Tribuna
Libre.- El
refrán popular para los primeros meses de cada año dice: enero y febrero
desviejadero. En alusión que esos meses
invernales muere un número importantes de personas mayores. Esa regla no se
cumple. La mañana del lunes 17 de
febrero del 2020, mi amigo Luis Guillermo Manzano Sánchez, por medio del WhatsApp, me interrogaba si
sabia algo de nuestro amigo común: Ernesto Felipe Viveros Lazcano. Los tres fuimos compañeros en el primer
semestre de la carrera de Historia que oferta la Universidad Veracruzana, desde
las épocas del rectorado del Dr. Gonzalo Aguirre Beltrán, 1908-1996.
Ya
pasada el mediodía, me informa del posible fallecimiento Ernesto Felipe Viveros
Lazcano. De inmediamente me traslade a su domicilio particular en la calle de
Pablo Sedar, a unas cinco cuadras del
Palacio de Gobierno de Estado de Veracruz.
Llegue a su domicilio, salió la empleada domestica, y que muchos años de
laborar con los Viveros Lazcano, sólo
con su mirada me confirmaba la trágica noticia. Me hizo pasar a la sala, donde
se encontraba otro familiar, comunicando a la familia y amigos vía telefónica
el fallecimiento de Neto, como cariñosamente era llamado en su circulo
familiar. Ya el cuerpo había salido para la sala funeraria de la zona.
Esperaban el arribo de su madre a la ciudad.
Brevemente me informó que sufrió un infarto al corazón; durante el sueño
de la noche del domingo para el lunes 17 de febrero. No confirmación de la
trágica noticia me cayó un balde de agua helada. La maravilla de la memoria
inmediatamente llegó los años de amistad, convivencia y finalmente la hermandad
en la fe en la Iglesia Católica Apostólica Romana, por medio del Camino
Neocatecumenal de la ciudad Capital de Veracruz.
Ernesto
Felipe Viveros Lazcano, destino nos puso
como compañeros de estudios en la licenciatura de historia, en el año histórico
de 1987. En la antigua Unidad de Humanidades, por la zona de obrera de San
Bruno desde la segunda mitad del siglo XIX.
Fuimos
los estudiantes de historia que llegamos a estudiar la licenciatura con la
seguridad que era nuestra primera opción, por muchos años los aspirantes a un
espacio universitario ponían como segundan opción la carrera de historia así
garantizar si acceso a la educación superior. En nuestra generación no lléganos
a cinco los estudiantes que teníamos claro nuestro objetivo
Ernesto,
tabasqueño de nacimiento de padre veracruzano. Cuando llegó a la Universidad,
siempre orgullo de su estado natal. Había cursado el bachillerato en Colegio
Preparatorio de Xalapa, (Prepa Juárez, en imaginario colectivo así la bautizo
por ubicarse en la calle de Benito Juárez). Llegamos a la Unidad de
Humanidades, donde se cursaban los siguientes carraras: Antropología, Historia,
Sociología, Idiomas, Pedagogía, Filosofía, Letras Españolas. Eran días de aires
democratizadores, y ahí sus directores, llegaban años ejerciendo el poder.
Surge todo un movimiento estudiantil para derrotar a los directores casi
vitalios. Viveros Lazcano, como siempre inquieto, participa activamente. Logran
las represalias meses después por la parte de la secretaria de la Historia.
Desde
el primer momento hicimos química, meses después viajamos a la ciudad de
Puebla, al congreso nacional de Estudiantes de historia, y arte de magia, nos
traemos la sede del XIII Congreso, celebrado en noviembre de 1990. Tuvimos todo
un año para organizar dicho evento. Ahí se consolido la amistad. También con él
fuimos a los seminarios de historia de los annales que impartía el Dr. Carlos
Aguirre Rojas, en el antiguo Centro de
Estudios Históricos, íbamos clandestinamente para no ser mal visto por los
profesores positivistas.
Conocimos,
otra forma de historia, la propuesta de 1929, la historia de los Annales, la
historia social. Y las lecturas del fundador de dicha escuela, Fernanda
Braudel, 1902-1985. Su propuesta de los tiempos: corta, media y
larga duración. Cabe menciona que todo el año pasado asistió un seminario sobre
Braudel, organizado por el Instituto de Investigaciones Históricos- Sociales de
la Universidad de Veracruzana.
Son
muchas las facetas de la vida Ernesto Felipe Viveros Lazcano, que más gozo fue la de fotógrafo, luego de
formación en dicha disciplina, ejercicio
el oficio de la lente, en varios medios de comunicación e instituciones.
También fue maestro en una escuela de bachillerato en Jalacingo. Amante de los
archivos. Tenía poco tiempo de haber concluido sus estudios en maestría en el
Colegio de Veracruz. Preparaba el borrador de su tesis para obtener el grado de
maestro en estudios internacionales. Amante de los perros. Participó activamente en la campaña para
gobernador de Veracruz del Heberto Castillo Martínez, en 1992.
Yo
puedo dar testimonio, que murió en paz, semanas antes en su comunidad donde
participaba activamente, obtuvo en sacramento de la reconciliación. Su partida
nos duele, por Ernesto Felipe Viveros Lazcan,
fue más que amigo, sino un hermano. Asi era nuestro trato. Vaya nuestro
sentido pésame a la señora Elvira, sus hermanos: Doris, Alfonso.
En
su velorio, encontré a nuestra maestra de francés, Rosalva Pérez Pliego, y
preguntó en que años fuimos sus alumnos, le respondí en 1989. Entonó la canción
que no es estaba enseñando, ese año del bicentenario de la Revolución
Francesa. Con Andrés Aguilar y Cecilia
Sánchez, en el velorio, esa noche
salieron todas las anécdotas estudiantiles.