*La
mamá de Paulette también dijo que fue torturada psicológicamente por las
autoridades que realizaban la búsqueda de su hija.
Tribuna
Libre.- Lizette
Farah, Mamá de Paulette, la niña que desapareció hace 10 años dentro de su casa
y 9 días después apareció su cuerpo sin vida a la orilla de su cama, afirmó en
2012 que el entonces candidato presidencial, Enrique Peña Nieto, la había
amenazado de muerte.
A través de una entrevista realizada por el
programa Primer Impacto, Lizette afirmó que durante las autoridades del Estado
de México buscaban a su hija, ella fue sometida a diversas torturas
psicológicas.
“Me dijeron que confesara o me iban a matar,
me ponían bolsa de plástico en la cabeza para que les dijera dónde estaba la
niña”, afirmó Farah en dicha entrevista.
Además, mencionó que recibió acoso por parte
de la sociedad, pues la gente “la escupía y me dejaban notas en el auto
diciendo que era una asesina“. En ese mismo sentido, detalló que su hija mayor,
llamada Lizette- igual que ella-, la cuestionaba si realmente había matado a su
hermana Paulette “porque la gente le preguntaba y le decían si no tenía miedo
de que lo hiciera con ella”
Sin embargo, lo más relevante fue su
declaración sobre una supuesta amenaza de muerte por parte de Enrique Peña
Nieto, quien era gobernador del Estado de México en 2010, cuando desapareció
Paulette.
“Si llega a ser presidente es el que me va a
matar, si sus amenazas están desde ahorita, desde hace dos años, ¿qué espero si
es presidente?”, aseguró Lizette
Cabe recordar que cuando se hizo dicha
declaración Peña Nieto era candidato a
la presidencia de la República, por lo que se especuló que las declaraciones de
Lizette se hicieron con tintes políticos, pues a un mes de que se realizaran
las elecciones de 2012, la también candidata presidencial pero por el PAN,
Josefina Vázquez Mota le otorgó protección a Farah para que- supuestamente- no
le hicieran nada.
--------------------------------------------------
El
extraño proceso de la investigación del caso Paulette Gebara
Recordamos
el controversial caso de la niña que tras varios días de búsqueda apareció debajo
de su cama.
Aunque se han cumplido 10 años del
controversial caso de la niña Paulette Gebara Farah, su historia ha vuelto a
conmocionar a la sociedad mexicana al ser recordada en la nueva miniserie de
Netflix, “Historia de un crimen: La Búsqueda”.
Por ello, nuevamente se han revivido las
misteriosas situaciones que se presentaron a lo largo de la búsqueda de la menor,
que fue reportada como desaparecida el 22 de marzo de 2010 y nueve días después
fue encontrada muerta en su propia casa debajo del colchón de su cama.
La intriga, sospechas y dudas sobre el
proceso de investigación y las conclusiones de este, lo han llevado a
convertirse en uno de los casos más polémicos en la historia policíaca de
México.
Su historia inicia el domingo 21 de marzo,
cuando Paulette llegó de unas vacaciones de Valle de Bravo, donde fue junto con
su hermana y su padre, Maurio Gebara. Al arribar a su casa, su madre Lizette
Farah las arropó y las preparó para dormir; sin embargo, a la mañana siguiente,
Erika, una de las dos niñeras acudió a despertarla, pero nunca la encontró.
Tras dar aviso a Lizette dio inició la
búsqueda en el departamento, en el edificio y después con las autoridades, pero
al no tener respuesta se colocaron carteles con las fotos de la niña, así como
una intensa campaña en redes sociales, la cual provocó que el caso llegara a
los medios de comunicación.
La familia aseguró que Paulette no pudo haber
salido sola pues tenía una discapacidad motriz y de lenguaje, por lo que
llegaron a afirmar que se trató de un robo, pero no había cerraduras, ni
accesos forzados.
Por ello, se dio inicio a las indagatorias
por parte de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México,
encabezada por Alberto Bazbaz y por el subprocurador, Alfredo Castillo, con la
ayuda de binomios caninos, peritos y policías de investigación.
Lizette Farah tuvo gran peso en las
investigaciones pues sus constantes apariciones en entrevistas con la prensa,
la llevaron a presentar diversas contradicciones en sus declaraciones, por lo
que fue considerada como la probable responsable de la muerte de su hija.
La mujer, quien presentaba trastorno de
personalidad, siempre se comportó de una manera inusual, no lucía desesperada,
no lloraba y su expresión corporal no correspondía al de una madre que vive
dicha situación, por lo que tanto ella como Gebara y las dos nanas fueron
detenidos ante las inconsistencias y falsedad en sus declaraciones.
En la habitación de la menor pasaron binomios
caninos, entraron decenas de personas, se ofrecieron entrevistas e incluso en
la cama durmieron sus tíos y la amiga de su madre, pero nunca se sospechó que
Paulette yacía sin vida al borde de la cama.
Fue hasta el 31 de marzo, nueve días después
de su desaparición, cuando peritos tras percibir un mal olor encontraron el
cuerpo de Paulette debajo del colchón de su propia cama ya en estado de
putrefacción.
Tras la autopsia Bazbaz informó que la menor
falleció por “asfixia mecánica por obstrucción de fosas nasales y comprensión
toraco abdominal”. El análisis del forense concluyó que el cuerpo no presentaba
huellas de violencia física o sexual y que la niña se habría desplazado “por
sus propios medios” sobre el colchón hasta caer accidentalmente en el espacio
de los pies de la cama.
Las investigaciones continuaron y fue hasta
siete años después de su muerte, cuando el cadáver de Paulette pudo ser
cremado, ya que las autoridades consideraron que ya no era objeto de prueba.