Tribuna Libre.- La desaparición involuntaria de personas o
desaparición forzada, constituye un término jurídico para señalar un delito de
gran complejidad, en el que se han violado múltiples derechos, cuyas víctimas
son comúnmente denominadas como "desaparecidos" y se caracteriza por
la privación ilegal de la libertad de una persona por parte de agentes del
Estado o grupos de individuos que actúan con su apoyo.
En la actualidad las desapariciones forzadas
ocurren en gran parte de las naciones del mundo. Entre los países con más casos
sin resolver se encuentran Irak y Sri Lanka, seguidos por Argentina, Guatemala,
Perú, El Salvador, Argelia, Colombia, Chile, Indonesia, Irán, Filipinas, Nepal,
Timor del Este, Líbano, India, Sudán, México, Rusia, Yemen, Honduras,
Marruecos, Etiopía, Nicaragua y Turquía.
Los observadores internacionales, nutridos
por las denuncias de víctimas y grupos de la sociedad civil, ponen el dedo en
la llaga al efectuar el reclamo a los gobiernos respecto de número de
desaparecidos, como es el caso de Human Rights Watch y su informe "Los
Desaparecidos de México".
La crisis de inseguridad y violencia, por
otro lado, desatada por el crimen organizado ante la búsqueda del control de
los territorios, particularmente en México, ha provocado la muerte de decenas
de miles de personas, muchas de ellas ligadas a las redes delincuenciales,
otras muchas, víctimas circunstanciales.
Si resulta evidente que los delincuentes
operan en contubernio con policías y funcionarios de gobierno corruptos,
¿Podríamos afirmar, o al menos inferir, que las personas que han sido
reportadas y que permanecen como ausentes, secuestradas, "levantadas"
o simplemente desaparecidas, son técnicamente en alguna medida desapariciones
forzadas?
Quizá no, pues el tinte de su desaparición no
sea netamente político, pero el hecho real, es que hoy por hoy, miles de
personas se encuentran desaparecidas en nuestro país y sus familiares, quienes
son consideradas asimismo como víctimas, viven un enorme sufrimiento y angustia
constante, al contar únicamente con la esperanza de encontrar algún día a su
familiar con vida.
Si bien el gobierno ha anunciado una serie de
medidas para asistir a las víctimas, es preciso que nos ocupemos de conocer el
fenómeno y reconocer los mecanismos a nivel nacional e internacional que
existen para procurarnos justicia en caso de ser victimizados, lo cual, en
alguna medida, contribuye para nuestra prevención.
En ese sentido, existe una práctica guía
"Desaparición Forzada de Personas en México" publicada por la
organización Litigio Estratégico en Derechos Humanos A.C. con el apoyo de los
Estados Unidos, a través de la Agencia para el Desarrollo Internacional
(USAID), la cual constituye un valioso documento de consulta para los difíciles
tiempos que estamos viviendo.
No esperes a ser una víctima más de este
terrible fenómeno para actuar, al conocerlo, lo podrás enfrentar, prevenir y
provocar, a su vez, que otros de igual manera se prevengan para evitar ser
parte de la dramática estadística de las desapariciones forzadas.