José Miguel Cobián | 11 julio de 2016
Tribuna Libre.- Veo muy tranquilo
al presidente de la República, inaugurando carreteras, declarando sobre
distintos temas, incluso viajando, sin el menor rastro de preocupación. Supuestamente el resto de los mortales vemos
la situación de Oaxaca y el resto de los estados controlados por la CNTE como
algo potencialmente explosivo. Y luego le añadimos a la mezcla los distintos
movimientos que ha venido realizando el SNTE en algunos otros estados del país,
con la única consigna de no quedarse atrás en las negociaciones y beneficios
que obtengan sus colegas de la coordinadora.
Todo esto haría pensar que Peña debiera estar profundamente preocupado.
Los escándalos de
supuesto desabasto en Oaxaca, que han sido desmentidos en las redes sociales
una y otra vez, con imágenes y menciones de que si bien, es delicada la
situación no es tan alarmante. Y luego el famoso puente aéreo de Meade, que
sabemos no llegaría a todas las comunidades, pero nos avisan que ya se resolvió
el problema de desabasto.
Mientras tanto el
dólar libre vuelve a estar por arriba de los 19 pesos a la venta y nuestra
dependencia de insumos importados nos hace suponer que tarde o temprano
tendremos una inflación que equivale a la devaluación de 50% o más. Nuestro olfato de mexicanos nos hace suponer
que hay otra crisis en ciernes, y sólo esperamos a ver cuándo se desate esa
nueva tormenta. Pero ahora en un barco
que parece estar naufragando en algunas zonas del país, aún y cuando los
indicadores económicos señalan que la economía se desacelera, pero sigue
creciendo.
Después de pensar
en todo lo anterior, aunado a los problemas no resueltos de crimen organizado,
de imagen del gobierno en turno, de falta de desarrollo en el campo que ahora
sufrirá más, afectado por los recortes a SAGARPA. Resulta muy extraña la tranquilidad del
presidente. Sobre todo cuando Morena
está avanzando a pasos agigantados y cualquiera pensaría que serán el enemigo a
vencer en el 2018. Y así, se acumulan
los problemas que vemos día con día, algunos resaltan y otros poco se
comentan. ¿Entonces que pasa? Nos
preguntamos una y otra vez.
¿Tenemos un
presidente irresponsable? ¿Un gabinete incompetente? Mientras las preguntas
surgen, aparece por allí una noticia que no resalta mucho, pero que entrega las
respuestas buscadas. Esa noticia
menciona que en Nuevo León, en apoyo a las peticiones de los maestros, se han
unido tres partidos políticos: Morena, PT, PRI.
Así, de golpe y
porrazo nos damos cuenta de quienes están unidos en sus objetivos, en contra
incluso de la imagen del secretario de gobernación. Pero no.
Si el secretario Osorio resuelve el problema magisterial, quedará a ojos
de la ciudadanía como un posible candidato de su partido a la presidencia. Y entonces comenzamos a entender la
tranquilidad del presidente.
La conclusión
llega como un balde de agua fría. El PT
salvó su registro gracias a la votación del PRI en el congreso y a magistrados
electorales afines. El PT tiene en el
congreso de la Unión a un grupo de diputados y senadores que en realidad
representan los intereses de Morena, más que los del PT. El PT fue fundado por el hermano incómodo de
Carlos Salinas de Gortari, y ahora resulta que alberga a la bancada de
Morena... Y por último vemos a Morena aliado de ambos partidos en las protestas
contra el Bronco.
Puede ser que todo
sea coincidencia y uno de mal pensado esté pensando otra cosa, pero los hechos
son los hechos. Estos aliados que no podemos considerar anti natura, están
trabajando juntos con el objetivo común de los políticos: Conservar el poder y
ejercerlo.
Si sabemos que
Morena apoya a los maestros de la CNTE en sus supuestamente legítimos reclamos
en contra de la reforma educativa, y consideramos que mi razonamiento pudiera
tener algo de lógica, más allá de las diferencias que expresa públicamente
Andrés Manuel, pero que como vemos, en los hechos son totalmente afines estos
partidos políticos. Podemos aventurar la conclusión de que el conflicto
magisterial es una enorme caja china que trae entretenida a la población de
México, mientras oculta por medio de la distracción algunos hechos que
realmente al gobierno no le conviene que se sepan, o trasciendan.
Si consideramos
cierto lo planteado, entonces queda muy clara la tranquilidad de Peña en todo
lo que dice y hace. Un conflicto
manejado y controlado desde la cúpula, para que llegue hasta dónde la cúpula
desea, a cambio de que algo verdaderamente importante para la población pase
totalmente desapercibido.
¿Es posible una
alianza de facto entre el gobierno de la República, el PT, el PRI y Morena? Y
de ahí pasamos a la caja china utilizada durante el presente sexenio: ¨Atención
a la próxima tontería del presidente de la República¨¨. Así se llama el juego. Juego ya jugado con
anterioridad por Vicente Fox, de quien hoy sabemos, no es tan bruto como
aparentaba en su sexenio. ¿Es posible
considerar que muchos de los errores de Peña en público son generados a
propósito? Aunque otros sean totalmente involuntarios, pero favorezcan su
calidad de distractor de la opinión pública.
Seria bueno dejar
de prestarle atención al conflicto magisterial y comenzar a buscar cuál es la
verdadera razón por la cual nos quieren tener distraídos… ¿O quizá todo lo
comentado son aseveraciones de un cerebro que inventa relaciones dónde no las
hay? El tiempo nos dirá si había razón o no.