Mussio Cárdenas Arellano | 18 junio de 2020
Tribuna
Libre.- ¿Quién
desata la violencia? ¿De quién es la mano que mece la cuna en Jalisco, en la
Ciudad de México, en Xalapa? ¿Quién mueve a los anarcos? ¿Quién usa el crimen
de Giovanni López, a manos de policías municipales de Ixtlahuacán, para una
embestida política contra el gobernador Enrique Alfaro? ¿Por qué la ejecución
extrajudicial de Giovanni? ¿Quién ordena a la policía de Jalisco reprimir a
quienes exigen justicia y amenazan con desaparecerlos y crear otro Ayotzinapa?
La violencia, venga de donde venga, es detestable. Y la violencia política,
más.