Pepe Valencia| 23 noviembre de 2020
Tribuna
Libre.- Es
petición directa al presidente municipal Hipólito Rodríguez Herrero y al
cabildo en general para apoyar a miles de familias flageladas por la crisis
económica generada por la pandemia. Xalapa es una de las ciudades de la
república donde más caras son las tarifas del agua potable. Se puede y debe
reducir el alto cobro por este básico servicio público.
La capital del estado figura entre las diez
ciudades de la república con la más elevada tarifa, por arriba de Villahermosa,
Campeche, Mérida, Chihuahua, Guadalajara, Cuernavaca y otras grandes
poblaciones por mencionar unas cuantas.
Es el momento de que la Comisión Municipal de
Agua y Saneamiento deje de ser caja chica del alcalde en turno. Es hora de que
los ciudadanos sean los verdaderos beneficiarios de este servicio y el dinero
de la CMAS no vaya a parar a los bolsillos de los políticos.
Si existe desempleo y va en aumento la
pobreza, debido al confinamiento por el COVID19, si el ayuntamiento cae en
subejercicio y regresa recursos a la Secretaría de Hacienda, entonces lo justo
es apoyar y compensar de alguna forma a los xalapeños.
Si de por sí los recibos mensuales de CMAS a veces llegan demasiado abultados y
de poco o nada sirven las reclamaciones de los usuarios, lo conveniente es
revisar las tarifas y reducirlas hasta donde sea factible.
Es un clamor generalizado de los ciudadanos.
Incluso no estaría mal actualizar el impuesto
predial y no sólo cancelar o exentar los recargos, sino congelar o reducir en
la medida de lo posible este gravamen por lo menos mientras duran los efectos
de la crisis económica por la pandemia.
Si las actuales autoridades se resisten a
tomar medidas al respecto, ojalá que los futuros candidatos a alcaldes y
diputados se comprometan a pensar en el bienestar de la sociedad.
Es cierto, en grandes ciudades de distintos
países, como Canadá, Dinamarca, Holanda, Australia y otros, el agua es muy cara. La diferencia es la
calidad del producto y la eficiencia en la distribución. No hay comparación con
la que consumimos en Xalapa. En cambio, en Estados Unidos las tarifas son relativamente
baratas y el agua entubada se puede tomar.
Aquí, o no es viable por razones técnicas y
financieras, o no quieren las autoridades reducir las tarifas.
Creo que si hay voluntad, se puede bajar el
agua y el impuesto predial. ¿Qué opinan, amigas y amigos?
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