* Hijo
de la secretaria de Trabajo, pillado con droga
* Habemus nueva mafia del poder *
La pandemia revienta al Peje * Neumonía
atípica es Covid 19 * Hace maletas el
director de Notarías * Cuitláhuac arma
expediente a Rogelio Franco * En
“paguitos y pagotes”, publicidad del Fiasco del Istmo * Edil con síntomas de coronavirus
Mussio Cárdenas Arellano | 04 mayo de 2020
Tribuna
Libre.- Morena
y Cuitláhuac erigen un reino, el del exceso y el placer, con sus adictos, con
los que roban, con los infames que acosan mujeres, con funcionarias voraces,
los de las licitaciones con tufo a fraude y hasta la Policía de Veracruz que
planta droga, siembra armas, levanta inocentes y los entrega desmembrados.
Pulula en palacio la nueva mafia del poder:
el primo Eleazar, cuya misión es operar la dispersión de los dineros y cuajar
las asignaciones directas; el favorito Zenyazen, implicado en la colocación de
24 dosis de cristal en el vehículo de un funcionario de Espacios Educativos;
Quiroz, imputado por acoso sexual en el Sistema Estatal Anticorrupción; Castro
Girón, el de las palizas a su esposa.
Gozan de cabal impunidad Erick Cisneros,
quien desde la Secretaría de Gobierno amenaza y vocifera, patética su diarrea
mental, sus alardes, su ignorancia; Ramírez Zepeta, acusado de meter mano en
compras irregulares en el Instituto Veracruzano del Deporte; Escudero, el del
título falso; Quirarte, director de Gobernación que no cesaba de acosar a una
empleada hasta terminar cesado.
Hace y deshace Hugo Gutiérrez, el sheriff,
secretario de Seguridad Pública, cuya policía inventa delitos, siembra armas,
detiene ciudadanos con nacionalidad estadunidense —caso Actopan—, sin alcance
para medir el conflicto diplomático que habría de generar, o que levanta
inocentes que luego aparecen con signos de tortura, cercenados, en los límites
con Puebla, o que aprehende a Erick Sánchez, funcionario de Espacios Educativos,
le siembra droga y luego no sabe cómo recular.
Uno más: Rafael “N”, secretario particular de
la titular de Medio Ambiente, Rocío Pérez, denunciado por hostigamiento sexual
contra una compañera de trabajo, a la que asediaba en la oficina y luego seguía
y vigilaba en su hogar. Un perfecto enfermo mental.
Y ahora Efrén Rogelio “N”, hijo de la
secretaria de Trabajo, Guadalupe Argüelles Lozano, pillado ebrio en un vehículo
oficial, y en su interior un envoltorio con yerba que la Policía de Veracruz categorizó
con características de marihuana.
Viajaba —abril 27— sobre la carretera
Chicontepec-Benito Juárez, a la altura de
Xilico, cuando fue avistado por elementos de Seguridad Pública.
Nervioso, trató de darse a la fuga. Interceptado por la policía, le detectaron
el estado de ebriedad.
Le hallaron —según se aprecia en fotografías
que difundieron portales y cuentas en redes sociales— envases de cerveza, de
jugo, una lámpara, papel sanitario y un envoltorio con “hierba verde con
características similares a la marihuana”.
Efrén Rogelio conducía un automóvil Chrysler,
Avenger, color blanco, con placas de circulación YKL-4133, cuyo registro
aparece como propiedad del gobierno de Veracruz, concretamente bajo custodia de
la Secretaría de Trabajo, Previsión Social y Productividad.
Horas, tras el pago de una multa
administrativa, se le dejó en libertad, según difundieron medios de prensa. ¿No
se dio parte a la Fiscalía General de la República?
A modo le llega el sainete del junior a
(des)gobernador Cuitláhuac García. Los desplantes de su secretaria de Trabajo
se hicieron proverbiales, célebres en la Cuarta Degradación. Iniciaron apenas
asumía el cargo, imponiendo a su hija en Quetzalli Cárdenas Argüelles, como
jefa del Departamento Jurídico y Amparos, teniéndola que retirar ante el
escándalo y las condenas.
Juez venal, transgresora, Guadalupe Argüelles
hizo locuras y destrampes cobijándose en el gobernador. Por ejemplo, irrumpir
junto con su marido, Gonzalo Vicencio Flores, líder de Morena en Veracruz, en
las oficinas de Bienestar en Tantoyuca y golpear a personal que las tenía
tomadas en protesta contra la coordinadora, Dora Elena Hernández Gómez, acusada
de actos de corrupción.
Una gota derramó el vaso. Tras el episodio de
Efrén Rogelio, la secretaria se tuvo que ir.
Gobierno de malandros y bribones, el de
Cuitláhuac García Jiménez tiene facha de escuela de rateros, los menos con
pecados veniales, nepotismo, amiguismo, tráfico de influencias; los más,
afilando el diente e hincando la uña, disponiendo de los bienes y los recursos;
todos fuera de control pues imaginan que el Año de Hidalgo ya comenzó.
Y uno más, esa masa de rancia maldad, Erik
Cisneros, negado para el acuerdo político porque su chip averiado le dice que
gobernar es destruir, disparando amenazas, orquestando atropellos, tensando la
relación gobierno-sociedad, sumiendo a Veracruz en vacíos políticos e
ingobernabilidad.
Rodea a Cuitláhuac García, el
(des)gobernador, una banda delincuencial. Desde Erik Cisneros, que no dialoga y
propicia la brutal represión a indígenas y campesinos del Totonacapan en plena
Cumbre Tajín, hasta la burocracia inmunda, ligada a drogas y adicciones,
acosando a mujeres, usando a la policía para sembrar estupefacientes en
subalternos incómodos por haber detectado actos de corrupción en plena
4D(Cuarta Degradación).
Rocío Pérez, secretaria de Medio Ambiente,
protegió hasta donde pudo a su secretario particular, Rafael “N”, el acosador
que terminó tras las rejas.
Carlos Quiroz, secretario técnico del Sistema
Estatal Anticorrupción, continúa en el cargo pese las denuncias y quejas por
acoso sexual, encubierto por titulares de otras dependencias que conforman el
consejo directivo, todos morenistas.
Rosalinda Galindo, diputada torpe y gris, de
escandalosa ignorancia, incrustó a siete familiares —esposo, hijas, yerno,
cuñado, entre otros— en la estructura de gobierno, sus retoños en áreas donde
su trabajo es viajar, viajar y viajar.
Roberto Zenyazen Escobar García, ex stripper,
alias “Tarzan Boy”, secretario de Educación —se vale reír— lo mismo se chuta
los dineros que provienen de las tienditas escolares, miles en todo Veracruz,
que producen millones de pesos a diario, que se implica en contratos
millonarios de obra en centros escolares, suscritos con empresas constructoras,
unas de nueva creación, que acaparan todas las asignaciones. Contra lo que
ordena la máxima política, el favorito de Cuitláhuac ostenta la fortuna que el
poder le comienza a dejar.
Erick Cisneros, secretario de Gobierno,
alardea y rebuzna, amaga y amenaza, reprime y detona la repulsa social. Célebre
aquel día en que su jefe, Cuitláhuac García, llegó a Chinameca intentando
convencer a los oriundos de aceptar la instalación de una planta tratadora de
basura, proveniente de Coatzacoalcos, y el (des)gobernador dejó el lugar entre
rechiflas y burletas, reclamos y mentadas de madres para no volver. Nunca un
gobernador en Veracruz había sido maltratado así.
Fantasmón, lengua floja, Cisneros preconiza
con la ley y el orden. Lo suyo, sin embargo, es encubrir y solapar a los
transgresores de la moral, Fernando Quirarte, su director de Gobernación, el
terror de las empleadas en la Secretaría de Gobierno, o Castro Girón, ex
director del C4, donde se acumula la información de seguridad y de carácter
político, denunciado por violencia intrafamiliar, por las golpizas a su esposa,
una de las cuales le hizo pedazos la nariz.
Otro impresentable, Hugo Gutiérrez Maldonado,
secretario de Seguridad, en la mira del Cártel Jalisco Nueva Generación
mientras los zetas reparten despensas en colonias y zonas rurales.
A Hugo “Pistolero” Gutiérrez se le suman las
historias de tortura, agresión, siembra de armas, siembra de droga, como las 24
dosis de cristal que hallaron en el auto de Erick Sánchez, ex funcionario de
Espacios Educativos, que luego no acreditaron que fuera suya y quedó en
libertad.
¿De dónde sacó la Policía de Veracruz esa
droga? ¿Por qué no consignó a la Fiscalía General de la República? ¿Quién se
las proveyó? ¿A quién se le arrebataron?
Y así la pandilla del gobernador. Cada uno su
historia. Tiempo y tinta sobran, y espacio para contar.
Morena y Cuitláhuac erigen su reino, y en él
los adictos, los que roban, los que agreden, los represores, los infames, los
que siembran armas y siembran droga.
Son las joyas de la Cuarta Degradación.
Archivo muerto
Van 45 días desde el primer fallecimiento por
Covid 19 en México y Andrés Manuel sigue en la realidad virtual. Oficialmente,
20 mil 739 contagios y mil 972 fallecidos con una tasa de letalidad de 9.51,
una de las más altas a nivel mundial. Extraoficialmente, ocho veces más de
contagiados y fallecidos, centenares o miles diagnosticados como neumonía
atípica, que ahora reconoce el rock star metido a subsecretario de Salud, Hugo
López-Gatell, es coronavirus. Mínimo, pues, que ajuste la estadística, sumando
los muertos por Covid 19 a los muertos por neumonía atípica para así saber la
magnitud de la tragedia. El engaño, el maquillaje de cifras, los diagnósticos
amañados, finalmente se descubren. Miles de médicos fueron obligados a
prestarse a la maniobra, a mentir acatando la instrucción superior. México es
hoy el país 23 en el ranking de contagiados y lugar 15 en fallecidos. Es el
segundo sitio en muerte por Covid 19 en Latinoamérica, sólo superado por
Brasil. A ese ritmo de contagios y decesos, pronto estará en el top ten
mundial. En un mes superará los 4 mil 700 de China y fácilmente los 3 mil 200
de Canadá. Y mientras el presidente López Obrador persiste en mentir —estamos
“domando” a la pandemia—, los hospitales van al colapso. Miente AMLO al afirmar
que hay 78 por ciento de disponibilidad de camas, secundado por la jefa de
Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, quien sostiene que en la
capital se cuenta con el 55 por ciento de las camas de los nosocomios. Presumen
equipo de protección para el personal de hospitales y respiradores y aparatos
para terapia intensiva, y la mentira crece. Testimonios de médicos y pacientes
acusan carencias imperdonables pues el Peje y su flota se la pasaron alardeando
que desde tres meses antes del inicio de la crisis sanitaria en México ya
estaban preparados. Viene lo peor. Si Andrés Manuel está noqueado por la
debacle económica que gestó con sus ocurrencias fatales —cancelación del
aeropuerto de Texcoco, la necedad de inyectarle recursos a un Pemex que ya es
chatarra, el disparate de Dos Bocas, los ataques a las cúpulas empresariales,
que son los que generan empleo, los embates contra las calificadores de deuda—,
el saldo trágico de la pandemia lo va a aniquilar. Son las crisis las que
definen la capacidad o la torpeza, la habilidad o la estupidez, la sensatez o
la irresponsabilidad. Son las crisis, el manejo de la pandemia y su efecto
económico, lo que habrá de mostrarlo en su verdadera dimensión. Aunque López
Obrador persista en vivir en la realidad alterna, la realidad que vive México
es funesta y cruel… Hace maletas David Agustín Jiménez Rojas, director Notarías
y Registro Público de la Propiedad en Veracruz. Colocado donde hay, donde los
trámites extralegales se cotizan alto, David Jiménez tuvo dos gustos: uno,
revocar nombramientos de notarios, y dos, solapar que la ex novia del jefe zeta
apodado El H, acudiera a laborar cuando estaba de humor, uno o dos días en su
oficina del sur, el resto en Xalapa, manejando la oficina a distancia, eso sí,
cobrando con toda puntualidad. Toda una aviadora la novia del zeta mayor, con
el disimulo del jefe David. Y El H feliz de que la morra gozara de republicana
impunidad. La renuncia de Jiménez, cuentan los insiders, está cantada… Y el que
ya no está ni se deja ver, pero van por él, es Rogelio Franco Castán, por el
que Cuitláhuac García, desgobernador de Veracruz, siente especial
animadversión. Al secretario de Gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares, le
confeccionan denuncias y demandas, el asedio del morenismo en el poder, todo lo
que sirva para remitirlo a Pacho Viejo, el célebre penal cercano a Xalapa que
tuviera entre sus muros a medio gabinete de Javier Duarte, incluido el
gobernador sustituto, Flavino Ríos Alvarado. Carente de yemas, Cuitláhuac lleva
15 meses eludiendo actuar contra Yunes Linares al que un día alude con
imputaciones de corrupción, pero no lo toca ni con el pétalo de luna rosa
morena. Va sobre Franco por haber sido el número 2 del gobierno yunista,
hiriendo así al pastor del perredismo en Veracruz y de paso al PRD, que es la
única fuerza de izquierda donde irían a parar los morenistas decepcionados…
Cobros fragmentados, los del Fiasco del Istmo, para enmascarar la succionada
millonaria que le pega cada mes al erario de Coatzacoalcos. Hasta en cinco
facturas diluía los casi 2 millones de pesos pagados por el ayuntamiento de
Coatzacoalcos, el morenista Víctor Manuel Carranza Rosaldo, súbdito de la
vilipendiada Rocío Nahle, secretaria de Energía. Un ejemplo: el 4 de abril de
2018 quedó constancia de la treta; la editora de la mafia Robles, el deplorable
Clan de la Succión que lo mismo chupa del PRI que mama de la izquierda, emitió
cuatro facturas de bajo monto y una de un millón 136 mil pesos. Fueron
solventados bajo una “orden de compra” que se tramitó en la Tesorería
Municipal. Y así ocurría cada mes. Tiempo después le bajaron la cuota y le
retrasaron los pagos. Después, a espaldas de Carranza, se reactivó la ordeña.
La operaron los hermanos Pintos. Y así siguen. Hay insiders que afirman que en
la documentación aparece una firma que no es la del alcalde aunque se parece.
¿Cómo era? La Raíz de la Esperanza, sin duda la pura transa. Y Coatzacoalcos en
el abandono. Y el presidente municipal en otra dimensión. Y luego por qué
Morena sólo tiene un 5 por ciento de la preferencia electoral y así, o peor,
llegará a la elección de 2021… ¿Quién es ese edil, aquejado por síntomas de
coronavirus, candidato a la urna funeraria, temeroso de que el cuadro se le
complique por razones de edad, por su vulnerabilidad, por su continua
actividad, roce personal, trato con gente de la zona rural? Pista: despacha en
un ayuntamiento del sur…