¨Bendita ignorancia, el que nada sabe, nada teme¨
José Miguel Cobián | 24 septiembre de 2020
Tribuna
Libre.-Unos
pocos, los ciudadanos informados, tendrán que tomar una decisión muy difícil en
las próximas elecciones. Por quién
votar, y cuáles serán las razones por las cuáles se vote. No es fácil.
Aunque cualquier AMLOVER podrá decir que es muy claro que hay que votar
por Morena o por los partidos morralla que lo acompañen, y por otro lado,
cualquier AMLOHATER podrá decir que se debe de votar por quien le gane a
Morena, sea del partido que sea, la realidad es mucho más complicada que eso,
cuando intentas un voto a conciencia.
Hay algunas políticas que seguramente
cualquier mexicano puede aplaudir al gobierno actual, y otras más que son
justamente reprochables, quizá las más para un sector analítico de la
población, pero, del otro lado no venden piñas, también tienen sus pequeños
detallitos. Triste decisión la de tener
que escoger entre el pasado repudiado o el presente repudiado. Los partidos políticos poco ofrecen de
novedoso, salvo los de nueva creación y esos, sólo los que no tengan
compromisos con algún ente del pasado, que son los menos.
Parece que México está destinado a tener que
privilegiar la conveniencia sobre la decisión de escoger a los mejores. Vamos por casos, supongamos que eres
AMLOVER, es innegable que para 2021, ya te habrás visto obligado a ver el
tamaño de la crisis económica, aunque todavía tendrás el pretexto de que se
debe al COVID, justificando tu falta de conocimiento económico y con ello
negarte a comprender que pudo haber sido la mitad de grave si el gobierno
hubiera intervenido siguiendo los consejos de los expertos, incluido el consejo
del propio secretario de hacienda. Lo
mismo aplica para la crisis de salud, podrás negarte a reconocerlo, pero es una
realidad que muchos mexicanos pudieron haberse salvado de morir o de sufrir las
consecuencias del COVID si se hubieran tomado las medidas adecuadas. Quizá ya tuviste que enfrentar un aumento de
precios marginal pero real, debido a que ahora cada litro de gasolina que se
paga, lleva incluido un sobre precio para pagar lo que se roban de gasolina y
gas los huachicoleros. Es innegable que
a nadie le gusta pagar por las ineficiencias del gobierno. Es decir, salvo que tengas algún interés
particular, si piensas en el interés de la patria, tendrás que ser objetivo y
cuestionarte sobre el sentido de tu voto.
En el caso de los AMLOHATERS el problema es
igual de grave. Mucho de lo que hoy se
le critica al gobierno actual, es algo que ya se hizo en gobiernos
anteriores. Particularmente la
corrupción, los negocios entre cuates, obras inútiles en las que se gasta mucho
dinero, cumplir los caprichos del presidente, tener un congreso sometido y
cómplice, etc. ¿Cómo hacerle para desde
un punto de vista ético, otorgarle el voto a los partidos hoy de
oposición?
Quién desconozca los detalles podrá afirmar
que los panistas son inmaculados y jamás han cometido un acto de traición a la
patria en un puesto público, o que los priístas son los grandes constructores
del México moderno. Por eso puse la
frase al principio de esta colaboración.
Pero los que sí conocemos algunos de los muchos detalles turbios de
personajes de ambos partidos, o del PRD, o de MC, o del que te guste, querido
lector, ¿Cómo podemos volver a votar por ellos?
Vaya dilema ético el que enfrentamos. La inmensa mayoría no sufre porque no ve, no
sabe, no le interesa, o vota acorde a sus intere$e$ ya sea por algún beneficio
a futuro, o por un beneficio inmediato.
La solución sería muy sencilla, si los
partidos políticos escogieran a sus mejores hombres y mujeres, entonces
podríamos escoger a quién dar el voto, en función de las características
personales de cada candidato y de sus propios méritos. Pero esto es una utopía, en principio porque
los propios partidos políticos, buscan su conveniencia personal al escoger candidatos,
por encima de los intereses de la Nación, y en segundo lugar porque la inmensa
mayoría de los electores en México, votan sin la suficiente información, y no
discriminan entre candidatos.
Simplemente los asuntos públicos no les importan, pues aunque las
decisiones que tomen, los benefician o los perjudican, en realidad tienen el
papel de súbditos que solo acatan lo que el poder decide, sin tener la mínima
posibilidad de influir en las decisiones que tomen los elegidos en cada
elección.
Podemos pensar que nuestro voto importa, y
tenemos razón, pero sólo para beneficiar al candidato en turno que pueda ganar
y olvidarse de sus electores como todos lo han hecho y seguirán haciendo en
México. El problema que enfrenta quién
intenta generar la obligación de un voto informado, comienza en lograr que al
votante le interese informarse, y cómo lograr llevar esa información al
elector. Algo para que lo que queda
muy poco tiempo y no hay mucho interés por parte de nadie para lograrlo. Tomar
una decisión en la urna, en estas circunstancias, literalmente abruma.
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