que debe ser castigado.
La verdad no se
escupe: se defiende y se pronuncia.
He sido así 37
años. No voy a cambiar hoy.