Ángel Rafael Martínez Alarcón | 05 abril 2021
Tribuna Libre. - Hacer historia exige años y ayuda a tenerlos. La historia, que ayuda a la longevidad, parece ser que la demanda. Los años dotan de altura para el juicio histórico; obligan a poner entre interrogaciones lo que se aseguraba; otorgan capacidad de duda e imponen, a veces, el recurrir a los puntos suspensivos. Discurso de ingreso a la Academia Mexicana de la Historia, 7 de agosto de 1968.
Tendría yo unos ocho años,
cuando escuché en el hogar una conversación de los adultos en el hogar, tuvo
mucha repercusión. El problema había sido que don Manuel Carbonell de la Hoz,
(1985) no sería el sucesor en el gobierno de don Rafael Murillo Vidal,
(1904-1986) el próximo sexenio sería de 1974 a 1980. Era presidente de la
República, Luis Echevarría Álvarez. Hasta el día de hoy, me pregunto, por qué
mi memoria guardo ese tipo de conversaciones de mis mayores. En esa trama, como
siempre había un villano, o culpable de la situación. Era don Jesús Reyes
Heroles, (1921-1985). Presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido
Revolucionario Institucional, uno de los hombres más importantes del sistema
político mexicano. En ese año cursó el grado de primaria con la Maestra Lina
Córdoba, vecina de la familia, y casada con un líder campesino, el ing. Mario
Hernández Posadas, (1929-2012) mejor conocido como el tigre, más tarde Senador
de la República, también recuerdo las conversaciones de mi maestra, sobre este
asunto.
Don Jesús Reyes Herodes, en ese año
cambio la historia política del Estado de Veracruz, pues como veracruzano no había
dado su visto bueno a la candidatura de Carbonell de la Hoz, subsecretario del
gobierno estatal; así como una bala cambio el destino de Veracruz, en 1936, con
el asesinato de Manlio Fabio Altamirano, (1892-1936). En 1974, una sola
declaración del primer priista del país, el candidato, era el diputado federal
Rafael Hernández Ochoa, (1915-1990), con una larga trayectoria como funcionario
a nivel Federal. Sin olvidar que, en la
elección federal de 1970, cuando el Senador Rafael Arriola Molina (1913-1996).
Fue bajado del escaño, en agosto de 1970, hay varias versiones, un caso nunca
antes visto, al interior del Gobierno y el PRI.
El otro recuerdo que tengo de don
Jesús Reyes Heroles, fue de marzo de 1985, camino a la primera jornada mundial
de la juventud, convocada por SS. Juan Pablo II (1920-2005). Las actividades
del aeropuerto internacional de la ciudad de México, Benito Juárez, esa mañana de marzo 22, arribaron los restos
del ex secretario de Educación Pública del gobierno encabezado por Miguel de la
Madrid Hurtado.(1934-2012) A lo lejos, vimos el féretro seguramente de cedro,
que contenía los restos mortales del ideólogo más importante del siglo XX, un
servidor ya con 19 años era testigo de dicho acontecimiento, y conocía ya la
biografía de tan ilustre mexicano, nacido en suelo veracruzano..
Jesús Reyes Heroles. Nacido en
el puerto de Tuxpan, Ver., el 3 de abril de 1921, sus padres, Jesús Reyes
(nacionalidad española) y Juana Heroles. Sus primeros estudios los realiza en
su ciudad natal, más tarde tiene que estudiar en Tampico, Ciudad Victoria, San
Luis Potosí. Los estudios de licenciatura en derecho, los realiza en la
Universidad Nacional Autónoma de México, entre 1939-1944. Más tarde viaja a la
Reùblica de Argentina para estudiar su postgrado.
Desde muy joven está
interesado en la vida partidista, en 1939, se convierte en secretario
particular del General Heriberto Jara Corona (1878-1968), presidente del comité
ejecutivo nacional del Partido de la Revolución Mexicana. Vida política en el
PRI, miembro del IEPES (1949) y de su consejo consultivo (1960), consejero del
presidente (1952) y presidente (1972-75) del comité ejecutivo nacional. Asesor
de la Presidencia de la República (1952-1958), subdirector general técnico del
IMSS (1953-58), diputado federal
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