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octubre 08, 2018

El Baldón: Los ridículos recorridos de los funcionarios


José Miguel Cobián | 08 octubre de 2018
Tribuna Libre.- Durante un viaje corto escuchaba yo el radio y de repente en un noticiero comenzaron a detallar que un grupo de ediles había realizado un recorrido (y lo decían como si hubiera sido un gran esfuerzo) por unas obras que habría de entregar pronto su ayuntamiento.    Mencionaron con bombo y platillo el nombre de cada edil, mientras yo pensaba en el costo de ese boletín y los beneficios para la radiodifusora y para el ego del cada edil nombrado… ¡Imagínate que tu nombre salga al aire en una estación de radio!    Sobre todo relacionado con un recorrido de inspección de obras.   

     Esto me llevó a reflexionar y preguntarme ¿qué tanto sabe cada edil de construcción? ¿Serán capaces de un simple vistazo superficial y en medio de las fotos de los de prensa del ayuntamiento (otra vez para halagar el ego de los ediles) de entender que se hizo y cómo se hizo en cada obra? ¿Podrán con su vista –que supongo es de rayos x- revisar los cimientos y la composición del concreto, para saber si tienen el suficiente acero o la combinación de arena, cal, cemento y agua adecuados?    Estoy seguro de que ese recorrido como muchos otros no le sirve absolutamente de nada a la ciudadanía, simplemente salieron los ediles a pasear y a tomarse fotos, para recordarle a la gente que en ese caso específico de supervisión de obras, simplemente están simulando pues no tienen capacidad técnica ni las habilidades correspondientes para poder supervisar ninguna obra, salvo los que son arquitectos o ingenieros, pero si no revisan todo el proceso de construcción, también le juegan al tio Lolo.

     De ahí pasé al siguiente nivel jerárquico en la administración pública, y recordé cuántas veces he visto fotos de gobernadores y funcionarios estatales paseando por alguna obra, o visitando alguna fábrica, únicamente para tomarse la foto, pero eso sí, al pueblo le informan que fueron a inspeccionar, a revisar,  a verificar, etc.,  la obra o la fábrica correspondiente, como si el funcionario público fuera un sabelotodo superhumano, que a simple vista puede verificar, revisar y aprobar una obra civil.

     Y luego pues ni modo, la reflexión te lleva al presidente de la república y a los funcionarios federales, que van también en manada a revisar, verificar y supervisar las obras o los trabajos, y simplemente se dan la vuelta, pasean, se toman fotos, y se distribuyen por medio de sus jefes de prensa.

     ¿Cuánto dinero cuesta a país estas caricias al ego de los funcionarios?  ¿Tienen alguna utilidad práctica estos recorridos?   En el mejor de los casos,  quisiera yo pensar que los ediles quisieron conocer la ubicación y la terminación de las obras que va a entregar el ayuntamiento y por eso fueron a visitarlas.  Pero de ahí a que los jefes de prensa inviertan pagando a medios de comunicación como radio y prensa escrita, e incluso televisión, para que informen mentiras a la población, hay mucha distancia y perjuicio para el presupuesto público.

     Siempre he pensado que los gobiernos deben de gastar el dinero del pueblo en lo que al pueblo le interese.   Entiendo que unos cuantos pobladores y menos aún ciudadanos estamos interesados en conocer que hace nuestro gobierno municipal, estatal y federal, así como nuestros representantes en los  congresos estatal y federal, pero puedo afirmar sin ninguna duda, que ningún ciudadano e incluso la mayoría de la población no aprobaría que se gaste el dinero en informar tonterías.  Se entiende que las diversas instancias gubernamentales hagan convenios con algunos medios de comunicación para informar  a  los ciudadanos, pero también deberían analizar los costos y periodicidad, pues verse obligados a emitir un boletín de prensa diario para informar tonterías o mentiras, lo único que informa es de la incompetencia del ayuntamiento, estado, federación, o dependencia pública en el manejo de los dineros públicos.  

     Se entiende que el funcionario se marea  al llegar a un puesto público, pues de ser nadie, de repente importa a muchos.  Y se siente en las nubes. Pero que los ciudadanos estemos pagando con nuestros impuestos su egolatría hay mucha diferencia.   Al final de cuentas, en pocos años dejará de ser funcionario y volverá a su realidad cotidiana.  Mientras que muchos pensamos en usos más beneficiosos para la población de esos recursos públicos tirados a la basura en medios de comunicación para endulzarle el oído y la vista al propio funcionario.

     Si la cuarta transformación va en serio y si de verdad se busca la austeridad republicana más allá de lemas electorales, entonces creo que los funcionarios públicos deben de comenzar a romper sus paradigmas.  Deben dejar de hacer lo que hicieron sus antecesores y comenzar a escuchar lo que el pueblo desea, sobre todo en qué y en dónde el pueblo quiere que se invierta el dinero el pueblo.

     Incluso, nuestro calendario cívico tiene festejos todo el año.  Ver a ediles y funcionarios menores del ayuntamiento, gobernador, secretarios de estado y funcionarios menores de las dependencias estatales, presidente de la república, secretarios de estado y funcionarios menores de las dependencias federales, todos ellos, enviados como representantes a distintos actos cívicos, eventos, celebraciones, etc., implica entender que ninguno de ellos usa ese tiempo para lo que lo contrató el pueblo de México, sino que van y vienen en carreteras y vuelos para cumplir protocolos en lugar de dedicarse a trabajar y resolver los problemas que cada puesto tiene como función atender.    Otro punto importante para reflexionar a que se va a dedicar la cuarta transformación, si a visitar y convivir, emitir discursos y despedirse o a verdaderamente a trabajar para resolver los problemas del país/estado/municipio.


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