Tribuna Libre.- En los próximos meses podremos ver la
cancelación de la fallida reforma educativa de Peña Nieto, desmantelada a
fuerza de votos, pues el compromiso del nuevo gobierno es borrarla del
mapa. El apoyo de los maestros del país
fue integral, a favor del cambio en las urnas y posteriormente recibir a cambio
la modificación de la ley.
Durante mucho tiempo pensé que los maestros
querían únicamente conservar sus privilegios.
La estrategia de comunicación de los diversos sindicatos fue pésima
mientras que la de quienes estaban a favor de la malograda reforma educativa
permeó mucho más en las distintas capas de la sociedad.
No fue sino hasta varios meses después de
aprobada la ley, que tuve la oportunidad de platicar con un maestro bien
enterado quien me explicó que ellos no estaban en contra de mejorar la
educación, sino que en esta reforma se había disfrazado el riesgo de que cuando
fueran mayores, sufrieran despidos justificados por un jurado que los evaluara,
el cual no sería digno de confianza para los propios profesores.
Discutimos respecto a diversos temas, como la
herencia de plazas, el que un hijo sin vocación tuviera el mismo derecho que un
padre o madre que si tuvo la vocación, de estar al frente de un aula. De las diversas prestaciones a las que
tenían derecho y parecían excesivas en un México empobrecido, en fin, de todo
aquello que la propaganda oficial transmitió como negativo del momento y que
provocaba la necesaria reforma en la educación, reforma que cuando se conoció,
entendimos que fue laboral sin pensar realmente en la educación.
Hoy vemos que los diversos sindicatos
magisteriales están muy bien organizados, con integrantes dispuestos a razonar,
discutir, impugnar, pelear, discutir, cualquier cambio que se vaya a realizar a
la reforma, cambio que sabemos llegará una vez que pase el primero de
diciembre. Así que podemos estar
seguros que la voz de los profesores será escuchada.
Los padres de familia han perdido el rumbo
desde hace mucho tiempo. Están más preocupados de que su hijo pase de año o
saque buenas calificaciones, que de que su hijo aprenda habilidades que le
servirán en su vida adulta. Si los
padres de familia están desorganizados, salvo las organizaciones de derecha que
presumen representar a ciertos grupos de padres, esto significa que su voz no
será escuchada con la misma intensidad que la voz del magisterio.
Los alumnos son la parte más débil del
eslabón, porque ellos no tienen voz ni voto en la próxima reforma educativa,
ellos simplemente acatarán lo que les corresponda y punto.
En el caso del gobierno, habrán de
abandonarse políticas de simulación que tanto daño le han hecho al pueblo de
México. Es sabido que para reducir el
índice de reprobados, se dio la orden a los profesores de ser menos
estrictos. Así hemos visto avanzar a
niños y niñas de año escolar sin tener los conocimientos mínimos para merecer
estar en un grado superior, pero eso a nadie le ha importado. Como no ha importado que alumnos egresados
de universidades no sean capaces de expresarse de una manera coherente, ni sean
capaces de comprender un texto cuando lo leen, o tener las habilidades mínimas
de conocimientos de aritmética y
matemáticas para poder enfrentar mejor los problemas de la vida cotidiana. No sólo por saber ¨hacer cuentas¨, sino
también porque el pensamiento lógico y matemático permite desarrollar otras
habilidades de pensamiento que elevan aún más la capacidad cognoscitiva de los
ciudadanos.
México es un país con un bajo nivel
educativo. Y los que acceden a educación superior no siempre tienen la
capacidad para entender y comprender la vida a la que deben enfrentarse y sobre
todo, superar sus retos y elevar su nivel de vida.
La movilidad social, y el bienestar de los
ciudadanos está relacionado con un mayor nivel educativo, no sólo en papel,
sino con las capacidades propias de dicho nivel educativo. Con esto quiero decir, que para elevar su
nivel de vida, y poder salir de la pobreza, los niños y jóvenes tendrán que
recibir una mejor educación. Mucho mejor que la que recibieron sus hermanos
mayores que ya salieron del sistema educativo y muchísimo mejor que la que
recibieron sus padres.
México compite a nivel mundial. México está muy rezagado a nivel
mundial. Un joven que termina sexto de
primaria o tercero de secundaria o tercero de preparatoria e incluso una
carrera profesional en México, comparado con un joven egresado de Corea del
Sur, Japón o Finlandia, (por poner tres ejemplos) simplemente no puede
competir. El mexicano queda muy por
debajo en cualquier prueba que le pongan, salvo quizá el ingenio innato del
mexicano que tiene que usar todos los días para sobrevivir en un ambiente
hostil como el nuestro.
Cuando el nuevo gobierno analice la reforma
educativa, en caso de tener verdadero interés en mejorar la educación de los mexicanos
y convertirla en un instrumento de desarrollo, tendrá que enfrentar intereses
muy fuertes, incluso de sus propios aliados, y se verá obligado a romper los
paradigmas a los que estamos acostumbrados.
El magisterio deberá iniciar una profunda transformación y sobre todo
capacitación a todos los niveles, para convertir al país en el México que
merecemos todos. Si no lo hiciera así, habrá traicionado incluso a aquéllos que
se opondrán a un proyecto verdaderamente modernizador que beneficie a todos los
sectores, magisterio, padres de familia y sobre todo a los alumnos que es con
quienes debe de haber el mayor compromiso.