*La
cuarta transformación.
*¿Una
transformación de cuarta?
Héctor
Yunes Landa | 01 octubre de 2018
Tribuna Libre.- Conforme se consolida el actual proceso de
transición política en México, surgen más dudas sobre lo que representa la
cuarta transformación de la república a la que se ha referido de manera
insistente el presidente electo Andrés Manuel López Obrador y los
representantes de Morena en el Congreso de la Unión.
Con este proyecto de cambio, el próximo
mandatario pretende ubicar a su gobierno en la misma agenda histórica de la
Independencia, la Reforma y la Revolución. En estos tres casos, no sólo se
trató de un cambio de régimen político, sino de una profunda transformación del
país y la sociedad que requirió incluso nuevas instituciones y normas
constitucionales.
Y en ello radica la primera contradicción.
Defender la dependencia y sumisión del Poder Legislativo al Presidente es una
decisión que marca un continuismo de lo que los mexicanos han decidido cambiar.
La independencia del Congreso debe ir más allá de discursos patrioteros para
garantizar que las decisiones que ahí se tomen respondan al interés de los
mexicanos y no de quien les gobierna.
En los días recientes, tanto la Cámara de
Senadores como la de Diputados, dispuso de la integración de las comisiones
legislativas, que son la fuente del derecho parlamentario y garantizan nuestro
desempeño constitucional y la vida interior del Congreso. Su función es la de
dar trámite al primer debate de los Proyectos de Ley, de acuerdo a los asuntos
de su competencia.
Las comisiones - integradas por los diputados
y senadores de todos los partidos políticos- son los órganos donde se elaboran
los dictámenes, informes, opiniones o resoluciones que sirven como insumos para
que las cámaras cumplan con sus atribuciones constitucionales.
No obstante, la integración de las Comisiones
legislativas de la LXIV respondió una vez más al criterio impositivo de una
mayoría legislativa y no a los perfiles de quienes han dedicado una vida a
atender problemas específicos. Hoy –como tanto se criticó en el pasado-, las
comisiones legislativas representan a un gobierno interior de cuotas donde se
cobijan las peores contradicciones.
Es del dominio público como las comisiones
legislativas de la Defensa Nacional y del Trabajo en el Senado de la República
fueron entregadas por Morena a Félix Salgado Macedonio y a Napoleón Gómez
Urrutia, respectivamente. En la Cámara de Diputados, la Comisión de Educación
será presidida por Adela Piña Bernal, integrante de la Coordinadora Nacional de
Trabajadores de la Educación (CNTE); la de Cultura por el actor y cantante
Sergio Mayer; y la de Deporte por otro actor, Ernesto D’Alessio.
“Regresan las comiciones de Cultura y
Cinematografía y Salud a #MorenaDiputados La voz del gremio Cultural se inpone.
Con gusto aceptaría la invitación a precidirlas”, escribió textualmente el
diputado federal Sergio Mayer en sus redes sociales, en la víspera de que su bancada
lo nombrara, efectivamente, presidente de la Comisión de Cultura.
La decisión de la mayoría legislativa de
Morena ha sido cuestionada por diversos sectores de la población, cuyo trabajo
tienen que ver con el desempeño de estas comisiones. Por ejemplo, escritores
michoacanos, con más de 100 artistas adherentes de otras partes del país, han
pedido -en una petición en Change.org dirigida a Mario Delgado, coordinador de
la bancada morenista- que la presidencia de la Comisión de Cultura y
Cinematografía en la Cámara de Diputados no sea para Sergio Mayer, sino para
Hirepan Maya, diputado federal de Michoacán por Morena.
Los casos ya mencionados también han sido
señalados como una decisión que sólo favorece los intereses de los aliados
políticos del nuevo gobierno.
México requiere una transformación profunda y
es evidente –porque así lo establece la Constitución- que esta debe construirse
desde el Congreso, donde se representa a todos los ciudadanos sin excepción. La
falta de experiencia, un gobierno interior de cuotas y el uso autoritario de
una mayoría legislativa se convertirá en el primer obstáculo de un país
verdaderamente democrático con instituciones eficientes. Servir sólo al
Presidente es renacer en el pasado.
Hasta ahora, la cuarta transformación, por
ejemplo, se ha olvidado de José Vasconcelos y nos ha traído a Sergio Mayer. ¿O
será una transformación de cuarta la que nos propusieron y no lo entendimos
bien millones de mexicanos?
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