Ángel Rafael Martínez Alarcón | 06 julio de 2020
Tribuna
Libre.- La
noche del sábado 30 de junio para amanecer el primero de julio de 1520; el
ejército mexica de la ciudad de México derrotó en una batalla al ejército
invasor de la conquista iniciada en abril de 1519, desde el puerto de Veracruz;
logran derrotar al Capital General Hernán Cortés. Cuenta la historia que esa
madrugada lloró por la derrota que le sometió un ejército inferior al suyo. Y
dicho acontecimiento a pasado al imaginario colectivo como noche triste. Es
más, hasta se recuerda en lugar exacto donde lloró quién años más tarde sería
el marqués del Valle de Oaxaca, en un ahuehuete, llamado también como el árbol
de la noche triste.
El retorno de Quetzalcóatl fue la señal que
los gobernantes mexicas esperaban; y aconteció en la primavera de 1519. El
hidalgo de Hernán Cortés se estableció
por espacio de tres meses en las costas del Golfo de México, para diseñar las
estrategias de alianzas primero con los totonacas y las tarde con los
tlaxcaltecas, para conquistar al imperio mexica, fundado en el año 1325. En el
verano de ese mismo año de 1519, inició por espacio de tres meses la llamada
ruta de Cortés, y para el otoño alcanzaría la gloria en llegar al corazón del
imperio y ser recibido por el Gran Tlatoani, Moctezuma II, según consta en la
primera carta de relación enviada al emperador Carlos V de Alemania y Primero de España.
El primer semestre de 1520 fue muy complicado
para los conquistadores, ya instalados en México Tenochtitlán. El Conquistador
tiene que dejar la plaza para salir a combatir en las playas de Veracruz, al
enviado de Diego de Velázquez, a Pánfilo de Narváez. Dejando de encargado de la
Plaza a Pedro de Alvarado.
Una importante celebración para el mundo
mexica, del diez al veinte de mayo. La fiesta de Tezcatlipoca y
Huitzilopochtli. Mismo que tomó de sorpresa a Pedro de Alvarado; quién la
convirtió en una de las más grandes
masacres de la época. Conocida como la matanza de Templo Mayor.
Para finales de junio del citado año, en el
29 de junio, es asesinado, el Tlatoani Moctezuma II Xocoyotzin, noveno gobernante mexica. Es sustituido en el trono por Cuitláhuac.
que significa dueño del excremento. Siendo el décimo monarca mexica. Dicho
acontecimiento permitió que el ejército mexica, diera una derrotar militar al
ejercito conquistador encabezado por Hernán Cortés, la tarde -noche del sábado
30 de junio y las primeras horas del domingo primero de julio de 1520. Donde el
propio conquistador lloró amargamente dicha derrota militar. En el imaginario
colectivo y la historia oficial ha pasado como la Noche Triste, ó árbol de la
noche triste. Cuando debiera ser la Noche alegre para el ejército mexica. Han
pasado 500 años, y una conmemoración muy local en la ciudad de México. Son
varios testimonios de primera mano, que dan cuenta de la derrota ibérica.
En México a través de los siglos, Alfredo
Chavero, escribió: Esto nos daría una
pérdida de unos mil españoles, cuatro ó cinco mil indios, unos ochenta
caballos, la artillería y mucho oro, pues únicamente se salvó el que llevaban
los soldados que escaparon. Marina y Aguilar salváronse también y doña Luisa,
la hija de Xicoténcatl… El cálculo anterior concuerda con los datos de Duran,
quien computa en seiscientos españoles los salvados con Cortés, y podemos
agregar unos tres mil indios. Cuenta Duran que los españoles quedaron muy
cansados y afligidos, y tan maltratados, que muchos de ellos, habiendo dejado
los zapatos en el camino, llevaban los pies por el suelo corriendo sangre, y
otros las cabezas descubiertas, y otros muy mal heridos de las piedras y varas
que les habían arrojado los enemigos. La mayor parte de los españoles que
perecieron eran de los de Narváez, tanto porque los pusieron a la retaguardia
cuanto porque eran los menos aguerridos y no estaban hechos a combatir con los
mexica. De los capitanes… murió en la primera cortadura Velázquez de León, el más
importante después de Alvarado y Sandoval; murió también Salcedo, y Moría cayó
al lado de Cortés… El famoso jinete Lares pereció en aquella noche y también el
astrólogo Botello; pero se salvó Martín López, el constructor de los
bergantines. Únicamente le quedaron a Cortés veinticuatro caballos y algunos
arcabuces y ballestas.
A propósito de tal desastre se cuenta que
Cortés, recostado en el ahuehuete de Popotla y viendo pasar los restos
desbaratados de su ejército, lloró de rabia y de dolor, y por esto se llama ese
ahuehuete el Árbol de la Noche Triste. Mas tal suceso no pasa de una leyenda
popular; Popotla quedaba aún dentro de la laguna, y hasta allí llegaron los
indios en canoas batiendo a los españoles, como se ve en el lienzo de Tlaxcala,
donde se marca el lugar precisamente con el árbol. El señor Orozco cambia el
lugar de la escena; dice que Cortés descabalgó de su caballo ya en Tlacópan,
sentándose abatido en las gradas del teocalli en espera de los últimos
rezagados, que pasaron todavía, aunque pocos, despedazadas las armas,
maltratados, sosteniéndose a duras penas contra el cansancio y las heridas, y
que al recuerdo de cuantas desgracias le habían acontecido aquella infausta
noche, no pudo menos de conmoverse y derramó algunas lágrimas.
La ciudad de México, ha resignado el nombre
como la noche victoriosa para los mexicas, en el 500 aniversario.