* Sólo
11 kilómetros de vías rehabilitados *
Mollinedo revienta el proyecto * Nahle,
así, no será gobernadora * Lozoya:
libertad condicional * El alcalde de
Coatza garrotea al pueblo * A punta de pistola
reabre el basurero * Coatza, medalla de
oro en desempleo * Maniobras del hermano
de la diputada * Notario fogoso
“capacita” a menores de edad
Mussio Cárdenas Arellano | 31 julio de 2020
Tribuna
Libre.-
Entre la minoría rapaz de la 4T destaca uno, Rafael Marín Mollinedo, de negro
historial, negociante de frutas y verduras que ya empoderado, ambicioso e
impune, echa a perder el proyecto cumbre de Andrés Manuel, el Corredor
Interoceánico Coatzacoalcos-Salina Cruz.
Dos episodios, entre muchos, retratan al
compadre de los López Obrador: el “avance” de 11 kilómetros rehabilitando vías
férreas que se hallaban en buen estado, y el desmentido de la Secretaría de
Medio Ambiente federal que niega que por no concretarse la autorización del
manifiesto de impacto ambiental se haya frenado el proyecto.
Otro episodio describe a Rafael Marín
Mollinedo en eso que el presidente categoriza como atropello con el poder: 100
millones de dólares no ingresados al erario, provenientes de Singapur, que
precipitaron la caída del ex secretario de Hacienda, Carlos Manuel Urzúa
Macías, el primero que dimitió en el gabinete de López Obrador.
Uno más: la reparación y rehabilitación de
parte del parque vehicular —camiones de desecho— en la Jefatura de Gobierno del
Distrito Federal, siendo Marín Mollinedo director general de Servicios Urbanos,
que fueron a parar a los municipios de Jonuta y Macuspana, Tabasco, este último
entonces presidido por un tal José Ramiro López Obrador (https://www.proceso.com.mx/229589/renuncia-al-gdf-rafael-marin-mollinedo).
Eso le costó el cargo. Y para no aplicarle la
ley, su jefe, Francisco Garduño, hoy comisionado nacional de Migración, con
fama de duro y represor, asumió la culpa ante la Asamblea Legislativa del
Distrito Federal. Así salvó a Marín Mollinedo y a los López Obrador.
Una más: la proveeduría de alimentos a
penales en Quintana Roo, su estado natal, aunque de origen tabasqueño, mediante
su empresa Tabana Banana S.A. de C.V. con la que aún ahora que es funcionario
persiste en hacer negocio.
Todo un zar del billete y un corto, limitado
y pésimo operador del Corredor Interoceánico.
Año y medio —19 meses ya— lleva Marín
Mollinedo acariciando el proyecto y no lo termina de aterrizar. Su última gesta
fue frente a Andrés Manuel, el 25 de julio, en Ixtepec, Oaxaca, aduciendo un
avance ínfimo en rehabilitación de vías férreas de 11 kilómetros de los 132.82
que comprende todo el sistema, y la falta de autorización del MIA (Manifiesto
de Impacto Ambiental).
“No, pues no avanza el tren”, escribió en
Instagram el periodista Joaquín López Dóriga, difundiendo el video en que
Rafael Marín Mollinedo relata a López Obrador que del proyecto cumbre hay nada.
Ahí mismo, argüía que en los tramos 1 y 2 se
habían rehabilitado 11 kilómetros de vías férreas, pero en los tramos 3, 4 y 5
la falta del MIA por parte de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos
Naturales frenaba el proyecto.
Tres días después hubo respuesta. Semarnat
refirió que el 21 de mayo de 2020 fue resuelto favorablemente el MIA,
solicitado desde enero pasado por el Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec, pero
estableció el cumplimiento de condiciones previas al inicio de la obra, entre
ellas protección a la flora, fauna, aseguramiento de cuerpos de agua, atención
a la contaminación y reforestación.
“A la fecha, 28 de julio, la Secretaría de
Ambiente está en espera de los documentos de respuesta a esas condiciones”,
cita el comunicado de Semarnat.
Así es la ética de Marín Mollinedo. Lo mueve
la maniobra y lo mueve la mentira. A López Obrador, que lo sostiene al frente
del proyecto pese a su corta visión, lo engaña con la mayor frialdad. Los 11
kilómetros de vías férreas rehabilitados, según fuentes de palacio nacional,
estaban en perfectas condiciones. Fue un gasto inútil. Y no es Semarnat la que
frena la obra; es el incumplimiento de Mollinedo y su equipo para hacer
efectivas las condiciones fijadas.
Mollinedo no ve el potencial del Corredor
Interoceánico —Transístmico—. Supone que el negocio para el gobierno está en el
cobro por el transporte de mercancías. Eso es mínimo. No mide que el verdadero
filón económico radica en la instalación de parques industriales a lo largo del
Istmo de Tehuantepec, en una franja de 132.82 kilómetros y algo más.
Las cadenas productivas son clave en el
desarrollo del Istmo. Aceleran el circulante de dinero y multiplican la pequeña
y mediana empresa. Con un esquema de asociaciones público-privadas,
contempladas en los tratados comerciales, el gobierno asegura un alto
porcentaje de participación simplemente por ser el dueño de la tierra, y los
particulares también, sin riesgo de perder sus títulos de propiedad.
La inversión programada para el arranque del
proyecto del Istmo fue de 42 mil millones de pesos: 22 mil millones sería
inversión del gobierno federal y el resto lo aportarían las administraciones
portuarias integrales de Coatzacoalcos y Salina Cruz.
Pero Marín Mollinedo continúa en su ley. Su
corta visión ya prendió alarmas en Estados Unidos, China y Singapur, que
comienzan a buscar alternativas para el paso de mercancías entre los océanos o
seguir atados al Canal de Panamá, con sus altos costos y sus tiempo de
descarga, traslado y carga.
La ironía también es parte de la realidad. El
Canal de Panamá tiene tres clientes macro: Estados Unidos, China y México. La
facturación a México sobrepasa anualmente los 3 mil millones de dólares
principalmente por el paso de productos petroleros. O sea, teniendo una franja
geográfica ideal por donde realizar el transporte, México le regala esa
millonada a Panamá.
Hay, por igual, un impacto político.
Coatzacoalcos y el sur de Veracruz son bastión de Morena y, más aún, de López
Obrador. Pero a año y medio de gobierno, el caos económico, la violencia
desbordada, los ejecutados y desmembrados, la extorsión, el secuestro, el
cierre de empresas, la crisis del coronavirus y el estancamiento total, dibujan
una derrota brutal para el partido de López Obrador. Y la factura la pagará la
secretaria de Energía, Norma Rocío Nahle García.
Sus ínfulas como mandona en Morena, su poder
frente al del gobernador Cuitláhuac García, se desdibujan ante el caos. Morena
naufraga. Los alcaldes de Coatzacoalcos y Minatitlán, Víctor Carranza y Nicolás
Reyes, transitan de la ignorancia al atropello. Gobiernan a ciegas, violan la
ley, reprimen al pueblo, fomentan la corrupción.
Coatzacoalcos es el bastión de Rocío Nahle.
Si el Corredor Interoceánico no genera inversión, empleo, niveles de desarrollo
antes de concluir 2020, Morena pagará con una derrota electoral. No aportará
diputados federales para sostener a López Obrador; no tendrá diputados locales
para que Cuitláhuac García pueda concluir su gobierno en Veracruz.
Irónicamente, Nahle depende de Mollinedo, o
de su ineficiencia. Irónicamente, Mollinedo reclama que Nahle se adueñe de
Tabasco mientras Nahle se duele que Mollinedo va a joder al sur de Veracruz.
Mientras Rafael Marín Mollinedo disfruta las
mieles del poder y la impunidad, se cobija en los López Obrador y en los López
Beltrán.
Opera con José Ramiro López Obrador, ex
alcalde de Macuspana, y con Pío López Obrador, y con José Ramón López Beltrán,
el excéntrico hijo del presidente, que presume viajes, vida de rey, esposa que
gusta de conocer el mundo en avión privado y súbitamente empresario, junto con
dos hermanos, en la fábrica de chocolates Rocío, con tufo a lavadero fenomenal.
Es el fifí de la Cuarta Transformación.
Marín Mollinedo tiene otra carta para lo que
se llegue a necesitar: es primo de Nicolás Mollinedo Bastar, ex chofer de
Andrés Manuel López Obrador, protagonista de un escándalo cuando se presentó
evidencia que tenía más salario y fortuna que el entonces inmaculado perredista
que aún sigue ondeando la bandera de la lucha contra la corrupción.
Año y medio después, Marín Mollinedo no
arranca, porque no puede, porque no sabe, el Tren Transístmico.
Archivo muerto
Cobijado por la 4T, Emilio Lozoya Austin ya
tiene libertad condicional. De la segunda audiencia, por el caso Odebrecht,
volvió a la perorata inicial. Lo obligaron a delinquir, a suscribir contratos,
a torcer la ley. Así es en el ejercicio del poder. Peña Nieto ejercía el poder
presidencial. Luis Videgaray era mano que mecía la cuna. Pero Lozoya realizó
actos conscientes, sabiendo lo que implicaba, el riesgo de sus acciones, las
consecuencias que debía afrontar. Hoy se delatan los rufianes y aparece la verdad
oficial, porque el fango y el tufo a corrupción lo venía documentando años
atrás esa prensa a la que el demagogo de palacio, o sea Andrés Manuel López
Obrador, llama fifí sólo por cumplir su misión de servir de espejo del poder.
El circo sigue. Lozoya, aun con su implicación en los actos de corrupción, es
el reo favorito de Andrés Manuel. Simula una enfermedad para no ir a prisión, y
el Peje se lo permite. No se le pone a disposición de un juez en los términos
que marca el Código de Procedimientos Penales, y la Fiscalía General se lo
facilita. López Obrador sigue filtrando información, violando la secrecía, y el
fiscal Gertz Manero lo deja actuar. En la primera audiencia, Lozoya se fue
liso. Sí con una vinculación a proceso pero la Fiscalía no pidió prisión
preventiva oficiosa ni que se le fijara fianza. Y en la del caso Odebrecht,
Lozoya logra libertad condicional. ¿Que no es circo? Lo es. ¿A cuántos otros
reos se les da trato de rey? Ah sí, a Ovidio, el hijo del Chapo Guzmán, con el
que Andrés Manuel López Obrador tuvo tal deferencia que lo dejó ir… A punta de
pistola, el alcalde Víctor Carranza reabre el basurero de Villa Allende. Es la
estampa de un represor nato. Su policía, la Secretaría de Seguridad Pública, la
Guardia Nacional, usando escudos y puños, rompieron la noche del miércoles 29
el cerco tendido por habitantes de aquella congregación para impedir que la
clausura decretada por la Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente, que
luego se vino abajo, se aplicara. Con toletes, con la violencia propia de la
fuerza policíaca, se escribió la agresión. En 31 meses, el alcalde de
Coatzacoalcos ha sido un inepto redomado, incapaz de aterrizar la solución al
problema del destino final de los residuos sólidos. En 31 meses, más de dos
años y medio, Carranza ha estado pasmado, aletargado, aguardando a poder
cuajar, prestarse a la jugarreta de Rocío Nahle, su madrina y patrona política,
para hacer realidad la planta procesadora de basura de la familia Quintanilla,
los compadres de la secretaria de Energía, que usa el cargo para traficar
influencias y nutrir los bolsillos a los de su clan. Víctor Carranza pasará a
la historia por el acto de represión perpetrado contra los habitantes de Villa
Allende, por la agresiva respuesta a una protesta legítima. Amén del cauce
legal que tomen los hechos, el daño político ya está ahí. Frente al garrote
policíaco, la sociedad asume las formas de proceder. Sus corifeos, sus bufones,
el vocerillo de la fallida esperanza, Antonio García, qué pueden decir, qué
pueden hacer ante lo que evidencia la ineptitud del alcalde y la mano
golpeadora de Morena en el poder. Vergüenza, si es que la tienen, les debería
dar… Coatzacoalcos, primer lugar en desocupación laboral en el primer trimestre
de 2020. Así lo revela el reporte del Instituto Nacional de Estadística,
Geografía e Informática (INEGI). En el rango de mayor desocupación —de 5.4 a 6—
se halla en la cumbre. Con nivel 6, supera a la Ciudad de México y a Ciudad del
Carmen con 5.6; Villahermosa, 5; Torreón, 4.9; Puebla y Tuxtla Gutiérrez, 4.6;
Saltillo, 4.5, y Durango y Hermosillo, 4.4. Y aún así hay quienes ven que en
Coatzacoalcos no pasa nada y que viene lo mejor… Mes con mes, solía Jonathán
“N”, acusado de pederastia, acudir a firmar el libro de registro de los sujetos
a proceso penal. Luego se ausentó. Amagado con la revocación de la fianza,
interpuso un amparo y, oh gloriosa Cuarta Putrefacción, se le concedió. Ahora
firmará cada seis meses, lo que ni a los delincuentes de cuello blanco se les
permite. Al hermano de la diputada federal Tania Cruz Santos, diría el Peje
López Obrador rememorando la proclama juarista, justicia y gracia… ¿Quién es
ese notario público, muy fogoso, que capacita a fondo, con total empeño, a las
jóvenes que llegan a su despacho en busca de una oportunidad de trabajo y que
se topan con una estrujante realidad? Lo peor es que las prefiere menores de
edad. Ojo Inmujeres. Pista: es del sur de Veracruz…