Ciudad de México. | 28 septiembre de 2016
Tribuna Libre.- La Iglesia
católica denunció este lunes 26 de septiembre una campaña de difamación para
ensuciar la imagen de tres sacerdotes asesinados la semana pasada y a quienes
les habían atribuido conductas cuestionables.
“Exigimos que no se
manche el nombre de ningún sacerdote, ni de ninguna persona, sobre todo cuando
no se tienen concluidas las investigaciones”, dijo la Conferencia Episcopal
Mexicana en un comunicado.
Lee: Los
sacerdotes asesinados en Veracruz convivían con sus agresores, según el fiscal
Dos sacerdotes
fueron asesinados en Veracruz, en el golfo de México, y días después se
encontró el cadáver de un tercer religioso en el estado occidental de Michoacán
con un disparo.
La fiscalía
veracruzana dijo que los dos curas muertos en la localidad de Poza Rica habían
estado bebiendo alcohol con sus presuntos atacantes y un periódico local
publicó una foto sugiriendo que el tercer sacerdote había sido visto por
última vez en un hotel en compañía de un menor.
El portavoz de la
arquidiócesis de Ciudad de México, Hugo Valdemar Romero, denunció la gravedad
de estas acusaciones porque “al hecho de haber sido víctimas de la delincuencia
ahora son víctimas de los gobiernos que no aceptan su propia responsabilidad en
el combate al crimen organizado”.
“A la muerte
física se añade la muerte moral, exponer a los sacerdotes al oprobio y manchar
su nombre, lo cual nos tiene profundamente indignados en la Iglesia”, dijo a la
agencia AP.
A juicio del
portavoz, como los gobiernos estatales “no pueden con las situaciones del
crimen organizado entonces criminalizan a las víctimas, los ponen a unos como
borrachos y al otro como pedófilo, como dando a entender que los crímenes no
son por el crimen organizado sino por situaciones de su conducta inmoral, lo
cual ha quedado demostrado que no es asÔ.
Medios de
Michoacán informaron que una mujer había declarado que quienes aparecerán en la
fotografía eran en realidad su marido y su hijo. La fiscalía no hizo
comentarios inmediatos al respecto.
El cardenal
Alberto Suárez Inda, arzobispo de Morelia, dijo en un comunicado que “la
difusión de algunas noticias e interpretaciones maliciosas” hizo más dolorosa
la situación y por eso es “preferible guardar silencio y esperar, ya que la
verdad sale a relucir tarde o temprano”.
El sacerdote
michoacano fue asesinado pocas horas después de que lo secuestraran y su cuerpo
fue abandonado a unos cuantos kilómetros. Sus captores se llevaron su
automóvil, una camioneta de la parroquia y algunos otros objetos de valor,
explicó el cardenal.
También los dos
curas de Veracruz fueron robados y las autoridades han considerado que ese
habría sido el móvil del crimen.
La Conferencia
Episcopal demandó a las autoridades el esclarecimiento de ambos casos “y la
aplicación de la justicia para con los responsables de estos crímenes
inexcusables”.
Feligreses del
pueblo de Veracruz manifestaron dudas sobre la versión oficial de los hechos.
Por su parte, Valdemar Romero confió en que las autoridades ofrezcan una
disculpa pública.
No está claro si
el crimen organizado está directamente involucrado en los asesinatos pero la
mayoría de los ataques a religiosos en los últimos años han tenido lugar en
regiones con gran presencia de los cárteles.
Además, el
cardenal Francisco Robles dijo que sacerdotes del estado de Jalisco han sido
objeto de extorsiones, una práctica habitual de los narcotraficantes.
Sin contar los
tres muertos de la semana pasada, desde el año 2006 han sido asesinados en
México 28 sacerdotes, según el Centro Católico Multimedial que señala Veracruz,
Guerrero y Michoacán como los estados más peligrosos para los religiosos.
En su informe de
2015 el Departamento de Estado de Estados Unidos había advertido que los curas
en México eran “víctimas de intentos de extorsión, de amenazas y de
intimidaciones por parte de la delincuencia organizada”.
El pedido para que
se detengan los ataques contra religiosos llega también desde el Vaticano,
donde el papa Francisco rezó el domingo “por el querido pueblo de México, para
que cese la violencia que en los últimos días ha golpeado a varios sacerdotes”.