Ciudad, de México. | 07 julio de 2020
Tribuna
Libre.- En
el combate al narcotráfico —tarea que no es exclusiva de las Fuerzas Armadas,
sino de todas las instancias del Estado mexicano vinculadas con la seguridad,
con la procuración y con la administración de justicia— “el sistema judicial es
el que ha tenido más dificultades para cumplir sus funciones”.
Así lo expresó en entrevista exclusiva el
general Luis Crescencio Sandoval, secretario de la Defensa Nacional, quien
defendió la labor de las Fuerzas Armadas en las calles, ahora respaldada
legalmente, tras casi dos administraciones de lucha por certeza jurídica.
“En algunas ocasiones, quienes tienen que
aplicar las leyes le buscan el camino para, de alguna manera, favorecer a la
delincuencia; sin embargo, también se ha dado el caso que la delincuencia
amenaza a quien en sus manos está aplicar la justicia”, indicó.
Señaló que otro lastre que afecta a la
ciudadanía y además desmoraliza a los elementos castrenses que participan en
las aprehensiones, es la llamada puerta giratoria, mediante la cual los
criminales son liberados en los juzgados y vuelven a delinquir.
“Eso es una parte que falta afinar para poder
tener mejores resultados y en la cual ya se ha trabajado en esta
administración”, dijo.
Al destacar la disciplina, orden y
procedimientos de las Fuerzas Armadas, el titular de la Sedena también aseguró
que la participación del Ejército en tareas de seguridad pública no quiere
decir militarización, “sobre todo porque no estamos en el gobierno para dirigir
alguna parte que no sea nuestra especialidad”.
“SISTEMA JUDICIAL, EL QUE MENOS CUMPLE CON
SUS FUNCIONES”
El secretario de la Defensa Nacional lamenta
que quienes tienen que aplicar las leyes “le buscan el camino” para de alguna
manera favorecer a la delincuencia.
Las Fuerzas Armadas seguimos realizando operaciones
y cumpliendo tareas en beneficio de la seguridad, pero existen aspectos que nos
ha encargado mucho el Presidente. Primero, el respeto irrestricto a los
derechos humanos y, segundo, la correcta aplicación de la Ley Nacional del Uso
de la Fuerza, siendo muy enfático en ello”, dice el general Luis Cresencio
Sandoval, secretario de la Defensa Nacional.
Hablamos con el general secretario en los
días finales de mayo, una entrevista que presentaremos completa, es muy amplia
e involucra muchos otros temas, en un libro de muy próxima aparición en
Grijalbo, sobre el futuro de la seguridad y el narcotráfico en nuestro país.
Cuando le preguntamos cuáles son los mayores
desafíos en el ámbito de la seguridad, el general Sandoval sostiene que “las
Fuerzas Armadas, como siempre, buscan cumplir con las misiones que les son
asignadas basadas en su estructura, como la que hoy desarrollamos en
actividades de seguridad pública”.
“Se continuarán realizando acciones contra el
narcotráfico, dice, como se ha hecho, considerando que dichas acciones no son
exclusivas de una institución, sino de todas las instancias del Estado Mexicano
que tienen vinculación con la seguridad, con la procuración y con la
administración de justicia, para poder obtener resultados positivos”. De estas
instancias, sostiene el secretario de la Defensa, “el sistema judicial es el
que ha tenido más dificultades para cumplir sus funciones”.
“Se hablaba, explica el secretario de la
Defensa, de que hubo en su momento la puerta giratoria, donde entraban delincuentes
por una puerta y salían por la otra; es decir, el delincuente que se logra
detener entra y sale del juzgado, lo vuelven a ver en su comunidad o en las
áreas donde acostumbra delinquir, aspecto que afecta demasiado a la ciudadanía.
Es complicado, aunado a que, para las instituciones que directamente trabajan
en la seguridad, como la Secretaría de la Defensa Nacional, representa una
causa de desmoralización, porque nuestro personal detiene al delincuente, lo
consigna y después es liberado; situación que sucede hasta en dos o tres
ocasiones, minando el esfuerzo que se está haciendo, así como la moral para
seguir trabajando. Eso es una parte que falta afinar para poder tener mejores
resultados y en la cual ya se ha trabajado en esta administración”.
JFM: En términos de la justicia nos han
platicado de una transformación, que se queda aún corta ante las exigencias. A
nivel de la justicia federal se están haciendo ajustes muy importantes, pero
cuando uno pasa de la justicia federal a la justicia en los estados hay zonas
terroríficas.
LCS: Las leyes son aliadas estupendas para
desarrollar nuestro trabajo, pero desafortunadamente en algunas ocasiones,
quienes tienen que aplicar las leyes “le buscan el camino” para de alguna
manera favorecer a la delincuencia; sin embargo, también se ha dado el caso que
la delincuencia amenaza a quien en sus manos está aplicar la justicia.
“Le voy a contar una experiencia que tuve en
Reynosa, Tamaulipas, cuando fui Comandante de Zona. Ahí, la delincuencia es más
agresiva hacia las instituciones de seguridad, ya que enfrenta al Ejército, a
la Marina y en la actualidad a la Guardia Nacional y las fuerzas estatales.
Pero cuando inició el nuevo sistema penal acusatorio, ahí me percaté, primero,
que no teníamos facultades para ser los primeros respondientes; segundo, el
estado no tenía la suficiente fuerza policiaca para que nos apoyara y fueran
los primeros respondientes; y tercero, no confiábamos en muchos de ellos”.
JFM: Debió ser muy complicado.
LCS: Encontramos un camino ideal en la parte
judicial: con todos los jueces y ministerios públicos hicimos un frente común
para poder salir adelante con el nuevo sistema penal, haciendo un esfuerzo para
que no se presentara esta “puerta giratoria”; ahí empezó un momento importante
de gran coordinación. Nos orientaron sobre la mejor manera de elaborar y hacer
llegar los documentos y la información necesaria al Ministerio Público, para
que éste los evaluara y así poder llevar a la justicia a los delincuentes.
“Al principio, desconocíamos cómo aplicar
correctamente el sistema penal acusatorio; sin embargo, todos fuimos aportando
experiencias para salir adelante; en la actualidad, ya que se conoce el
sistema, algunos servidores públicos del sistema penal han encontrado el camino
para evitar que los delincuentes vayan a prisión. Ése es un gran problema que
persiste”.
JFM: Con las nuevas normas, ¿el Ejército, las
Fuerzas Armadas ya pueden ser primer respondiente?
LCS: Sí, con la modificación a la
Constitución, en el ar-
tículo 5 transitorio de las reformas
constitucionales para la creación de la Guardia Nacional, ahí es donde nos dan
la oportunidad, ya, de trabajar en el ámbito de la seguridad pública. Un
transitorio por el que luchamos en la época del presidente Calderón, porque
siempre se buscó tener una certeza jurídica para nuestra actuación. Mi general
Galván, en ese entonces secretario de la Defensa, buscó esa certeza; en la
siguiente administración mi general Cienfuegos también la buscó.
“Bueno, con mi general Galván se impulsó una
modificación a la Ley de Seguridad Nacional, que permaneció en el Senado
durante un año y se aprobó con algunos aspectos que no habían sido considerados
inicialmente, como que los presidentes municipales o los gobernadores iban a
dirigir a las Fuerzas Armadas aunque nunca se contempló que fuera de esa
manera”.
JFM: Aquella ley, como fue reformada en el
Senado, se había convertido en una tremenda locura.
LCS: Sí, no era correcto, la Cámara de
Diputados detuvo el proceso y al final no nos dieron el fundamento jurídico en
la Ley de Seguridad Nacional. Viene la siguiente administración, seguimos
operando así, sin protección legal y se hace otro esfuerzo por generar una Ley
de Seguridad Interior en donde pudiéramos fundamentar la actuación de las
Fuerzas Armadas en la Seguridad Pública; si bien avanzó, el Poder Legislativo
al final decretó que era inconstitucional.
“Seguimos sin un marco jurídico, haciendo
nuestra tarea con riesgos, con pérdidas de vidas, con heridos, dejando familias
sin su ser querido, pero sin nada legal que nos protegiera.
“Así estuvimos años, nos parecía inconcebible
cómo, siendo el Ejército la fuerza que más estaba trabajando, que no se nos
apoyara. Yo, afortunadamente tuve la oportunidad de participar en las dos
ocasiones en que se intentó modificar la Ley de Seguridad Nacional y crear la
Ley de Seguridad Interior, se me hacía increíble cómo había sectores de la
sociedad que no querían nada de ese tipo de cosas cuando estábamos viviendo
condiciones extremas en donde necesitábamos de esa parte legal; pero, bueno,
todo eso pasó, nunca nos dieron lo que siempre, tanto mi general Galván como mi
general Cienfuegos, pidieron.
“En esta administración se dio de una manera
fácil porque el señor Presidente entendió perfectamente cuál era la necesidad
que teníamos para no exponernos y para obviamente tener la facultad legal de
actuar.
“Además, se logró con algo muy sencillo, no
con una ley sino con un artículo transitorio que nos da respaldo legal. Con
uno, dos o tres renglones, que es lo que abarca ese transitorio, se logró lo
que en tantos años no pudimos.
“Claro, al principio empezamos a tener
problemas con la parte ministerial y la parte judicial, porque no estaba
operacionalizado ese transitorio, por lo cual no teníamos la facultad plena
para ser primer respondiente.
“Se tenía que establecer el acuerdo del 11 de
mayo de 2020, por lo que se dispone de la Fuerza Armada permanente para llevar
a cabo tareas de seguridad pública, se otorga a las Fuerzas Armadas certeza
jurídica para actuar en seguridad pública; este acuerdo emitido por parte del
señor Presidente es algo que simplemente estaba detenido. Ahora, este acuerdo
nos da las facultades para poder ser primer respondientes, para poder ya no
nada más realizar una detención en flagrancia, sino para hacer otro tipo de actividades
en el ámbito de la seguridad pública que nos permitan actuar contra la
delincuencia, dentro del marco del derecho y respeto a los derechos humanos”.
JFM: A mí no deja de asombrarme cómo se habla
de la militarización del país, como si no estuviéramos en una situación
concreta, como si las fuerzas militares no intervinieran en el tema de
seguridad desde hace años porque no hay otra forma de controlarlos, las
policías estatales, salvo una u otra excepción, son una zona de desastre, las
municipales no hablemos, no hay otra forma, desgraciadamente no hay otro método
más que la participación militar.
LCS: Sí, desafortunadamente algunos sectores
de la sociedad mexicana están en contra y usan el concepto de la
militarización, pero, en realidad, no es que donde estemos exista, es que a
veces para cumplir nuestras misiones generales se necesita orden, disciplina y
procedimientos. Cuando fuimos a la Cámara de Senadores, se trató este tema y
había quienes estaban en contra de que participáramos en la Guardia Nacional;
al respecto, yo les planteaba, primero, que no era militarización; y segundo
que lo que queríamos era formar un cuerpo civil, pero precisamente basado en
valores, virtudes y en la disciplina que tenemos para que funcionara.
“Les di a conocer muchos ejemplos de cómo las
Fuerzas Armadas han tenido una excelente actuación, además, les planteé que
cómo era posible que tuvieran tanta confianza en nosotros por la aplicación del
Plan DN-III-E, y no para participar en la Guardia Nacional, cuando una institución
y no nada más las Fuerzas Armadas, hasta una empresa cuando tiene disciplina,
orden y procedimientos, lo más seguro es que sea una empresa exitosa; se
podrían aplicar principios que a lo mejor se pueden identificar como militares,
porque tienen esa peculiaridad, pero al final sigue siendo una empresa civil.
Así son las Fuerzas Armadas, tienen eso: obediencia, disciplina y control.
“La presencia de las Fuerzas Armadas en
cumplimiento de sus misiones generales no significa militarización, sobre todo
porque no estamos en el gobierno para dirigir alguna parte que no sea nuestra
especialidad”.
JFM: Quien haya vivido en Sudamérica o
Centroamérica en los años 60, 70, lo puede comprobar: eso sí era
militarización. A veces no hay ni la más remota comparación de lo que fue la
militarización en esos países, respecto a lo que vivimos en México, donde
además se dan estas medidas por una exigencia nacional. A mí me asombra que
algunos amigos legisladores, cuando hablamos estos temas, dicen que se vaya el
Ejército, que se vaya la Guardia Nacional, que se queden con la policía, no hay
forma. Y la gente es la primera que quiere esa presencia.
LCS: Así es, la gente apoya nuestra presencia
que no ha sido de tres o cuatro años, sino de 13 o 14 años en una estrategia
para combatir a la delincuencia; tiempo durante el cual los gobiernos estatales
no aprovecharon para fortalecer su estructura de seguridad pública.
JFM: Y es que la necesidad de esta reforma
legal y de darle atribuciones al Ejército y la negativa de otorgarla, fue de la
mano con la negativa de construir fuerzas policiales estatales que pudieran
encargarse de esa tarea, era más fácil decir, oiga, General, mándeme cinco mil
elementos.
LCS: Si, era más fácil pedirle apoyo al
gobierno federal en turno, que generar una estructura de seguridad competente,
hay estados que lo han hecho, que lo hicieron y que tienen una fortaleza
importante. Me atrevería a decir Coahuila, Nuevo León y Yucatán.
JFM: ¿Ve posibilidades de que todo esto se
pueda sacar adelante? Si no se saca adelante legalmente, sin una norma que
obligue a los estados a tener una policía estandarizada, con criterios
homogéneos con las demás policías, con la Guardia Nacional, ¿se puede
transformar todo este panorama?
LCS: Yo creo que sí se puede lograr, pero
aquí se requiere de la voluntad política, es decir, que los gobiernos estatales
y municipales participen de manera contundente, de lo contrario será difícil;
sin embargo, dentro de la gran estrategia de seguridad, la Guardia Nacional es
un proyecto prioritario establecido por el Presidente, considerando su
presencia en todo el territorio nacional generando condiciones de seguridad;
tanto Sedena como Semar estamos apoyándola en todo y esforzándonos porque sus
efectivos crezcan y sea en un momento la fuerza policial más grande e
importante de nuestro país y puedan cubrir la gran extensión territorial que
tenemos.
JFM: Es imposible. Por más que crezca la
Guardia Nacional, por más que la Secretaría ayude con elementos y con trabajo,
si no hay policías locales, no se puede, hay tareas que ni el Ejército ni la
Guardia Nacional pueden realizar, ni la Marina, lo tiene que realizar una
policía local, asentada en el lugar.
LCS: Así es, ése es un eslabón casi
inexistente, que debería de estar bien reforzado, toda vez que es donde inicia
la seguridad de los ciudadanos por el estrecho contacto con ellos. Pero es una
situación que no se presenta.
JFM: Vamos a otro tema. ¿Cómo entendió el
Presidente, que fue tan crítico, hasta la campaña electoral qué era el Ejército,
cómo cambia el Presidente su relación con el Ejército?
LCS: Aquí fue importante que le
proporcionamos al señor Presidente información objetiva sobre la actuación de
las Fuerzas Armadas lo que le permitió conocer más de cerca lo que somos y
nuestra lealtad institucional, de esta manera en menos de dos meses estableció
que somos un pilar fundamental de su gobierno y del Estado mexicano, concepto
que otros Presidentes han expresado hasta el final de su administración.
“Desafortunadamente para nuestra institución,
algunos sectores de la sociedad desconocen lo que somos. De hecho, a partir de
la administración de mi general Galván es que tuvimos un mayor acercamiento a
la sociedad para que nos conocieran mejor, ya que éramos un sector sumamente
cerrado, continuando con esta política con mi general Cienfuegos; asimismo, es
que durante su administración todos los presidentes han llegado a reconocer que
representamos un pilar fundamental de su gobierno y del Estado mexicano.
“El señor Presidente, a los dos meses de
haber iniciado su administración hizo esa mención y nos envió por escrito ese
reconocimiento, el cual lo tenemos como lema en todos los organismos del
Instituto Armado; él tuvo una gran apertura para que nosotros pudiéramos
mostrarle lo que somos como institución y por ello sólo necesitó de dos meses
para acrecentar su empatía hacia las Fuerzas Armadas.”
JFM: Una última pregunta sobre la seguridad.
Yo soy de los que creen que aquello de “abrazos, no balazos” queda muy bien
como consigna, pero a la hora de aplicarlo en materia de seguridad no es muy
eficiente, tiene que haber algo diferente, se tiene que cambiar.
LCS: Las Fuerzas Armadas seguimos realizando
operaciones y cumpliendo tareas en beneficio de la seguridad, pero existen
aspectos que nos ha encargado mucho el Presidente. Primero, el respeto irrestricto
a los derechos humanos y segundo la correcta aplicación de la Ley Nacional del
Uso de la Fuerza, siendo muy enfático en ello.
“Sobre esta nueva Ley del Uso de la Fuerza,
es otro instrumento jurídico que no teníamos y que se generó en esta
administración, este instrumento jurídico ha sido muy importante en el actuar
de nuestro personal. Teníamos un procedimiento sistemático de operar para el
uso de la fuerza, que desgraciadamente para el ministerio público no constituía
un documento para basar nuestra respuesta de actuación y nos metíamos en
problemas. Hoy en día, tenemos esa ley que regula el actuar de nuestro
personal, dándole la certeza jurídica que antes no existía.
“No obstante, al insistir en el respeto a los
derechos humanos, se generó entre las tropas una confusión que los hizo
titubear al actuar en ciertos casos, teniendo como consecuencia agresiones por
parte de algunas personas detractoras de la ley.
“Pero ésa no fue una instrucción del señor
Presidente, jamás indicó que nos dejáramos golpear; al contrario, expresó su
preocupación por esos hechos, manifestando que no podíamos seguir permitiendo
que golpearan a nuestros soldados; al respecto, le comenté que se había
generado una confusión en la actuación del personal y el respeto a los derechos
humanos, por lo que nos dimos a la tarea de aclarar algunas cosas en cuanto a
qué era el respeto a los derechos humanos y qué era la aplicación de la Ley
Nacional del Uso de la Fuerza.
“Nuestro personal lo entendió y no ha habido
más de esos casos. Cuando se presenta algún intento de agresión se ha aplicado
la Ley del Uso de la fuerza, logrando dispersar a esas personas. Es así que el
respeto a los derechos humanos y el apego a la Ley del Uso de la Fuerza ha sido
una gran diferencia en la actuación del personal militar.
“Otro aspecto más que nos encargó el
Presidente fue moderar la letalidad durante la actuación de las tropas, de
acuerdo con las circunstancias, privilegiando el respeto a la vida como el
principal de los derechos de las personas.
“Fui comandante en Nuevo León, Tamaulipas y
San Luis Potosí”, concluye el general Sandoval, “eso me dio experiencia, me
permitió conocer de cerca el trabajo del personal militar, así como saber qué
es a lo que se enfrentan, sus necesidades, palpar inclusive su temor, palpar
también su arrojo, porque todos los que operan cualquiera que sea el área saben
que salen del cuartel, despliegan y tienen el riesgo de perder la vida”, dijo.
(revistarepublica)