* Atentado en oficina de líder del PAN * Agresiones y memes en redes sociales * Desde un sillón promueve Marcelo a
Héctor * Ve perverso Bahena a Yunes azul
y se va * Él avaló la candidatura”,
responde Ricardo Anaya * Ningunean a Martha Herrera * Lista nominal: 5 millones 575 mil
electores * Linchan morenistas a María
Elena Oloarte
Mussio Cárdenas Arellano | 01 junio
de 2016
Tribuna Libre.- A las 3 de la
mañana se llegó al clímax. Ardía la oficina del líder del PAN, Jesús Mancha
Alarcón. Ardía por el efectos de las bombas molotov, el fuego que se extiende y
que describe que la violencia electoral es real.
31 de mayo. Esa
madrugada se confirma que Veracruz es tierra de nadie, las bandas
delincuenciales como reyes que actúan sin más ley que la suya y que siembran
miedo porque a la inseguridad brutal que fue forjando el duartismo, se embiste
a los adversarios de la pandilla duartista.
A esa hora, las 3,
llegan cinco individuos. Encañonan al vigilante. Irrumpen en las oficinas del
dirigente panista, operador del candidato a gobernador, Miguel Ángel Yunes
Linares, lanzan bombas molotov.
Se da el hecho en
la calle Oriente esquina Cantera, en el fraccionamiento La Marquesa, en Xalapa,
capital de Veracruz. Sus oficinas son alternas a las del comité estatal del
PAN, sin registrarse daño a personas, sólo daños materiales por 400 mil pesos.
Un vecino se
percata del ataque. Reclama e intenta disuadir a los delincuentes. Una de las
bombas molotov es arrojada sobre el inmueble, pero no logra estallar. Los
atacantes huyen en automóvil.
Minutos después
difunden el hecho los panistas y un sector de la prensa. Otros lo hacen al
amanecer. Se sacuden los medios, difundiendo el más grave suceso violento en lo
que de la contienda por el microgobierno de Veracruz.
Ahí mismo habla
Jesús Mancha, tras arribar al lugar de la explosión. Dice que es un acto de
intimidación mientras relata cómo ocurrió, el hombre amagado, supuestamente
rociado de gasolina, sin más daño que la impresión y el miedo.
“El gobierno está
un poco desesperado por los comicios de este domingo, saben que no van bien,
saben que Miguel Ángel Yunes Linares les lleva ventaja y esto intenta ser un
acto de amedrentamiento pero no lo van a lograr”, señala Mancha Alarcón.
No hay, a juicio
del líder panista, otro sospechoso mas que el gobierno de Veracruz, Alí Babá y
los 40 duartistas, inédita la desesperación por retener el poder.
"Yo
responsabilizo a Javier Duarte de lo que me pueda pasar a mí o a mi familia
—agrega Jesús Mancha—, porque está claro que fue un atentado en contra del
dirigente del PAN, no de mi persona, pero sí del cargo que ocupo o que ostento
y está claro que fue para decirme: aplácate”.
Ahí se realizaban
las reuniones en corto con el equipo dirigente del PAN y con las cabezas de la
campaña de Yunes azul.
Hay reacciones en
el PAN y PRD nacionales, los partidos que integran la coalición “Para Rescatar
Veracruz”. Hay una condena general a la violencia que domina ya el panorama
electoral. Es la estrategia del miedo. Es la táctica para inhibir a los
electores, que no acudan a votar, que reine el abstencionismo. Y donde hay
abstencionismo, el PRI gana con su voto duro.
Pasa Veracruz por
una escalada de violencia, sangre, secuestros y levantados, mutilados y
desaparecidos, agravada por la corrupción sin límite de Javier Duarte y su
banda, el círculo cercano acusado de desvío de 35 mil millones de pesos de
origen federal.
Quien reacciona
ante la imputación es el Pato de Tuxpan, alias Alberto Silva Ramos, vocero de
Javier Duarte, tuitero, falaz e irreflexivo titular de la Coordinación de
Comunicación Social del gobierno de Veracruz, al que lo alcanzan las denuncias
de la Auditoría Superior de la Federación por desvío de recursos federales.
Intenta el Pato
tender una cortina de humo. Invoca un conflicto entre panistas cuando el 30 de
abril de 2013 no resultó electo candidato a diputado local Miguel Ángel Yunes.
Liga su
“argumentación” a un video donde Yunes Linares tiene un enfrentamiento verbal
con militantes.
Nada tiene que ver
el sofisma del vocero con el bombazo en las oficinas de Mancha Alarcón. Aún
así, dice el Pato Silva que “no es la primera vez que lo hace (Yunes Linares).
Lo mismo hizo en el Comité Municipal de Boca del Río donde se peleó a golpes
con una persona de la tercera edad”.
Si esa es la
defensa de Javier Duarte, mejor que contrate a un abogado de carne y hueso.
Abril 17. Juan
Bueno Torio, candidato independiente al gobierno de Veracruz, arriba a la
colonia Antorcha Campesina. Intenta realizar labor proselitista, caminar por
sus calles, exponer su oferta política.
Le salen al paso
dirigentes y militantes de la agrupación antorchista, rodeándolo, conminándolo
a retirarse. Les expresa que las calles no son suyas, que impiden el libre
tránsito, la libre manifestación de ideas.
Así va el estire y
afloje. Paso que da, paso que lo interceptan. Camina y lo bloquean. Finalmente
da marcha atrás y aún así es hostigado, sobre el candidato independiente las
voces altivas del antorchismo, uno de los grupos violentos de que echa mano
Javier Duarte, de cuya mano Minerva Salcedo llegó al Congreso de Veracruz.
Minerva Salcedo no
tiene mérito alguno. Es diputada porque su esposo, Samuel Aguirre, es el líder
de Antorcha Campesina, organización que invade predios según le indique Javier
Duarte, violadores de la ley.
Bueno Torio vivía
momentos tensos en Córdoba, su propia tierra. No lo dejaban dar un paso más. Y
le advertían:
“Usted dijo que
hasta aquí y se retiraba, ¿ya ve como no tiene palabra? Porque dijo hasta aquí
y me retiro y no me ande pegando porque me está empujando. Ya retírese porque
aquí estamos en la Antorcha y no queremos gente de ningún candidato más que el
PRI, y ya se está tardando joven, lo que usted quiere es provocarnos”.
Juan Bueno
expresó: “Hoy me han quitado el derecho al libre tránsito algunos dirigentes
del movimiento antorchista en Córdoba”.
Mixtla de
Altamirano no solo es pobre, también es violento. Ahí gobierna el PAN. Ahí la
presidenta municipal, María Angélica Méndez Margarito, azuzó al panismo, se
produjo un enfrentamiento con militantes del Partido Verde y al candidato al
diputado, Tomás López Landero, le quemaron un vehículo.
Eran las 11 de la
mañana, este martes 31, cuando ocurrió la agresión. 50 trabajadores municipales
enfrentaron a los seguidores de Tomás López Landero. Hubo trifulca y el
vehículo fue consumido por las llamas.
En respuesta, el
secretario del ayuntamiento, Rigoberto Cocotle, fue retenido por los pevemistas
enardecidos.
En los distritos
la guerra se libra en las redes sociales, con agresiones verbales, difamación y
agravio. Abunda el insulto, la descalificación, el ataque a la vida privada, la
imputación de todo y fraude.
Lejos de Xalapa,
Héctor Yunes tiene un huésped de su mismo corte: Don Beltrone. Lo acompaña
Manlio Fabio en Coatzacoalcos, Las Choapas, Agua Dulce, Moloacán y Nanchital,
donde el PRI está en crisis, sin intención de voto, apostándole al fraude,
diseñada por ellos la estrategia de lodo contra sus adversarios.
Héctor Yunes
tendrá otro invitado de lujo, al concluir su campaña en Soledad de Doblado, su
tierra natal: Emilio Gamboa Patrón, líder de los senadores del PRI, dueño a
medias del partido tricolor. A él seguro le reclamará que aparezca entre la
banda señalada de pederastia, ligado a Succar Kuri, a Kamel Nacif, al ex
gobernador de Puebla, Mario Marín.
A su primo Miguel
Ángel le llamó “enfermo sexual”, “violador” y “abusivo” por las acusaciones de
pederastia que Yunes Linares refutó con documentos de la Procuraduría de
Justicia de Quintana Roo.
Más grave es lo
que se le imputa a Gamboa Patrón. Son más ligas con Jean Succar Kuri, el
empresario que purga una condena de casi 120 años por pederastia. Son ligas con
la “red de pederastas” a las que se refiere la periodista Lydia Cacho en su
libro “Los Demonios del Edén”, cuya principal figura, Edith Escalada, terminó
retractándose, queriendo lucrar, demandando a la autora el pago de un porcentaje
de las ventas del libro.
A su lado estará
Gamboa Patrón. Seguro ahí le llamará Héctor Yunes “enfermo sexual”, “violador”
y “abusivo”.
Cierra esa jornada
Jesús Yunes García, sobrino de Miguel Ángel Yunes Linares, a quien le atribuye
una amenaza. Justo la presenta al final de la campaña. Es parte de la guerra de
lodo.
“En una ocasión en
una fiesta familiar, él me amenazó. Me dijo que me mantuviera yo callado o
tranquilo, si no me iba a romper la madre, por eso vine a poner la denuncia”.
Acusa que ha recibido
llamadas amenazantes. Dice que no teme a Yunes Linares pero mejor interpone la
denuncia ante la Fiscalía General de Veracruz.
Hay un dato
relevante. Asegura Jesús Yunes García ser comerciante. Sí y algo más que no
dice: “aviador”. Aparece en la nómina del Instituto de la Policía Auxiliar y
Protección Patrimonial (IPAX) por instrucciones del comisionado Fernando
González Ortiz, dado de alta el 4 de febrero de 2016, luego de haber organizado
la comida que la familia Yunes le ofreció a Héctor, el candidato del PRI.
Jesús Yunes
García, según tarjeta IPAX/GA/SRH/073/16, fue adscrito a la Gerencia de
Operaciones, aunque entre el personal de la corporación existe la certeza que
sólo cobra, no trabaja. Reveló el caso INFORME ROJO, el 14 de marzo pasado.
Una ficha el
sobrino voraz de los candidatos al gobierno de Veracruz.
Así concluyen las
campañas, entre el lodo, la agresión, la denuncia del sobrino “aviador” y las
bombas molotov.
Archivo muerto
Tarde se mete
Marcelo Montiel a la contienda. Tarde y desde un sillón. Habla a la cámara de
video, pronunciando un llamado sin fuerza, expresando que es Héctor Yunes la
solución para Veracruz, por honesto, por experimentado, por capaz. Dos años,
dice, serán suficientes para transformar a Veracruz. Y como requiere diputados
leales, ahí está Víctor Rodríguez Gallegos, su pupilo, su operador, candidato
por el distrito Coatzacoalcos Urbano. Sabíase que Marcelo Montiel no movía un
dedo por Héctor Yunes, caída la promoción del voto, sin lonas ni mantas en
colonias clave. Sabíase que en el último momento se haría presente, llamaría al
voto por Héctor Yunes, simularía que su causa es la del PRI. No es así.
Coatzacoalcos tiene un escenario de derrota. Coatzacoalcos no es para el PRI,
ni en la diputación local ni para la microgubernatura de Veracruz. Es el
escenario que negoció Marcelo Montiel. Y el iluso de Héctor Yunes que cree en
las palabras del minicacique… A toro pasado deja el PAN Domingo Bahena Corbalá,
tildando de “candidatura perversa” la de Miguel Ángel Yunes Linares. Él sí cree
en la avalancha de lodo vertida por Javier Duarte, Fidel Herrera, Don Beltrone
y Héctor Yunes. Bahena asegura que Miyuli no se defendió ni desvirtuó las
imputaciones. Sí lo hizo pero tardíamente, cuando la pérdida de intención de
voto comenzara a reflejarse. Le recuerda el líder nacional del PAN, Ricardo
Anaya, que él, Bahena, fue de los que votaron por la candidatura de Yunes azul.
Se va Bahena del partido que le sirvió para ser alcalde de Jáltipan, cargo que
heredó a un familiar, su hermana buscando ser diputada, él mismo convertido en
legislador local, secretario del Congreso, secretario general del PAN estatal,
hasta que los panistas le dijeron que lo insaciable es gula, y que la gula es
pecado capital. De vendido no lo bajan en las redes sociales, y avizoran que
pronto será peón de lujo del PRI, como José Ratón Gutiérrez de Velasco, como
Rafael García Bringas… A Martha Herrera no la quieren ni los marcelistas.
Bloqueada por el equipo de Alfonso Morales Bustamante, la jefa de prensa de
Víctor Rodríguez Gallegos no hallaba cómo subir al estrado en el evento de
cierre de campaña. Ni ella ni la prensa. Sólo los consentidos, preferidos del
candidato a diputado por el distrito Coatzacoalcos Urbano. Argüía ser quien
lleva el enlace con los medios de comunicación y ni así pudo convencer a la
férrea dama que le impedía el paso. “Soy Martha Herrera”, dijo. ¿Y?… A 5
millones 575 mil 526 electores asciende la lista nominal en Veracruz. Si votara
el 60 por ciento, habría en las urnas más de 3 millones 300 mil sufragios. Si
se cumple el vaticinio del 31 por ciento para los candidatos punteros —Yunes
Linares, Yunes Landa y Cuitláhuac García— cada uno se estaría llevando un
millón de votos; el resto se repartiría entre el resto de los candidatos, Juan
Bueno con su 4 por ciento y los demás con el 2, el 1 y el medio por ciento, que
ya habla de pérdida de registro para los partidos políticos que los postularon…
Denuestos, ataques, el léxico de los infames, plagado de insultos, a María
Elena Oloarte Ambrosio por haber dejado a Morena. Y por haber revelado que la
imposición de candidatos es igual o peor que en el PRI, en el PAN, en el PRD o
en cualquier partido político. Pueden discrepar los pejezombies pero optan por
la descalificación artera y el agravio. María Elena Oloarte ejerció su derecho
a disentir, a revelar que la democracia pejista es un mito, que los caprichos
de Andrés Manuel López Obrador, aquí y en Colima y en gran cantidad de
entidades han provocado descalabros electorales. Le imputan que ya avanzado el
proceso electoral, sólo había conformado el 10 por ciento de la estructura
electoral en el distrito de Minatitlán. Ella refuta. Asegura que integró el 80
por ciento del equipo que defenderá la elección en las urnas. Pero aunque María
Elena Oloarte hubiera fallado, los pejezombies se le van encima y la destazan,
intolerantes sin razonar. Punto clave de su alegato: los vicios de otros
partidos los repite Morena. Cita los principios de Morena: no mentir, no robar
y no traicionar “y al traicionarme están traicionando sus propios principios”.
Visceral, la respuesta es de antología. Es el espectáculo de siempre, por lo
que un sector de la sociedad que entiende y coincide con AMLO, no se acerca a
Morena por el desenfreno verbal, el insulto, el ataque y el agravio con que sus
militantes gustan expresarse…