Xalapa, Ver. | 30 abril de 2018
Tribuna Libre.- Ante la falta de información oficial de un
gobierno que va dando tumbos en su andar, y que a 5 meses de haber iniciado
funciones todo está de cabeza, comenzando precisamente por la cabeza, con
secretarios de despecho cuyos perfiles son muy, pero muy pobres tanto política, como operativamente hablando, pues
se comienza a especular que las cosas como cada uno de los más de 8 millones de
veracruzanos lo han notado, pues NO VAN BIEN y el estado de Veracruz figura en
los primeros lugares pero de todo lo malo.
Cuando los datos duros son tan duros como lo
están siendo en Veracruz, los nombres de los personajes que NO están haciendo
nada bien su trabajo específico pues comienzan a fluir para ser reemplazados a
la brevedad, en lo que se busca el perfil ideal y con las características
suficientes para solucionar lo que NO se está haciendo bien.
A partir de ahí comienzan a deambular los
rumores en los pasillos y en las redes sociales, siendo estos referente
obligado que en la política sustituye el anticipo formal de lo que muchos ven
inminente, "Los Cambios Necesarios y/o Urgentes en un Gabinete".
Y ese es precisamente el caso del Gobierno
del Estado de Veracruz. Una entidad que en términos políticos y de seguridad
tiene graves lesiones de las que ponen en riesgo su vida social; está urgida de
estrategias racionales y bien estructuradas; mucho más allá del espaldarazo de
fachada, que el Presidente viene dando (ya en más de 4 ocasiones) al Gobernador
Cuitláhuac García.
Como si lo que se persiguiera con dichas
actitudes de Presidente a Gobernador, es un arreglo con las fuerzas del mal, o
un milagroso suceso que no se alcanza definir para levantar lo que difícilmente
podrá pararse si no hay los cambios necesarios.
Sirve que al Gobernador lo avale y lo
apapache el Presidente, si lo que hay es duda de su capacidad como actualmente
sucede. Pero cuando la certeza es la inequívoca convicción de que las cosas no
van a mejorar; el protector sale al poco tiempo también mal librado y raspado.
Por eso la confidencia que se ha manejado
como indiscutible de que los cambios en el gabinete veracruzano son por el
rumbo de las definiciones que apuntan al dominio del oficio político,
necesariamente es una versión halagadora para los que están interesados en recuperar
Veracruz como entidad señera. Al menos se quiere que se detenga su caída
imparable.
Se habla por ejemplo de Enrique Ampudia Melo
como nombre de los que pudieran ser sustitutos de figuras en el gabinete; del
primero por su perfil persistente en el tema del gobierno sin adjetivos; no se
dudan sus capacidades políticas, conciliatorias y de dialogo con todas las
fuerzas políticas y los sectores sociales.
El horno no está para bollos decían los
antiguos, en otras palabras no está la estabilidad de Veracruz para invertir en
aprendizajes en medio del deterioro. Tal vez muchos, sobrados de entusiasmos y
queriendo inaugurar las últimas teorías del hilo negro, creían que Veracruz era
un estado promedio, uno que con tres meses de regarla, sería suficiente para entender
las claves de sus cerrojos; pero a casi medio año de intentar encontrar una
sola puerta de las cien de primera línea que se esfuman; no han podido abrir
ninguna.
Por eso lo que se requiere es
profesionalismo, ni un ápice de novatez. Ni que siga al frente de un área tan
sensible como la SEGOB un remedo de político como lo es Eric Patrocinio
Cisneros Burgos, quien en los 5 meses que van de administración en vez de
pacificar al estado políticamente hablando, le ha abierto a Cuitláhuac García
infinidad de conflictos político/sociales. Este personaje debe dejar la SEGOB
de inmediato.
Y si será Enrique Ampudia Mello el que
refuerce la gobernabilidad en Veracruz; la noticia debe ser buena y seguramente
va a levantar expectativas perdidas al día de hoy. No se puede seguir como
hasta ahora, Veracruz no lo soportaría un mes más.
De Ampudia dicen sus biógrafos, que es hombre
dedicado como pocos, con talento y gusto por el servicio público. Un político
profesional, prácticamente sin límites para agotar soluciones. No sería la
primera vez que sacara alguna institución del atolladero, muchas veces lo
demostró años atrás; por lo que a Veracruz el tema de su posible llegada sería
oxígeno puro.
La decisión de dicho cambio está en el
Gobernador Cuitláhuac García, aunque algunas voces de altos vuelos y bien
enteradas dicen que la decisión ya estaría tomada, y vendría desde el propio
"Palacio Nacional", y aquí se tendría que acatar sin chistar.
Veracruz no aguanta más improvisación, más
conflictos políticos, más ingobernabilidad, más inseguridad, más fracasos.