José Miguel Cobián| 08 marzo 2021
Tribuna
Libre.- Es
un verdadero privilegio poder observar el actuar del presidente de la república
y de sus asesores en el manejo de la opinión pública. Día a día convence a sus correligionarios,
que por cierto le creen todo lo que dice, pero también maneja a quienes no
están (estamos en muchas ocasiones) de acuerdo con su desempeño como
gobernante, o con las políticas públicas que implementa.
Andrés Manuel es dueño y
señor de la agenda pública. Su decisión de
opacar al grado de desconocimiento público, a sus secretarios de estado nos ha
regresado al presidencialismo de los años 70´s.
Había antecedentes, en su gestión de gobierno al frente de la ciudad de
México, y en Veracruz conocíamos ese estilo personal de gobernar, desde los
tiempos de Fidel Herrera, quien resolvía cualquier problema estatal, ya fuera
en la banqueta, en una comida, o donde se encontrara, teniendo a su equipo de
apoyo, pero jamás cediendo un ápice los reflectores y las decisiones. También cuando Miguel Ángel Yunes fue
gobernador tuvimos el mismo manejo de la administración pública, así que no
podemos afirmar que AMLO fue innovador, tan solo ha perfeccionado el modelo a
un grado que ningún otro político mexicano en la era moderna había logrado.
A Andrés no le gusta la
crítica. Así se adueñó de la CNHD que a la fecha no ha emitido una sola
recomendación que pudiera molestar a quien le otorgó la beca. Pero no solo allí, en el tribunal federal
electoral AMLO es amo y señor, en la cámara de diputados igual, en la suprema
corte de justicia también pues no pasará ninguna acción de inconstitucionalidad
salvo las más obvias, o las que le convengan al propio Andrés simulando jugar
en su contra. Los organismos
reguladores de energía, y muchos más, han sido cooptados desde la presidencia
imperial, a ciencia y paciencia de una sociedad civil que no ha sabido
reaccionar, porque rara vez había participado en los asuntos públicos, y con la
complicidad de los partidos políticos, no solo los satélites de Morena, sino
también los opositores de Morena, que en un afán de conservar sus privilegios y
cotos de poder, no han actuado como lo haría la oposición en una democracia
moderna y madura. Aquí, todo es
simulación.
Hace pocos días salió el
informe de la Auditoría Superior de la Federación, señalando como siempre lo ha
hecho, una cantidad enorme de anomalías que debido a que es un informe
preliminar, habrán de ser aclaradas o confirmadas por las dependencias
señaladas en dicho informe. Sin
embargo, Andrés, viejo lobo de mar, sabedor de que las cifras preliminares son
las que quedan en el inconsciente colectivo, en lugar de las definitivas, de
inmediato politizó el asunto, y reclamó las cifras de pérdidas económicas por
la cancelación del aeropuerto de Texcoco.
Con eso, el gran distractor,
logró que no se comentara ante la opinión pública el mal manejo y la
distracción de recursos detectada en los programas estrella como son Jóvenes
Construyendo el Futuro, o Sembrando Vida, por mencionar nada más dos. También logró que no apareciera ante la
opinión pública el desvío de más de tres mil millones de pesos en la nueva
conasupo, o las diferencias y faltantes detectados en las obras de Dos Bocas,
Tren Maya y aeropuerto de Santa Lucía
Imponiendo agenda día con
día, son tantos los temas que hay que comentar y desmentir, son tantas las
tonterías que a veces salen a la luz, tantas nuevas noticias, como la infección
López Gatell o del secretario de la defensa, la denuncia y desafuero contra
Cabeza de Vaca, los linchamientos mediáticos de los 10,000 trolls (cifra real)
que maneja el gobierno para controlar la opinión pública, que a fin de cuentas,
lo importante deja de ser noticia para dar paso a lo inmediato. Y ahora con el tema de vacunas, también hay
una nueva arma en el arsenal. Primero
que se registren por internet, que no sirve el portal, que te avisan que van a
llegar, que te dicen cómo será el procedimiento, que hay molestia por esperar
diez horas, que ya mejoró el proceso, en fin, las vacunas como fuente inagotable
de distracción, hasta extremos como que no hay suficientes congeladores, que
mejor se mandan a gobierno opositores que tienen con que manejarlas porque los
gobiernos afines no han movido un dedo. Que si se compraron, que no se
compraron, que nos las regalaron, que son muestras médicas, que se las pedimos
a Biden. Puff.
Y mientras tanto, quién no
comprende cómo funciona la ASF deja de prestar atención a lo importante. Veamos, se hace la revisión, y si no se
permite revisar es un escándalo, que la secretaría de la función pública evitó,
pero que indica el nivel de corrupción en esa secretaria a cargo de la esposa
de John Ackerman. Una vez que se
tienen las conclusiones, se envían a la propia dependencia, para que emita su
opinión preliminar, y alegue a su favor.
Haya o no aclarado cualquier diferencia detectada, se emite el informe
preliminar, que fue el que dieron a conocer, pero no son cifras
definitivas. Todavía hay 30 días para
poder realizar aclaraciones. Por eso
todos los gobiernos anteriores no prestaban atención a los informes
preliminares. Pero AMLO no quiere que la opinión pública se quede con esos
datos, por eso dijo que tenía otros datos.
Estamos en plazo de
aclaración. El auditor superior cometió
un error garrafal al desmentirse a sí mismo sin probar su propio desmentido,
quedando como sometido al poder ejecutivo y dejando al presidente como un
bravucón amenazante al que no solo el ex
ministro le teme, sino también el propio auditor superior. Pero el logro de Andrés es innegable. Ya no se mencionan los miles de millones de
pesos posiblemente desviados, e incluso la discusión no es que se tiró dinero
al cancelar el NAIM, lo cual debería de indignar a cualquier ciudadano, sino
que fueron cien, doscientos o trescientos mil millones de pesos los que se
tiraron en esa cancelación.
El pueblo bueno, recibe unos
centavitos cada mes o cada bimestre. No
comprende que ese dinero tirado a la basura, más todo el dinero desviado, más
las ineficiencias del gobierno en turno, le privan de mejores servicios
médicos, de mejores escuelas, de mejores policías, de mejor justicia, y sobre
todo, privan a los pobres de una más fácil movilidad social, para que dejen de
ser pobres, gracias al crecimiento económico nacional. Y por eso, Andrés tiene elevados índices de
popularidad, aplaudido por esos mismos a quiénes más daño les causa. Bien lo dijo a lo largo de dieciocho años:
¨Primero los pobres¨. Y vaya que ha dañado
primero a los pobres en el ejercicio de su gobierno.
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