Los
veracruzanos, víctimas de la Secretaría de Seguridad Pública.
Tribuna Libre.- La noche del sábado, un grupo de mujeres de
distintas edades, de distintas regiones del país, todas víctimas de la
violencia, se manifestó en el Ángel de la Independencia de la ciudad de México.
Ahí colocaron una ofrenda para recordar la memoria de Nefertiti y Grecia
Camacho, las dos jóvenes veracruzanas asesinadas hace un par de semanas en Río
Blanco, todo parece indicar lamentablemente, a manos de la policía estatal.
Este caso que no ha sido aclarado –se impuso
la versión oficial de que las dos adolescentes eran delincuentes a partir de
prejuicios de la Fiscalía General del Estado (FGE) y no de una investigación
eficaz que les acreditara algún hecho delictivo-, es una muestra más de que
Veracruz está gravemente enfermo en materia de seguridad y de justicia.
Los veracruzanos, en repetidas ocasiones, con
base a testimonios, han sido víctimas de la actuación criminal de la policía y
de la investigación perversa que realiza la Fiscalía para incriminar a
personas, y de esa forma, evadir la responsabilidad de la investigación. No
importa si se trata de estudiantes, de menores de edad, de mujeres, periodistas
o de ciudadanos que simplemente caminan por la calle.
No obstante, frente a la negligente actuación
de las autoridades, el gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes, ha decidido
extender un manto protector a estos elementos de seguridad pública,
garantizándoles la misma impunidad que tanto criticó; en aras de reflectores
mediáticos, tiene a muchos policías en la cárcel, contradictoriamente, acusados
de los mismos delitos.
El caso de las hermanas Nefertiti y Grecia no
ha sido ni por mucho un caso aislado. El jueves pasado, un juez condenó a 30
años de cárcel a ocho policías municipales por la desaparición forzada de tres
jóvenes, hechos ocurridos en Papantla en el año 2016; sin embargo, los casos se
han seguido registrando en este gobierno estatal, sin que haya castigo para los
responsables.
Nada se sabe –y a la Fiscalía parece no
interesarle investigar lo sucedido- de la desaparición de cuatro jóvenes en la
ciudad de Veracruz en febrero pasado, a quien la autoridad ya ha señalado de
que se trataba de delincuentes, cuando ni siquiera ha podido dar con su
paradero. Las versiones de que habrían sido detenidos por policías son
diversas.
Pero la negligencia de la autoridad también
se refleja en delitos que se cometen a plena luz del día. Hace un par de días,
falleció una joven mujer que fue baleada el miércoles pasado muy cerca de un
concurrido centro comercial; las causas suponen que se trató de un asalto, pero
hasta ahora la autoridad ministerial no ha investigado el caso, según han
denunciado su círculo de amistades. A pesar de estar en un lugar de mucha
concurrencia, la policía no hizo nada por evitarlo.
Este mismo fin de semana, otras dos mujeres
fueron asesinadas en la ciudad de Coatzacoalcos; y sus restos fueron arrojados
muy cerca de una escuela primaria, con un mensaje de la delincuencia
organizada, motivo suficiente para que las autoridades dieran por resuelto el
caso. La policía de nueva cuenta no intervino.
La tarde del sábado, un hombre que se
encontraba sentado afuera de una tienda de abarrotes en el municipio de
Papantla también fue asesinado. La agresión de dio a la vista de testigos que
señalan la forma en que se registró la agresión. La policía de Miguel Ángel
Yunes, para variar, no intervino.
Dos jóvenes más, que hoy se incorporan a la
cifra negra de homicidios en Veracruz fueron ejecutados el mismo día en el
municipio de Soconusco; su agresores dejaron una amenaza a las autoridades, lo
que dejó el caso resuelto y sin investigar. Y aunque parezca inaudito, la policía
de este gobierno, no intervino.
De ahí que la pregunta es: ¿dónde está el
Secretario de Seguridad Publica? Acaso ¿sólo funciona eficientemente como brazo
electoral del gobernador del estado? Muchos se cuestionan porque sí intervino
recientemente en el municipio de Misantla y no en decenas de casos que afectan
diariamente a la ciudadanía.
No obstante que en este municipio serrano la
peligrosidad se reducía a que un grupo de activistas protestaba por la
explotación del agua y recursos naturales en algunas regiones del estado, la
manifestación fue repelido incluso a palos y piedras por los elementos
policiacos. Y aun cuando su jefe, el gobernador del estado lo niega, su dicho
contrasta con las imágenes difundidas sobre el momento en que claramente se ve
que los uniformados agreden impunemente a los manifestantes.
Veracruz vive un escenario de violencia jamás
visto; los ciudadanos sufren una doble victimización a manos de la
delincuencia, pero también de la propia autoridad estatal.
Por eso, aplaudimos la determinación
inquebrantable de Pepe Yunes por recuperar el Estado de Derecho como Gobernador
de Veracruz; por el bien de todos, no podemos seguir siendo un estado sin ley.
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