Ángel Rafael Martínez Alarcón| 02 enero de 2021
Tribuna
Libre.- En
la fiesta de San Esteban, protomártir
del cristiano, celebrada el 26 de diciembre, el pasado sábado 26, en las primeras horas de la mañana dejó de
latir el corazón de un extraordinario hombre, Francisco Uscanga Laria, a la edad de 80 años. No hubo esquelas
publicadas en la prensa escrita, ni de las instituciones donde algún momento prestó sus servicios
profesionales. Paco, como cariñosamente
sus amigos, alumnos y familiares le llamábamos.
Luego de padecer un cáncer, por
años y enfermedades crónicas degenerativas. El 2020, las cosas se le
complicaron para su salud, luego de una breve estancia en la ciudad de
Coatepec, regreso a su natal ciudad de lo vio nacer, el 4 de agosto de 1940, el
México que había votado para la presidencia por el General Manuel Avila Camacho
y Jorge Cerdan Lara, como gobernador del Estado de Veracruz.
Sus primeros estudios realizados en la ciudad de Xalapa, estudió la
licenciatura de Historia en Filosofía y Letras de la Universidad Veracruzana,
en edificio de la calle de Juárez. La maestría en la Universidad
Iberoamericana, en 1969, presentó su tesis con el título: La génesis del
movimiento centralista 1835, bajo la dirección del Dr. Edmundo O´Gorman. El
doctorado en ciencias políticas de los
Estados Unidos. Regresó a México, donde
tuvo varias actividades académicas, y
asesoría en los altos niveles del gobierno federal y estatal.
Una de las primeras escuela donde impartió clases en la ciudad de
Xalapa, fue el Instituto Científico
Motolinia, el Colegio Cumbres de la ciudad de México, donde tuvo de
alumno a don Florencio Sánchez Soler, una las figuras más importantes de los
Legionarios de Cristo ( en una reunión en Madrid, con la pastoral universitaria
convocado por Kiko Arguello, ahí la oportunidad de conocer al Padre Sánchez, al
saber que era de Xalapa, recordó a su maestro de historia, y me dio el nombre,
y resultó que lo conocía, y era el buen Paco Uscanga. En varias carreras de la
universidad impartió cursos en las licenciaturas y posgrados. En un sinnúmero
de instituciones del sector privado. Con su fallecimiento, nos queda ir
construyendo su biografía.
Francisco Uscanga Laria, lo conocí allá por el lejano año de 1982,
cuando llegó a vivir a la Casa Parroquia de la Iglesia del Calvario, en la
calle de Libertad, en el primer año como
párroco don Gustavo Lima Vázquez. Yo con mis 16 años, y algo imprudente,
poco a poco fui haciendo amistad con el Dr.Uscanga Laria, un hombre alto, su cuerpo delataba que había sido un jugador del fútbol
americano. Siempre con sus pantalones de mezclilla, camisa de cuadros. Sus
lentes con una alta graduación. Su barba corta. Nuestra amistad se dio
rápidamente, pues mi pregunta -hijo qué quieres estudiar. Le conteste historia, y mágicamente todo cambió, desde ese momento me adoptó como su alumno,
amigo y hermano en la fe.
Como científico social, nunca negó su fe católica, y fue tocado por la
mística de San Ignacio de la Loyola y San Francisco de Asís., en ese sentido
hasta el día de su fallecimiento siguió la vida franciscana; él nos enseñó a
despreciar las riquezas materiales de este mundo. El murió en la extrema
pobreza material, y millonario en la esperanza de la vida eterna, supo hacer
obras de vida eterna, siempre en el sigilo. En diciembre de 1982, ingresó a las
comunidades del Camino Neocatecumenal de la iglesia Catedral, el movimiente
que, en 1974, llegó a Xalapa, gracias a su gran amigo, el sacerdote Alberto Zamora Salicrup,(1943-2012)
Paco Uscanga, se convirtió en mi primer maestro de Historia, nuestras
largas horas de conversaciones, él presentándome a todos los historiadores
franceses y norteamericanos, así como los nacionales, que muchos de ellos lo conocía personalmente, hoy
sólo son recuerdos. Al cursar la carrera de historia, mucho me ayudaron a
comprender a mis maestros. En los años 90 del siglo XX, el director Manuel
Bautista Mercado, lo invitó a dictar un par de cursos, no tuve oportunidad de
cursarlos, por ir en semestre avanzado.
Esos años llegó una alumna de la Universidad de Santiago de Compostela
de la Xunta de Galicia, Ana María Framiñan, los alumnos que intercambio que
llegan a la Universidad Veracruzana, y Paco Uscanga, luego empezó a dialogar la
alumna, en su lengua materna, el gallego, y todos los quedamos impactados, creo
que nadie había escuchado dicha lengua; y el comento que era c lengua
materna con la que había crecido.
También recuerdo muchos, eran los años de mi actividad en Instituto de
Intercambio Cultural México- URSS, “José Mancisidor”, le llevaba toda la propaganda
llegada de la URSS, bajo el sello editorial de Novosti, al principio me decía
-hijo, eso peligroso, él formado en los Estados Unidos, era los años de la
guerra fría, pasaron los años, y decía
que no llegado la propaganda.
También lo recuerdo con sus libros, ya fuera en español o inglés, y sus
fichas blancas de trabajo, donde vaciaba la información, con la tinta azul de
su lapicero bic. Son miles de anécdotas de su vida, como sus abuelos, fueron
importantes en el exilio de Porfirio Díaz,
en Tlacotalpan; conocía a detalle el archivo del General Díaz, que
resguarda la Universidad Iberoamericana.
Así como una serie de compañeros de estudios en el extranjero, que luego
se convirtieron en gobernantes del país.
Su ciudad natal, lo va a extrañar quién no veía a Paco, siempre caminando, creo que nunca ocupó el
servicio urbano. Siempre caminando, subía a comprar su yogurt a la calle de
Pípila esquina 20 de noviembre. Siempre en su mundo, con su miopía muchas de
las veces no te reconocía, tenías que hablarle. También recuerdo sus años
trabajando a lado del padre Chinchachoma.
Irma Medel, Ana Emilia Sandoval, y muchas personas que estuvieron ahí,
en la hora precisa, para ver en Paco Uscanga, el rostro de Cristo, darle la
dignidad de sobrellevar la enfermedad y sus honras fúnebres. Hoy su muerte
me han dejado en la orfandad
intelectual.
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