* El
gober en la realidad alterna * La
fiscal, su comparsa * Mónica Robles no
tiene remedio * Liliana Orantes: repudio
en el PRI * Agua Dulce: crece el daño
patrimonial * Caballero: no le cuadran
las cuentas * “La Güera Coca” y el zeta
Erick David * Coatza: víctima de
“moches” en ayuntamiento documentó evidencia
* Juniors robando domicilio
Mussio Cárdenas Arellano | 07 febrero de 2020
Tribuna
Libre.- Demagogo
y falaz, Cuitláhuac alardea de una paz invisible. Veracruz, el que existe y es
tangible, naufraga en un mar de sangre, el secuestro, las ejecuciones diarias,
ex alcaldes acribillados, un diputado asesinado, empresarios levantados y
hallados sin vida y el feminicidio que no cesa. Su estrategia de seguridad,
pues, es basura.
Burlón, soez, impúdicamente esquiva el drama
de la violencia, su impacto aterrador, el dolor de las víctimas, la zozobra que
como niebla de invierno se aposenta sobre las urbes, el miedo que se respira en
los campos, en los montes, en lo más recóndito de Veracruz.
Ínfulas aparte, Cuitláhuac García se remite a
una estadística embustera sobre el nivel de violencia, las cifras maquilladas,
la manipulación de criterios en la Fiscalía, que de un plumazo disminuyeron el
récord de feminicidios categorizándolos ahora como simple privación de la vida.
De esa superchería está construido el sueño
de paz del gobernador de Veracruz.
Su secretario de Seguridad Pública, Hugo
Gutiérrez Maldonado, es la viva estampa de la ineptitud.
Su fiscal carnala, Verónica Hernández
Giadáns, amén de ser prima hermana de la operadora zeta Guadalupe Hernández
Hervis, alias “La Jefa”, imputada por secuestro y otros delitos más, es
comparsa de carnaval.
Veracruz ve el repunte de la violencia, la
disputa por las plazas, cárteles que enfrentan a cárteles, delincuencia común
que se ostenta como cárteles y hacen del cobro de piso, el secuestro, el
terror, un negocio descomunal.
Y el gobernador en lo suyo, alardeando,
sonriendo, bromeando, evadiendo la realidad.
Su clímax se da en el crimen de una niña de
12 años, cercenada su vida por el fuego de la policía estatal, el ataque a su
abuelo que repelía la agresión, allanada su propiedad, el tiro de gracia que la
remató. Ese día —enero 12— Atzalan se estremeció.
Fue un crimen bárbaro y bestial. Fue un
alarde criminal de la policía del gobernador. Y es hoy un pincelazo de
impunidad.
Soberbios, los cárteles son tan despiadados
como la policía de Veracruz. Llegan a los pueblos y siembran terror. Reclutan
jóvenes y ejecutan al que se resiste a integrarse a sus filas. Asesinan sin
piedad.
Presume Cuitláhuac García de una paz de
fantasía mientras dos elementos de la Guardia Nacional son levantados. Su
cuerpos aparecen en un basurero del municipio de Cotaxtla, cercano a la
conurbación Veracruz-Boca del Río. Sobre su humanidad, huellas de tortura.
Sobre el gobernador yace una lápida inmensa.
El agravio a la Guardia Nacional se proyecta en la estampa de las víctimas.
Tirados sobre el arenal, los restos sin vida, inicialmente sin identificar, sin
imaginarse que se trataban del cuerpo de élite del régimen de Andrés Manuel
López Obrador para el combate a la delincuencia, sobajados, vulnerados,
humillados, finalmente ultrajados hasta morir.
El reto al régimen de la 4T es insultante. La
afrenta debió traer, mínimo, una respuesta avasallante, el exterminio de capos
de la zona de Cotaxtla y su negocio criminal pulverizado.
Pero no. Cuitláhuac se quedó helado. Y la
Guardia Nacional también.
Sobre las calles de Minatitlán dejan autos
con muertos y heridos. A unos metros del C4, el centro de control y
comunicación de la Secretaría de Seguridad Pública, yacen las víctimas. La
burla es demencial.
Cae “El Conchas”, José Carmen “N” también
llamado “Comandante Reyes” o “El Pan”, de la célula zeta que operaba en
municipios del sur de Veracruz y Oaxaca, ligado a Hernán Martínez Zavaleta,
alias “Comandante H”, líder de ese cártel asentado en Coatzacoalcos, amigo de
alcaldes y navales, impune hasta que le mataron a su lugarteniente, Bernardo
Cruz Mota, y en respuesta ordenó la ejecución de un taxista, su esposa y sus
cuatro hijos de 3, 4, 5 y 6 años de edad.
Cayó “El Conchas” pero no en Veracruz. Su
aprehensión ocurrió en Oaxaca, pero lo festinó Cuitláhuac y el secretario de
Seguridad, Hugo Gutiérrez, como si hubiera sido un triunfo de Veracruz.
Fue rafagueada una de las viviendas del H en
Coatzacoalcos, el 30 de enero. Ocurrió el día en que “El Conchas” fue
aprehendido en Oaxaca. Se trató de un mensaje. Una versión aludía a un intento
de ultimar a Ariel Martínez Zavaleta, hermano del Comandante H. Ese día
trascendió que el líder zeta, sujeto a proceso por más de dos años en el penal
federal de Villa Aldama, cercano a Perote, Veracruz, había sido trasladado a
otro reclusorio del estado de Michoacán.
También cayó “La Güera”, Diana Mayté “N”,
lideresa de Los Zetas en Córdoba. Fue detenida en la Ciudad de México por
elementos de la Fiscalía de la capital del país. También lo festejó Cuitláhuac
y su fiscal carnala, Verónica Hernández Giadáns, como si fuera golpe asestado
por el gobierno de Veracruz.
No cesan los crímenes políticos. A los ex
alcaldes de Paso del Macho, Rafael Pacheco Molina, y de Omealca, Pedro Muñoz
Mora, se suma el de Soconusco, Jorge “Koki” Baruch Caudillo, operador panista
de la línea del ex gobernador Miguel Ángel Yunes Linares.
Al diputado local priista, Juan Carlos Molina
Palacios, lo asesinaron al salir de su rancho en Medellín de Bravo, cerca del
puerto de Veracruz. Dias antes había denunciado el contrabando de carne
proveniente de Cnetroamérica. Sabíase de pesos pesados, pesos políticos,
legisladores implicados en el negocio ilegal.
A los de casa también les dan. Enrique
Álvarez Timoteo, director del reclusorio Duport Ostión, en Coatzacoalcos, lo
atacó un par de sicarios cuando abordaba su vehículo en un Oxxo, frente al
penal. Presuntamente acudía a realizar depósitos de dinero cuando recibió
disparos que sólo alcanzaron a herirlo en un brazo. Fue trasladado a Xalapa
donde se recupera. Ahora el semanario La Red destapa la cloaca de alcaide, los negocios
en el centro de reclusión.
En Coatepec fue levantado y asesinado el
empresario Erick Cházaro, oriundo de Las Choapas, quien había dejado sus
negocios en el sur por el asedio de los cárteles. Dedicado a la venta de autos
de lujo, ostentoso en las redes sociales, aparecía despreocupado e invitaba a
visitar Coatepec. Su cuerpo fue hallado en el municipio de Veracruz.
Otros empresarios en la región de Córdoba
sufrieron levantones. Unos volvieron, otros no.
En cosa de dos horas, dos mujeres son asesinadas.
Una en Atoyac, la otra en Tezonapa. Una, maestra de zumba, la otra ultimada por
su ex pareja sentimental. Una tercera fue ultimada en Catemaco.
Narciso Elvira, ex pitcher de los Cerveceros
de Milwaukee, fue asesinado junto con su hijo en Paso del Toro, luego que un
comando armado los interceptó cuando se dirigía a su natal Hueyapan de Ocampo.
Años atrás, “Chicho” Elvira fue secuestrado y logró regresar con vida.
Coatzacoalcos enfrenta una oleada de
“cortinazos”. Por las noches, la delincuencia irrumpe en negocios, destruye las
cortinas de acero y se lleva lo que encuentra. Tras la difusión de videos, se
logra la captura de un par de integrantes de la banda; del resto, nada.
Un negocio, El Barbas, fue atacado la noche
del 18 de enero. La puerta de madera fue consumida por el fuego mientras la
alarma cundió entre los vecinos del lugar.
Cinco meses después, del caso Caballo Blanco,
un table dance de Coatzacoalcos, no hay avance. Ahí murieron 30 personas, entre
bailarinas, meseros, clientes y personal administrativo, la mayoría por
asfixia, provocada por el fuego que cuatro sicarios generaron mientras
mantenían bloqueadas las puertas del local.
Tres veces el gobernador ha anunciado
aprehensiones de presuntos autores materiales, y tres veces se ha quedado con
el cuento a medias.
Y así, el sueño de paz de Cuitláhuac,
alucinando que la violencia amaina, que la delincuencia se repliega, que los
cárteles se echan para atrás.
Perdido en su realidad alterna, en el rollo
demagógico, en el embuste vulgar, sabe el gobernador que su estrategia de
seguridad es basura.
En Veracruz lo único seguro es la violencia.
Archivo muerto
Rijosa sin freno, Mónica Robles de Hillman no
asimila que en política la diplomacia es todo. Al rechazo a su iniciativa de
reforma al Código Civil de Veracruz que haría legal el matrimonio igualitario,
responde con bravatas. Líderes parlamentarios del PRI, PAN chapista, PAN
yunista, Del Lado correcto de la Historia, le dicen que no la secundan, que
coinciden con los grupos que destacan la prevalencia legal del concepto de
familia tradicional. Y la diputada Succión se vuela. Les responde que están
obligados a acatar la Constitución en términos de igualdad y no discriminación.
Sigue la soberbia y la altivez. Mónica Robles, que salió maltrecha de los foros
donde quiso vender el proyecto del matrimonio igualitario, y masacrada por la
lección de ética que le asestó el Arzobispado de Xalapa, lejos de bajarle el
tono, tensa el hilo. Mónica Robles supone que Veracruz es el Parque Quetzalli
donde sus caprichos son órdenes. Su propuesta está a un paso de la congeladora.
Hay diputados morenistas que no van con la heredera del Clan de la Succión por
sus constantes traiciones y por sus poses de diva de cuarta. Y si pasara con
mayoría simple en el Congreso, carecería de legitimidad. Política sin
diplomacia es política-basura… Cáustica, corrosiva, Liliana Orantes irrita al
priismo como antes lo hizo en la oposición. Trapecista sin par, anduvo en
Movimiento Ciudadano, sintiendo que llegaría ser regidora en el ayuntamiento de
Coatzacoalcos, y luego vestiría de perredista, ondearía la bandera del PAN,
operaría para el entonces candidato del PAN-PRD a diputado federal por el
distrito 11 com sede en Coatzacoalcos, Renato Tronco Gómez, con pésimos
resultados, y ahora regresa al PRI. Ahí, la noche del jueves 30 de enero
provocó reacciones y repudio, el éxodo de promotoras sociales, la repulsa
general. Liliana Orantes Abadía, que lo mismo presume ser “ahijada” de Tony
Macías, el ex suegro incómodo del ex gobernador Javier Duarte, que la avanzada
de Renato Tronco, tiene un impedimento para ser lideresa del PRI en
Coatzacoalcos: no está afiliada, no aparece en el padrón de militantes, no
cuenta con adeptos y su capacidad de operación es, por decir lo menos, ínfima.
Como el Rey Midas al revés: lo que toca, lo pudre (Ver:
https://bit.ly/2SgkmpW)… Creció el daño patrimonial en Agua Dulce, Las Choapas
y Moloacán. Del segundo informe del Órgano de Fiscalización de Veracruz
(ORFIS), los tres municipios registraron nuevas inconsistencias. Las Choapas
presentaba irregularidades por 200 mil pesos; ahora le observan 34 millones 345
mil 486 pesos. Nanchital creció de 363 mil pesos a 2 millones 10 mil. Agua
Dulce, de 141 mil 550 pesos a un millón 456 mil 550 pesos. En cambio, Coatzacoalcos
disminuye de 4 millones 273 mil 590 pesos a 439 mil 374 pesos. Moloacán pasa de
4 millones 738 mil 768 pesos a 426 mil 244, aunque en fuentes de ORFIS
trasciende que el ayuntamiento de Vicky Rasgado tiene totalmente solventadas
sus observaciones. Otros municipios del sur de Veracruz, como Minatitlán, son
puro maquillaje. Los expedientes negros se integran y en ellos constan las
obras simuladas, la baja calidad, la asignación de contratos sin apegarse a la
ley y hasta pago a empresas fantasma. Coatzacoalcos, por ejemplo, otorgó
contrato a una empresa boletinada por el Servicio de Administración Tributaria
con la que debía realizarse operación alguna. Y ORFIS calló. Lo mejor aún está
por llegar… A marchas forzadas, Joaquín Caballero reúne datos, documentos, algo
que cubra el boquete financiero de su administración municipal. Concentra en el
antiguo edificio de Morales Gordillo Materiales, en el centro de Coatzacoalcos,
a sus alfiles, el de Obras Públicas, Fernando Ramos; el tesorero, Alfonso
Morales Bustamante; los del área contable y los de programas sociales, al mismo
regidor priista-morenista, Oliver Damas. Hay trato con notarios para validar
operaciones. Dos años después, como diría el de La Mano Peluda, se respira el
miedo. Inmensa, la bodega de corrupción no se puede limpiar. Hasta la familia
de la esposa saldrá a relucir… Célebres encerronas de “La Güera Coca” con el
zeta Erick David en el penal Duport. Caída en desgracia, la robusta mujer fue
imputada por venta de estupefacientes, tachas que distribuían el marido, usando
a los hijos como señuelo, los que atraían a los clientes y los conducían hacía
la perversa mamá. Aquel encierro es para una joya editorial. Noches con el
líder zeta y el marido en una celda de castigo. Noches candentes en que pasaba
de las manos de Erick David a las carnes de Salvador Alfonso Martínez Escobedo,
alias “La Ardilla”, matón sin alma que en San Fernando, Tamaulipas, había dado
muerte a 72 migrantes indocumentados. Y todavía “La Güera Coca y Felicia
quieren dar clases de moral… Integrado al 90 por ciento el expediente que
consigna una red de corrupción, sobornos por obra pública, juicios laborales,
civiles, administrativos, que implica a ediles de Coatzacoalcos, funcionarios y
a un abogado externo. Con ese expediente se reactivarán juicios en el Congreso
de Veracruz, casos de desafuero y procesos de expulsión en Morena. Una de las
víctimas documentó los moches, el cobro de dádivas para agilizar pagos, la más
vil extorsión. ¿Nombres? Por lo menos hay una dama implicada hasta el cuello.
Hay video… ¿Quiénes son esos juniors y la madre de tres de ellos, sorprendidos
cuando vendían diversos objetos —una sala, una estufa, un refrigerador—,
producto del robo perpetrado horas antes por ellos mismos a un domicilio en la
colonia Puerto México de Coatzacoalcos? Del tema se enteraron periodistas y
ministeriales, y el silenció cundió. Hablaron, presionaron a la Fiscalía
Regional y al aparato judicial para concederles la libertad, pese a la
evidencia gráfica, fotografías y video. Se trata de una banda con acciones
orquestadas, tipo delincuencia organizada. Menudo reto para el fiscal a cargo y
para una juez que si no concede la orden de aprehensión va a incendiar al Poder
Judicial y de paso a la 4T. Todo un escándalo que involucra “a las mejores
familias” con aroma a restaurant de marisco fino…