Tribuna
Libre.- En
el tren ligero Rafael Lucio-Banderilla-Xalapa-Coatepec, anunciado por el
gobernador Cuitláhuac García Jiménez, se invertirán unos cuantos milloncitos de
pesos e imagino que las autoridades suponen o saben de cierto que miles de
mujeres y hombres de esta zona formarán largas filas todos los días para viajar
de ida y vuelta en este moderno medio de transporte… como en ciudades de primer
mundo. ¡Felicidades!
Sería, ni más ni menos, la obra cumbre del
sexenio y resolvería gran parte del problema de movilidad urbana y transporte.
Esto en teoría.
Hace años Dante Delgado, exgobernador y
actual senador, sugirió la posibilidad de vías subterráneas. Otros expertos
proponen segundos pisos y en esto tiene bastante experiencia el presidente
Andrés Manuel López Obrador.
Muchos distinguidos xalapeños y conocedores
del tema insisten en la construcción de un teleférico que al mismo tiempo se
convertiría en atractivo turístico nacional e internacional.
Hay ya inversionistas privados interesados en
este ambicioso proyecto. En Orizaba pudieron hacerlo. El de Xalapa se plantea
aún más grande.
Como obra de relumbrón tal vez el tren ligero
sea excelente idea, pero ¿cuántas personas usarían este servicio de transporte?
Transcurren días, meses o años y miles de
habitantes de Xalapa, por ejemplo, no van a Rafael Lucio, Banderilla y
Coatepec. Y viceversa. Ni de paseo ni por trabajo. Infinidad de veces los
autobuses circulan semivacíos, con unos cuantos pasajeros en su interior.
Siguiendo la política del presidente López
Obrador y tomando en cuenta la inversión de unos 3 mil millones de pesos en el
tren ligero, no parece mala idea someter a encuesta o consulta esta magna obra.
Así, los ciudadanos decidirían con su voto si es conveniente o este dinero se
utiliza para satisfacer otras necesidades también prioritarias.
Las iniciativas del tren ligero y el
teleférico no son nuevas. Vienen desde fines del siglo pasado y no se han
concretado. Quizás por falta de dinero o vayan ustedes a saber por qué.
Lo peor sería no tener ni tren ligero ni
teleférico. Ni vías subterráneas ni segundos pisos.
Continuarían los embotellamientos y el caos
vial por incapacidad de autoridades estatales y municipales para resolver de
tajo esta problemática o simplemente por
falta de presupuesto.
Voto por el teleférico. Se pagaría solito,
atraería visitantes y generaría recursos para la ciudad y el estado. El tren
ligero sería una obra costosa y de escasos o nulos beneficios para los
veracruzanos.
¿Prefieren tren o teleférico?