* Su
candidatura a alcalde se esfuma *
Rechazó al PAN y lo vetaron * En el PRI
están hartos * Moreno y Bringas, el plan
B * Sin alianza PRI-PAN-PRD enfrente,
Tania Cruz va por la reelección * Hijo
del magistrado también cobra * Olaf en
video * Hamburguesas y trago en Madison
por casi 5 mil pesos * La muerte del
líder y la
misteriosa mujer
Tribuna
Libre.- Líder
rupestre, “La Amenaza” Vasconcelos no construye alianzas de oposición pero sí
las destruye. A unos, los panistas, los desaira; a otros, los priistas, los
suyos, los agravia; a los más los hace nada, erosionando el camino a la
alcaldía y salvando —para Ripley— a un Morena que apesta.
Miope, el vetusto obrero que nunca dio golpe
en la industria y que fue líder petrolero por sucesión monárquica, no ve el
alcance de sus alardes, ni renuncia a la soberbia, ni mide la frialdad de sus
aliados, mientras su candidatura entra en crisis.
Ajeno a todo, Carlos Vasconcelos Guevara
habita en un mundo etéreo. Se imagina alcalde de Coatzacoalcos sometiendo al
PRI, su partido, dividiendo a la base militante, desdeñando a los priistas que
lo sufren, y al panismo que le daba su apoyo condicionarle nada y al PRD que
tácitamente no existe.
¿Qué mueve a “La Amenaza” a fracturar la
alianza de oposición, complicando acuerdos, rehuyendo el diálogo con líderes
panistas e impulsores del frente cívico? Sus ligas con Morena, con los Robles
del Clan de la Succión, con la secretaria de Energía, Rocío Nahle.
Su desdén y el riesgo de un rompimiento entre
PRI y PAN le da oxígeno a Morena, el partido del obradorismo que hizo de la
presidencia municipal un botín, santuario del nepotismo y cuna de delincuentes
donde dispensaban su gracia un secuestrador, ya preso; un narcomenudista,
asesinado; un falsificador de actas de cabildo, impune; una experta en desviar
recursos a su universidad patito, y un mafioso con una red de empresas que
acapara la obra pública.
Suponiéndose Zeus tropical, Vasconcelos
merodea en las nubes del delirio sin captar que si la alianza lo excluye y el
PAN lo veta, la derrota es lo único que tendrá.
El desvarío, pues, es demencial. Vasconcelos
desairó de inicio la pasarela armada por los enviados del PRIANPRD y se montó
en ella cuando ya todo estaba hecho. Y sólo acudió para desayunar, reír y
cotorrear. Luego volvió al desdén.
Su estrategia es la del ogro filantrópico.
Anda en las colonias con la despensa en la mano y el engaño en la boca. Lleva
huevo de bajo precio, una bolsa de arroz, otra de frijol y otras minucias que
los vivos toman sin chistar… y sin comprometer su voto. Aporta pero no amarra.
Hará unos cinco años, siendo Javier Duarte el
gurú del priismo en Veracruz y el saqueo vivía sus días de esplendor,
Vasconcelos inició la treta: vendía despensas con precio simbólico y se ganaba
un elogio. Y redondeó el proyecto convirtiendo las instalaciones de la CTM
regional en un centro de ayuda médica, gratuita, a la población.
Especialistas atendían enfermos,
diagnosticaban y la medicina se obsequiaba o se vendía a bajo precio.
Centenares de adultos mayores y afectados en su movilidad obtuvieron sillas de
ruedas y bastones. Se realizaban análisis clínicos. Vasconcelos adquirió un
costoso equipo para realizar mastografías, que ni siquiera desempacó.
Era el ogro filantrópico y estaba en acción.
A la par presumía de haber auspiciado el
empleo con el proyecto Etileno XXI. Odebrecht construía y Vasconcelos, titular
del contrato colectivo, aportaba trabajadores. Odebrecht, la de los sobornos
que tienen a Peña Nieto y Luis Videgaray al borde de la prisión, era su aliado.
A la par, también, “La Amenaza” Vasconcelos
controlaba el transporte de personal, el comedor para los obreros y empleados.
Los contratos a constructores y proveedores pasaban por sus esbirros, delegados
que esquilmaban sin freno alguno.
Con disfraz de oveja, el lobo se trazó
entonces la meta de ser presidente municipal de Coatzacoalcos, en 2017. Fue
candidato del PRI, pero ocultó los colores, el emblema, toda referencia al
tricolor, agotado el partido y vilipendiado por el efecto Duarte, por el
escándalo de corrupción del ex gobernador que hurtó entre 35 mil y 80 mil
millones de pesos al erario.
Traicionado por el marcelismo —el ex alcalde
Joaquín Caballero y el ex subdirector administrativo de la Sedesol federal en
Veracruz, Víctor Rodríguez Gallegos pactaron con la hoy secretaria de Energía,
Rocío Nahle García—, fue vapuleado por Morena en la elección municipal. Y
entonces el lobo volvió a ser lobo.
Desmanteló el centro de ayuda médica,
suspendió la ayuda en colonias, se envolvió en la ira y pulverizó el sueño de
ser alcalde.
Al tercer año, “La Amenaza” vuelve a ser
oveja. Confía en la desmemoria de los que imaginaron al veterano líder de la
CTM como un altruista de verdad. Según Vasconcelos, el pueblo olvida. Les dio,
los usó, le fallaron, los desechó y los vuelve a usar.
Jodido el PRI que entre su pléyade de
infumables Vasconcelos es el menos peor. Sólo un personero del ex alcalde
Marcelo Montiel Montiel, Víctor Rodríguez Gallegos, le disputa la candidatura…
y el descrédito. O le calienta el ambiente para negociar con Morena y bajarse
del ring.
De negativos brutales, ligado a Rocío Nahle,
a la senadora morenista Maribel Villegas, sobre la que pesan escándalos por un
crimen, despojo de tierras nacionales, complicidad con el ex gobernador de
Quintana Roo, Roberto Borge, hoy preso, auspiciadora de la libertad del ex
mandatario quintanarooense, Mario Villanueva Madrid, enjuiciado por
narcotráfico de lo que se pudo librar, Víctor Rodríguez es la cara viva de la
derrota. Si contendiera solo, sin duda perdería.
Así pues, en el país de los ciegos, “La
Amenaza” es rey. Pero Vasconcelos no deja de tensar la cuerda. Al PRI lo
chantajea. A la alianza de oposición la ignora.
Tres audios registraron su voz, entre enero y
febrero de 2020, alardeando que se iría del PRI, que se inscribiría como
candidato independiente, que también dejaría la CTM, pero que los líderes de
organizaciones obreras le tendrían que aportar una cuota de votos o irse a
chiflar a otro jardín.
El chantaje dio resultado. Vasconcelos se
enfiló como único aspirante a la alcaldía de Coatzacoalcos. Y el PRI le
concedió la dirigencia local para su equipo. Desde entonces el PRI se dividió
aún más.
Aquellos audios retrataron las exigencias de
“La Amenaza”: todas las posiciones en la planilla del PRI serían suyas o no
sería candidato.
Al PAN también se la hizo. Convocados a una
reunión regional con todos los aspirantes a alcaldías y diputaciones federales
y locales, Vasconcelos no se apareció. Hizo menos a la máxima figura del
panismo veracruzano, Bernardo Téllez, y a dirigentes como Enrique Cambranis y
Tito Delfín.
La respuesta fue contundente: Vasconcelos se
puede ir por la libre, independiente, sin el aval del PAN en el proyecto de
alianza para Coatzacoalcos. El PAN lo vetó.
La cúpula panista concluyó que si al PAN se
le concede el derecho a proponer candidato en Coatzacoalcos, Vasconcelos está,
desde ahora, descartado. De ahí, el activismo de Jesús Moreno Delgado, ex
priista y ex integrante del equipo de Marcelo Montiel. La segunda opción es
convencer al ex alcalde, ex diputado federal y ex diputado local, que pasó del
PRI al PAN y regresó al PRI, Rafael García Bringas, de aceptar la candidatura.
“La Amenaza” rehuye la alianza. Y con ello
tácitamente mata al PRI. Sin alianza, sus votos no le dan para vencer a Morena.
Graduado en la universidad de la vida, con
posgrado en las mazmorras del sindicalismo charro, estudiante violento que no
perdonó ni a sus maestros, dilapidando la fortuna que le succionó a Pemex,
finalmente tomó el camino de la redención. O lo simula.
“La Amenaza” requiere, pues, de un psiquiatra
político, uno que le aclare el caos mental, los fantasmas que lo asedian, el
falso mundo de los predestinados y el delirio por ser alcalde sin un gramo de
talento para el servicio público.
Vasconcelos juega en tres pistas: una es la
del PRI; las otras, con Rocío Nahle y José Pablo Robles Martínez, son de
Morena.
Reventar la alianza de oposición tiene alta
rentabilidad. Si Morena retiene la alcaldía de Coatzacoalcos, gana Rocío Nahle
y fortalece su proyecto hacia la gubernatura de Veracruz en 2024, y le asegura
el negocio por cuatro años más a José Pablo Robles, su amigo, jefe del Clan de
la Succión, dueño de los periódicos Diario del Istmo e Imagen de Veracruz y
padre de la diputada local de Morena, antes duartista y beneficiaria del PRI,
Mónica Robles de Hillman.
Y el trabajo sucio se cobra bien.
Vasconcelos erosiona así a la alianza,
desaira al PAN, ignora al PRD, divide al PRI y le da oxígeno a Morena, que
electoralmente es un desastre total.
El lobo vuelve a vestirse de lobo.
Archivo muerto
Un plumazo y la alianza se destiñe. Van
juntos PRI, PAN y PRD por la diputación federal en todo Veracruz, menos en
Coatzacoalcos, dándole hasta ahora a Morena, a Rocío Nahle, al Peje Andrés
Manuel, el oxígeno que requieren para no perder en su bastión. De los 300
distritos electorales en el país, 152 van en alianza. Y de los 20 de Veracruz,
sólo Coatzacoalcos quedó fuera. Hay, sin embargo, proyecto para concretar el
acuerdo en 190, que permitiría incorporar al viejo Puerto México. El PAN
propondrá candidatos en sus feudos: Veracruz Urbano y Rural, Córdoba, Pánuco,
Tantoyuca, Tuxpan, Martínez de la Torre, Huatusco y Cosamaloapan; el PRI en
Xalapa Urbano, Xalapa Rural, Coatepec, Orizaba, y el PRD en Poza Rica,
Papantla, Zongolica, San Andrés, Minatitlán, Cosoleacaque. Algo se tramó porque
tampoco habrá alianza Morena-Partido del Trabajo-Partido Verde en el distrito
de Coatzacoalcos, cuya candidata será Tania Cruz Santos, actual diputada
federal, quien va por la reelección en un escenario menos complicado que si
tuviera que enfrentar al trabuco PRI-PAN-PRD… Mal de males, el nepotismo en el
Poder Judicial de Veracruz es el postre del festín. Así como Edel Álvarez tenía
a su sobrino Jorge Franco en el área financiera del Consejo de la Judicatura, y
Sofía Huerta a su nuera como secretaria de Acuerdos del CJ, y la presidenta del
Tribunal de Conciliación, Itzel Castro Castillo, a su novio, pareja o lo que
sea, Alejandro Dávila Vera, de pasado duartista, del clan del ex fiscal del
estado, Luis Ángel Bravo Contreras, alias Fisculín, también el magistrado Jorge
Espinosa Castillo ve por su hijo, Jorge Espinosa Vázquez, y lo incrusta en la
nómina oficial. Al vástago lo ponen donde hay: secretario del magistrado
Cándido Nicanor Rivera, el de la toga de trapo y el birrete de oropel, en la
Cuarta Sala en Materia Civil, con percepciones nada despreciables —salario,
compensación garantizada, bono de despensa, estímulo a servidores públicos—,
más lo que se acumule en el camino. Y todo por ser hijo de papá. Y todo porque
el nepotismo no cesa. Con la presidenta morenista del PJV, Isabel Inés Romero
Cruz, la podredumbre se maquilla. Pero ahí está… Rafael Olaf Blanco y el video
con la cuenta por más de 4 mil pesos en Madison. Circula en redes sociales y en
ella se muestra la nota de consumo, tacos y hamburguesas, Bohemia, Lagger y
Heineken, vino, clericot, Bacardí, tragos y más tragos, y al final lo que se
debió pagar: 4 mil 834 pesos. Enfocado a la cámara, se observa al secretario
del alcalde de Coatzacoalcos, Víctor Manuel Carranza, Rafael Olaf, y una voz en
off suelta: “¿Quién comió ver…a, eh, que nos la metieron en la cuenta?”. Y Olaf
sonríe y asiente con la cabeza. Mueve la escena en Tik-tok, Joe Manzano. Olaf,
el de los excesos, el que cobra en el ayuntamiento y en Pemex, violando la ley
porque en ambas nóminas aparece como trabajador activo. Así, el cambio. Así, la
transformación… Tundido a golpes, don Polo transitó de la agonía a la muerte.
Charro, como su mentor Carlos Vasconcelos, líder aún de la CTM, tuvo en sus
manos al sindicato de la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento de
Coatzacoalcos (CMAS) por más de 30 años, canjeando condiciones laborales
óptimas por silencio y sumisión, callado ante el saqueo brutal, los negocios y
sobornos, la caja chica del PRI. Su muerte es un misterio. A Leopoldo Hernández
Manuel no lo mataron los golpes de un presunto asalto, pero sí el terror que
vivió. 80 días después, nada se sabe de la mujer con la que convivió horas
antes. Ni quién le propinó la felpa. Unos cuantos lo vieron con las huellas de
la golpiza, más aún trasluciendo un miedo superlativo. Y en su gremio todos
callan. Muerto el rey, viva el nuevo rey…