Ciudad, de México. | 22 septiembre de 2020
Tribuna
Libre.- Andrés
Manuel, someter la aplicación de la ley a consulta pública es un acto de
injusticia, perversión y manipulación.
Andrés Manuel, siempre coincidimos en que es
una vida pervertida la de México y durante mucho tiempo trabajamos juntos para
hacer un cambio; lamentablemente, ahora que eres presidente no la quieres
transformar, la quieres usar para tu beneficio.
Como presidente has declarado, una y otra
vez, que no estás de acuerdo con que se investigue y juzgue a los
expresidentes, pero que el pueblo es el que debe decidirlo; has llevado la
discusión al absurdo de proponer una consulta que sabes ilegal e improcedente.
La justicia no depende ni de la opinión de
mayorías ni de la tuya, la justicia se aplica a rajatabla y sin miramientos. Si
una persona comete un delito, debe ser juzgada y sentenciada. La justicia no se
consulta, la justicia se hace valer.
Lo que propones es pervertir la democracia:
que los delincuentes no sean juzgados, si una mayoría así lo dispone. ¿Imaginas
un México en que el asesino, el violador, el secuestrador o el corrupto queden
libres si ganan una consulta? ¿Entiendes que una consulta podría absolver
culpables o condenar inocentes? ¿Estás dispuesto a llegar al absurdo de
legitimar la impunidad, que durante años prometiste combatir, con tal de
consumar tus objetivos personales?
No, Andrés Manuel, que se investigue y se
juzgue a los expresidentes y a todo aquel que haya cometido un delito. Que se
les investigue y juzgue, no por aclamación popular, sino por el más simple y
llano sentido de justicia. Que se les investigue y juzgue, porque tiene que
prevalecer la ley y porque es lo que se debe hacer en un Estado de derecho.
Hablemos con la verdad: no estás interesado
en que se juzgue a los expresidentes ni en que el pueblo decida, sabes que no
habrá consulta porque no es legal ni ético, lo que estás haciendo es preparar
un nuevo distractor, un nuevo linchamiento público, esta vez contra la Suprema
Corte de Justicia de la Nación.
Porque la consulta que propones llegará a la
Suprema Corte, que cumplirá con su deber de proteger el Estado de derecho y la
declarará improcedente porque así lo marca la ley. Sabes perfectamente que ese
será el desenlace y en eso radica la perversidad. Porque, al hacer cumplir la
ley, la Suprema Corte te dará el pretexto que buscas para cuestionarla y
responsabilizarla públicamente de que los expresidentes no sean investigados ni
juzgados.
Estás provocando este circo mediático para
desgastar un contrapeso, para deslegitimarlo e intimidarlo. Eso es lo que has
hecho durante toda tu presidencia: linchamientos mediáticos contra las personas
e instituciones que no se subordinan.
Basta de juicios públicos en la tribuna,
abandona la estrategia de llevar a la hoguera popular a quienes piensan
diferente a ti; si tienes delitos que denunciar, recurre a los tribunales, haz
valer la ley.
Resulta incongruente que seas quien pisotea
la legalidad y el Estado de derecho, precisamente porque en 2005 sufriste un
embate brutal por parte del Gobierno, que intentó de manera facciosa sacarte de
la carrera presidencial mediante el abuso del poder del Estado para desaforarte
y, después, con una de las campañas negras más infamantes y desmedidas que se
hayan realizado en nuestro país.
El Andrés Manuel agraviado que conocí no debe
ser el presidente agresor que juntos combatimos.
Lo que realmente pretendes con la consulta es
influir en la elección de 2021 y es inaceptable que, como presidente de la
república, insistas en estar presente en el proceso electoral: primero fue con
la figura de revocación de mandato y ahora con la insistencia de incluir una
pregunta que facilite tu participación indebida en la elección del próximo año.
¿Sabes quién más haría lo que estás haciendo?
Cualquiera de los expresidentes a los que antes te enfrentabas y que hoy te
niegas a juzgar.
En una carta anterior recordé el momento en
que te pregunté si querías ser presidente o líder social, respondiste que
querías ser presidente, consideré que era lo correcto porque ya eras líder
social. Ahora ya eres presidente, compórtate como tal, porque cada vez te pareces
más a quienes querías combatir.
Tu obsesión por la popularidad y la
desesperación por la tragedia sanitaria y económica que no has sabido afrontar
te han llevado a recurrir a la práctica perversa de colocar en la agenda
pública distractores estratégicos de manera permanente.
Andrés,
hoy representas el pasado que prometimos acabar.
Eres plenamente consciente del poder de las
palabras y lo aprovechas para condenar a la hoguera a tus adversarios, sin
pruebas, sin juicios, pero lo más siniestro de todo es que cada que lo haces es
para proteger tus intereses, no para que a México le vaya mejor. Has cumplido
la amenaza de “mandar al diablo a las instituciones”.
¿De qué le sirve a México una Suprema Corte
debilitada?
¿De qué le sirve a México un Instituto Electoral
desprestigiado?
¿De qué le sirven a México unos organismos
autónomos controlados por el Estado?
¿De qué le sirve a México un federalismo
disminuido?
¿De qué le sirven a México emprendedores
ultrajados y ofendidos?
¿De qué le sirven a México universidades
silenciadas?
¿De qué le sirven a México medios de
comunicación intimidados?
¿De qué le sirve a México una comunidad
cultural de académicos, científicos e intelectuales desacreditada?
¿De qué le sirve a México una sociedad civil
hostigada y perseguida?
Nada de eso le sirve a México, la pregunta es:
¿para qué te sirve a ti?
Te escribo una vez más porque quiero
fervientemente que a México le vaya bien, por eso no pararé de exigir que
rectifiques y comiences a actuar como jefe de Estado.
Atentamente,
Ciudad de México, septiembre 21 de 2020
Dante Delgado
Senador de la República
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