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Candidatura a cambio de impunidad * Sin
alianza con Morena * Coronavirus tumba a
Fernando Yunes * El colgado y la
narcomanta * PRI: regreso al dedazo * Vasconcelos y el costo político * El Repasto se inunda y el alcalde ni se
inmuta * Coatza Digital, enredada en
nexo LM Vadillo-Polo Suárez * Operador
de medios le jugó chueco al patrón
Mussio Cárdenas Arellano | 04 julio de 2020
Tribuna
Libre.- A
la sombra del PRI, Marcelo Montiel fue fecundo y dio frutos, algo de trigo, más
de cizaña: dos alcaldías, una diputación local, la Sedesol estatal y la Sedesol
Federal en Veracruz. Y cuatro denuncias penales por hurtos, desvíos, robo de
programas sociales en los días en que Rosario Robles era su gurú.
Filoso, el mapache operó sin freno, con poder
y dinero, conformando la maquinaria electoral que mantuvo al PRI en la cúspide
y él transformado tácitamente en el cacique que mueve el escenario a su antojo,
a los suyos a posiciones de gobierno, a sus enemigos al olvido, a sus
adversarios al ridículo, a sus rivales a la orfandad.
Poderosísimo, Marcelo Montiel se imaginó en el
cenit el día en que asumió la delegación de la Secretaría de Desarrollo Social
federal en Veracruz. Y erró. De ahí partió entre el escándalo y el descaro, sus
empleados robando en cajeros bancarios, hurtando las pensiones de adultos
mayores, pisos y techos bajo auditoría, empresas sujetas a investigación y
cuatro denuncias penales que hasta hoy no puede diluir.
Defenestrado, apestado, Marcelo Montiel fue
cercado por un panista, Juan Bueno Torio; dos perredistas, Alejandro Encinas
Rodríguez, actualmente en Morena, y Alejandro Gutiérrez Cabrera, y una priista
de primer nivel en Veracruz, Anilú Ingram, acusando malversación y omisión, una
extensión de la estafa maestra que tiene a Rosario Robles, ex titular de
Sedesol federal en prisión.
Y una vez fuera de Sedesol, se mantuvo
distante del PRI, unos días en la ordeña, otros en la hortalizas, el cambio de
cerca, la vida campirana en su rancho de Puente Nacional, su lugar de origen.
Hoy, dialoga con el Partido Verde Ecologista
de México, construyendo la ruta de regreso al poder, la tercera alcaldía en
Coatzacoalcos. Y en el fondo, la impunidad.
Es el click entre el mapache y el partido
bufón.
“Andrés Manuel no quiere que se pierda
Coatzacoalcos”, escuchó decir en una reunión discreta, aludiendo a que Morena
retuviera la alcaldía.
Pero Marcelo Montiel no quiso acordar en el
primer peldaño de la pirámide del poder. Planteó un encuentro con el líder real
del PVEM en Veracruz, Javier Herrera Borunda, hijo del ex gobernador Fidel
Herrera Beltrán, y con el operador máximo, senador y ex gobernador de Chiapas,
Manuel Velasco Coello, el nuevo bufón de palacio. Y así ocurrió.
Van dos reuniones con el alto mando del
partido bufón —bufón del PAN, bufón del PRI y ahora bufón de Morena— y la
oferta de los verdes es que contienda por la alcaldía de Coatzacoalcos, la que
desempeñó en dos ocasiones, de 2001 a 2004, con grandes logros y algo de
corrupción, y de 2008 a 2010, con cierta mediocridad.
Una primera condición fue no contender bajo
las siglas de Morena, el partido de Andrés Manuel López Obrador. Se le
concedió. Morena irá en alianza con el PVEM y el Partido del Trabajo en la
elección de diputado federal y diputado local.
Una segunda condición, dirigida al senador
Manuel Velasco, se vincula con su conflicto legal. Hacerle saber al presidente
López Obrador de la existencia de las denuncias penales y, faltaba más,
obviarlas, congelarlas y evitar su difusión en plena campaña por la alcaldía.
La petición fue escuchada. Se le ofreció
llevarla hasta Andrés Manuel. Prueba de fuego para el adalid de la honestidad
republicana, el presidente que pregona que así fueren sus hijos, el que incurra
en un acto de corrupción debe enfrentar la ley.
Políticamente sólido, aún con las huellas de
malversación donde ha caminado, Marcelo Montiel es un ganador nato. Siendo
candidato se prodiga votos a sí mismo. Siendo operador de campaña, garantiza el
triunfo de otros.
Así le dio votos clave a Fidel Herrera
Beltrán para ser gobernador en 2004.
Así le generó la votación que Javier Duarte
requería para ganar la elección de 2010, aunque luego se dedicara a robar.
Partido marginal, sin presencia, desdeñado
por el electorado, el Verde sólo ha servido para darle cobijo y candidatura a
priistas en distritos o municipios de alta complejidad. Son candidaturas de
alto riesgo en que a la masa priista, movida por intereses locales o
regionales, no se les puede imponer candidato. Entonces la postulación corre a
cargo del PVEM.
El Verde es un engendro político-ambiental.
Su política es rastrera y lo ambiental es un cuento. Su dinámica es unir a sus
proyectos a impresentables, tránsfugas de la justicia, violadores de la ley.
A Marcelo Montiel lo implica Pablo Ruiz
Domínguez —denuncia recibida por la PGR, el 28 de abril de 2015— en la
falsificación de expedientes del programa Jornaleros Agrícolas, citando que fue
instruido por uno de los funcionarios de Sedesol federal en Veracruz, Wiliado
Córdoba Mortera, para llenar los expedientes de los beneficiarios y luego para
falsificar la firma y usar cientos de tarjetas bancarias para retirar el
dinero.
De los 8 millones de pesos que debían
aterrizar entre los jornaleros agrícolas, refiere Pablo Ruiz, se entregó
aproximadamente el 30 por ciento.
Y luego la razón del robo:
“Me dijo (Wiliado Córdoba) que eran instrucciones
precisas del delegado Marcelo Montiel Montiel, ya que necesitaba el dinero para
promoverse como candidato a gobernador de Veracruz y para promover a
funcionarios de Sedesol en otras campañas políticas federales ya que estaban
promoviendo como candidato a diputado a Víctor Rodríguez Gallegos, quien se
desempeñaba como subdelegado de administración en la Delegación Estatal de la
Secretaría de Desarrollo Social”.
Ruiz Domínguez refiere que había por lo menos
10 funcionarios y 15 trabajadores ajenos a la Sedesol “dedicados a cobrar
diariamente cientos de cheques endosados con firmas falsas y tarjetas bancarias
no personalizadas en diferentes bancos y cajeros de todo el estado”.
Otro filón de dinero fueron las obras
fantasma. Sobre calles ya existentes se realizaron supuestas obras nuevas con
inversión federal. O sea, se pagó por algo que ya existía.
El expediente es amplísimo. Hay carpetas con
información documental, videos, testimonios de quienes eran obligados a
participar en el fraude y de quienes revelan cómo usaron sus nombres para bajar
recursos que no llegaron a los destinatarios.
Y en una parte la pista apunta a Rosario
Robles, hoy en prisión.
Y el PVEM pretende que Marcelo Montiel sea su
candidato, el que solía presumir un eslogan que rezaba “Es un hombre honesto”,
el que acudía a misa y de rodillas, recibía la bendición. O el que puso a
disposición de la curia católica su domicilio particular en Coatzacoalcos.
Forjardor de votos, Marcelo Montiel se placea
con su negro historial a cuestas. Lo suyo es la penumbra, lo sórdido, el
control de los órganos electorales, la compra de voluntades, el acuerdo bajo la
mesa, la infiltración de lo partidos de oposición hasta aniquilar al enemigo.
Es un mapache
que no va a cambiar.
Hoy quiere impunidad a cambio de una
candidatura con la cual derrotar al PRI, su partido, y al PAN, el acérrimo
enemigo del Andrés Manuel López Obrador.
Impunidad para el mapache.
Un candidato ganador para el PVEM, el partido
bufón.
Archivo muerto
A pulso se gana Veracruz Puerto el liderazgo
en coronavirus entre los municipios del estado. De los 9 mil 169 contagios
ocurridos en la entidad hasta el jueves 25 de junio, 2 mil 981 corresponden
puerto jarocho. Ahí se concentra el 32.5 por ciento de los casos. Y en
defunciones, igual. De las mil 429 víctimas, 440 son del puerto de Veracruz; o
sea, el 30.7 por ciento. Un caos el municipio gobernado por el panista Fernando
Yunes Márquez, que de ser el segundo mejor alcalde del país en percepción de
sus gobernados, pasó al sitio 24, según encuesta de la firma Massive Caller. Se
ve que no es lo mismo la grilla y el alarde, la palabrería y la audacia, el
pleito de callejón con el (des)gobernador Cuitláhuac García y con el
(contra)gobernador, Eric Cisneros, que aplicarse a fondo contra la peor crisis
sanitaria del último siglo y sus efectos letales en la sociedad y la economía.
Un virus provocó la caída de Fernando Yunes en la preferencia ciudadana. De la
cúspide lo envió al abismo. Veracruz, es el estado, por su parte, ya es cuarto lugar
nacional con 9 mil 169 contagios, a 300 casos de Tabasco, y cuarto lugar en
fallecimientos, a 350 casos de Baja California… Un colgado, sólo para recordar
que Coatzacoalcos es violento. A eso de las 9 de la noche, el lunes 22, un
cuerpo pendía del puente del Distribuidor Vial donde confluyen la carretera
Coatzacoalcos-Villahermosa y la Coatzacoalcos-Minatitlán. Golpeado, con por lo
menos tres impactos de bala, el encargado de una bodega, Marcos “G”, yacía
sostenido de una cuerda al cuello. Junto a él, una narcomanta en que se implica
a un delegado de la Secretaría de Seguridad Pública de Veracruz, acusando
conductas delictivas, robo de mercancía —“no te salió el robo de carne, que
hasta se te echó a perder y te rayaste con el de electrónicos”— y ligas con
malosos. “Te vamos a matar a todos tus perros con charola, no andarás robando”.
Y asienta que el delegado de la SSP tiene un patrón, El Sierra. “Huachicol,
droga, robos, asaltos, pollos”, decía la narcomanta. Presuntamente, el colgado
es “El Lagarto” y era “con el que guardabas todo lo robado de la carreta”. Una
vez más, la liga policía-delincuencia, o policía-narco, o policía-crimen
organizado. Cualquier parecido con los tiempos de Javier Duarte, no es mera
coincidencia. Así gobierna Morena… Sin consulta a la base, el PRI resuelve el
caso Coatzacoalcos. Matías Pacheco Cruz será el presidente del comité municipal
y Nereyda Santos Hernández, secretaria general. Hacia el lunes 22, en Xalapa,
Marlon Ramírez Marín, líder estatal, tendió las cartas: Carlos Vasconcelos
Guevara, alias La Amenaza, asume el costo financiero y el costo político de lo
que habrá de venir. Impone a Matías Pacheco en la presidencia, como Vasconcelos
venía pregonando y como se le escucha decir en el audio en que advierte que se
iría del PRI y de la CTM para contender como candidato independiente, pero
dejaría a su equipo político en la dirigencia tricolor. A cambio, cede las
principales carteras del comité municipal: secretarías General y de
Organización, Oficialía Mayor, OMMPRI y Fundación Colosio. Y si fracasa en su
intento de ser alcalde de Coatzacoalcos, como ocurrirá si Marcelo Montiel
Montiel contiende por el Partido Verde, tendrá que cargar con los saldos de la
derrota. El caso Coatzacoalcos se decidiría por consulta a la base, según
acuerdo del Consejo Político Municipal, pero fiel a su esencia, se optó por el
candidato de unidad. Bastaría una sola impugnación por parte de cualquier
priista ante los tribunales electorales y todo se vendría abajo. Así lo operó
Marlon Ramírez, beneficiario de un hecho brutal en 2008: la inmolación de
Ramiro Guillén, el luchador social que llevó la protesta campesina hasta el
extremo, ardiendo frente a palacio de gobierno, en Plaza Lerdo, por el despojo
de tierras, por la reiterada negativa del gang fidelista a recibir a las
víctimas, por la burla institucional. Y hoy regresando al PRI al dedazo… Agua
Dulce inundado y el alcalde en el ego superlativo, en la promoción personal, en
el sueño de ser diputado federal. El Repasto, literalmente bajo el agua, asolado
por un chubasco de dimensión mayor, y el presidente municipal, Sergio Guzmán
Ricárdez, sumido en la grilla, desconectado de la realidad. Manchado por una
gestión infame, violando normas fiscales, apretado por el Servicio de
Administración Tributaria, engañando al Órgano de Fiscalización Superior de
Veracruz, pillado con las manos en la masa, incurriendo en presunto daño
patrimonial, sus obras de ínfima calidad, y al primer aguacero El Repasto se
vuelve a inundar. Cientos de miles de pesos gastados en promoción personal y
Sergio Guzmán no pasa de ser un soberano fiasco… Dios los hace y ellos se
amafian. Coatza Digital, de Jaime Quintanilla, operado por Antonio García, que
a su vez es coordinador de Comunicación Social del ayuntamiento de
Coatzacoalcos, promueve la contratación de personal de la compañía LM VAGA
Construcciones, de Luis Mario Vadillo García, a quien Rocío Nahle, secretaria
de Energía, otorgó el Paquete VI de la refinería de Dos Bocas por mil millones
de pesos, y los interesados, para que no quede duda de quién manda ahí, deben
remitirse con el hoy secretario de Obras Públicas Municipales, Leopoldo Suárez
Fernández. Las huellas están en una publicación aparecida en la red social
Facebook. Y todavía se atreven a negar la relación Vadillo-Suárez-Nahle-Carranza
y a ellos se suma el vínculo Peña Peña-Juan Carlos Fong-Arturo Quintanilla…
¿Quién es ese operador de relaciones públicas, despedido recientemente de la
empresa de comunicación en que laboraba al descubrirse que venía cobrando
jugosas cantidades a espaldas de su patrón? Pista: es marcelista…