Pareja de ancianitos de la sierra de Zongolica se ganan la vida tocando el violín y un pandero en Orizaba

                                        La pandemia les afectó su trabajo aseguran 

                                                       Ixtaczoquitlán, Ver. | 10 octubre de 2020


Jacinto Romero Flores   

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Tribuna Libre.- El peso de los años de José Antonio y María Rosa originarios del municipio de Soledad Atzompa no es impedimento, para que todos los días, salgan a la calle a buscar el sustento con el mismo entusiasmo que descubrieron cuando se casaron hace más de sesenta años.

El matrimonio conformado por José Antonio Aguilar y María Rosa el primero de 78 años y su esposa de 75, es la pareja de artistas urbanos que van recorriendo casa por casa, tocando José Antonio un viejo violín acompañado los acordes el golpe del pandero de María Rosa.    

Entrevistados en una de las calles de la colonia Morelos, José Antonio quien vestía una camisa azul, de sombrero de palma y en su costado un pequeño morral para guardar las cosas que la gente en ocasiones le regala, dice que en los últimos meses, debido a la pandemia el trabajo bajo, ya casi no ganaban lo suficiente.

Afortunadamente gracias a la ayuda que les ofrece el gobierno federal, ahí la van pasando, solo para ellos, porque sus hijos ya crecieron.

Mencionó que desde que tenía 25 años se viene dedicando a tocar el violín, ahora lo hace por el gusto de la música, y así lo seguirá haciendo hasta que Dios  diga, ya no, hasta aquí lo dejamos.

En la charla participó su esposa doña María Rosa, que durante mucho tiempo, han caminado juntos, ella dice que a veces las personas los apoyan ofreciéndoles una moneda, o les dan un taquito o el desayuno como este viernes en un establecimiento de antojitos junto a un taller en Palma Sola, les dieron su café y sus respectivos taquitos de guisado.

Luego de la plática, mencionaron que hoy visitaban el municipio de Ixtaczoquitlán, que no les gusta mucho venir a Orizaba, porque la autoridad solo los anda molestando, por ese motivo dijeron que en Ixtac, está ya más tranquilo, terminando de decir esto, José Antonio adelanto el paso seguido por su esposa, como parte de una de las costumbres de los pueblos originarios, donde la mujer debe ir atrás del hombre.

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