José Miguel Cobián | 05 agosto de 2019
Tribuna Libre.- Desde 2014 me he dedicado a estudiar y
analizar el problema de la criminalidad de la región centro del estado de
Veracruz, su origen y consecuencia, y he presidido grupos que buscan seguridad
y buen gobierno para toda la región, a pesar incluso del desinterés de la
población de la región. Por ello, escuchar que el ayuntamiento de Córdoba
destinará fondos a la creación de una policía municipal, e incluso saber que ya
están avanzados en el tema de capacitación a los actuales cadetes, me llena de
alegría. Pero…
1.-
Integrar una policía municipal es el primer paso de una larga serie de
acciones para recuperar la seguridad en la región. Estoy seguro de que el número con el que van
a comenzar será insuficiente. No importa, lo importante es continuar
incrementando el número hasta llegar a 800 policías municipales. Sé que el observatorio ciudadano trae una
propuesta de 650, sin embargo, es lo mínimo y quedan huecos de vigilancia que
no deberían existir. Si el ayuntamiento
se conforma con tener a los primeros reclutas y no incrementa su número, habrá
fracasado a ojos de la ciudadanía, pues parecerá que se trata de callar una
exigencia, darle mejoralitos al paciente de cáncer terminal.
2.- Dónde hay policía municipal, el control
interno debe de ser mucho más estricto, pues en nuestro México, muchos
comandantes llevan de un lado para otro a sus propios delincuentes, a quienes
protegen e indican zonas dónde llevar a cabo sus delitos y dónde no. El inspector y sus segundos tienen que ser a
prueba de cañonazos de esos de cincuenta mil pesos.
3.- No basta con la policía municipal. Si están mal equipados, si los chalecos
antibalas les quedan chicos o no paran las balas, si portan un tolete que no
sepan manejar, si traen cuatro balas en el cargador, si no tienen buena paga,
si no están capacitados en el nuevo sistema penal acusatorio, en derechos
humanos. Si no tienen claro que aún si
llegan a perder la vida o quedar incapacitados para trabajar, tendrán asegurada
una vida digna ellos y/o sus familias.
Y también certeza de un trabajo a largo plazo, una carrera en el
servicio público municipal.
4.- Una policía municipal sin suficiente
cámaras de vigilancia ubicadas en sitios estratégicos no funciona
adecuadamente. Si no tiene suficientes
patrullas como para realizar una cacería y bloqueo, si no tiene autonomía del
mando único, si no tiene buena comunicación. Ideal sería que incluso tuvieran
una cámara de solapa. Y para ello, se
requiere un centro de control, comunicación y comando en manos del municipio. El que está en Fortín resulta útil como
estacionamiento y nada más.
5.- Centro de Comando, Control, Cómputo,
Comunicaciones y Contacto Ciudadano. Así
se integra el número de C. Si es comando es C1, si además es control C2, si hay
cómputo C3, si hay comunicaciones C4, y si además hay contacto ciudadano
C5. Precisamente esa última C es la más
importante. Trabajar en conjunto con la
ciudadanía, con empresarios, comerciantes, y particulares en general. Integrar
una estrategia de seguridad en la cual participen los ciudadanos. Ojo, dice
ciudadanos, no unos cuantos de los representantes de siempre. El equipo que requiere no es barato, sin
embargo, salvar la vida de un solo habitante de la región vale cualquier
inversión fuerte que hubiera de realizarse.
Un C4 o C5 sin equipo suficiente, se convierte en un elefante blanco e
inútil, como el de ubicado en Fortín. La
comunicación con las fuerzas de seguridad debe estar garantizar, así como la
comunicación con las cámaras de vigilancia.
Y sobre todo, las estrategias a aplicar cuando una cámara detecte un
ilícito.
6.- El combate a la impunidad es la base de
cualquier acción de seguridad. Mientras
se tenga un 99% de probabilidades de cometer un crimen y salir impune, éstos se
seguirán cometiendo. Para ello, se debe
de integrar un área de seguimiento de delincuentes puestos a disposición de la
fiscalía del estado. Un área jurídica
del ayuntamiento debe de estar ocupada en vigilar que se cumpla el debido
proceso y no exista corrupción para dejar libre al culpable. Esta misma área deberá de vigilar que una
vez en manos del poder judicial, éste cumpla con su función. Denunciando en nombre de los habitantes del
municipio a cualquier funcionario que no cumpla de manera honesta su función. Aquí no caben componendas entre el municipio,
la fiscalía y el poder judicial. Si se
trata de hacer bien las cosas, habrá que vigilar de principio a fin el destino
de los delincuentes. Enseguida se
correrá el rumor de que Córdoba es ciudad riesgosa para delinquir reduciendo
drásticamente el delito en el municipio.
Experiencias en otros municipios, ciudades e incluso internacionales así
lo demuestran.
Una columna es un espacio muy pequeño para
señalar a detalle todo lo que esperamos de una policía municipal, moderna y
eficiente. Sin embargo, espero haber
podido explicar los requisitos mínimos para que la recuperación de una policía
municipal tenga éxito, y no se convierta en un fracaso para el municipio que
pretenda implementar esta opción, que considero obligatoria para el cabildo.
Hoy Córdoba es, como muchos municipios del
estado y del país, zona franca para realizar cualquier tipo de ilícitos.
Felicito al cabildo por su decisión, con la esperanza de que sea un esfuerzo
económico y humano suficiente para iniciar la construcción de la seguridad en
todo el municipio.
P.S. El ¨pero¨ del título implica que hasta
no ver resultados, no creer en la propuesta.