“Yo no,
pásaselo a él…”
Tribuna Libre.- Aunque si bien es cierto que la sociedad se
ha ido politizando más, por lo menos en las redes sociales, la primera pregunta
que haría es: ¿A cuántos ciudadanos les interesó ver el Debate? Luego, ¿Cuántos
más prefirieron estar en Facebook o revisando sus redes sociales, porque se
dicen, apolíticos? ¿Cuántos más se quedaron a comentar el resultado de los
partidos de futbol del Toluca, Pumas, Veracruz y los demás? De los que
empezaron a ver el debate, ¿Cuántos abortaron la misión y prefirieron ir a otra
cosa, diciendo es más de lo mismo o están diciendo puras tonterías?
Pues para los que se justificaron que no
tuvieron tiempo de verlo, ni ver ninguna mesa de análisis, puedo decirles, que
los debates generalmente se ve quien realmente lo ganó, con la medición de la
encuesta siguiente de los próximos días. Pero
para la primera impresión, pueden tomarse en cuenta las siguientes
consideraciones:
La primera es que, López Obrador ahora sí
acudió y es noticia, porque siempre ha rehuido a acudir a los debates de las
múltiples campañas en las que ha participado.
Segunda, que la independiente Margarita
Zavala se notaba muy nerviosa y molesta, cuando le hacían cualquier referencia
de su esposo el Ex Presidente Felipe Calderón y refrendó enfática, en todas sus
intervenciones, que usará todo el poder del Estado contra los criminales, lo
que suena a una continuación de la guerra que emprendió Calderón.
El Gobernador del Estado mexicano de Nuevo
León, con licencia, quien se hace llamar “El Bronco”, participando también como
independiente, se mostró muy seguro de sí mismo, con argumentos poco
articulados y sin manejar el tiempo asignado, fue el que hizo noticia, porque
prometió que si gana promoverá una ley para, -literalmente-, “cortarles las
manos a los ladrones”; imaginen cuántos mancos habrá.
José Antonio Meade, candidato del partido
oficialista, estuvo imposibilitado para responder a los múltiples
cuestionamientos de honestidad de su Partido y del Gobierno en turno, pues no
pudo responder a notorios casos de corrupción. Fue muy técnico, con un lenguaje
a veces poco fácil para la sociedad en general, con propuestas bien armadas,
pero que sin embargo, sonaron a más de lo mismo.
López Obrador, sin contestar ninguna
pregunta, -ninguna-; siempre evasivo y sin presentar propuestas, sólo se dedicó
a repetir sus spots con los que ha ido convenciendo a la gente, sin argumentar
el cómo hacer las cosas, ni cómo habría de presupuestar sus ofertas; y su punto
más incómodo fue cuando Jaime Rodríguez “El Bronco”, dijo que al igual que
Margarita regresaría las prerrogativas oficiales y pidió a los demás, que así
lo hicieran y pasó primero el oficio para firma a López Obrador y este le
contestó, para negarse a devolver el dinero que les dieron a los partidos: “Yo
no, pásaselo a él…”; la que sin duda será una nueva frase célebre, como la que
alguna vez esculpió Fox al decir “Y yo por qué?”.
Finalmente, Ricardo Anaya, sonriente, supo
eludir los ataques que le hicieron por presuntos actos de corrupción; y se notó
preparado, pues presentó a cada momento, a cada candidato, cifras, impresiones,
gráficos y fotos comprometedoras, para Meade y Andrés Manuel, que sin duda
salieron muy descalabrados.
Probablemente, el menos afectado en el debate
pudo haber sido Ricardo Anaya, pero usted lo juzgará y todos lo comprobaremos, una vez que se
publique la siguiente encuesta, por un lado y finalmente, el día primero de
julio, que es el día de la elección, donde conoceremos la decisión definitiva
de los electores.
*Consultor Político y Empresarial.