**El Cartel inmobiliario es una bomba de tiempo en fraccionamientos de Veracruz.
**José
"Pepe" Medina Hernández, Rubén Corrons y Flavio Hernández Cházaro son
sus prestanombres.
**Vecinos
de los fraccionamientos Reforma y Virginia repudian a los hermanos Fernando y
Miguel Yunes.
**Con Patricia Lobeira como "títere" en a la alcaldía, se seguirán haciendo millonarios negocios en Veracruz.
Veracruz, Ver. | 04 junio 2021
Tribuna Libre. - Algo singular está sucediendo en el fraccionamiento Reforma y Virginia de la ciudad de Veracruz donde el rechazo hacia los hermanos Yunes Márquez (Fernando y Miguel Ángel) tiene más que preocupados a los estrategas electorales contratados por el "Clan Yunes" de cara a la elección del próximo domingo.
Y es que los cientos de vecinos que han vivido por años y años están que trinan contra todo lo que huela a la Monarquía Yunes, ya que debido a sus ambiciones desmedidas de poder y dinero tienen a miles de familias padeciendo cortes de agua y de suministro de energía eléctrica debido a la saturación de la red de agua potable y eléctrica por el desmedido crecimiento de torres departamentales aprobadas desde el ayuntamiento en dicha zona.
Y es que desde el ayuntamiento Fernando Yunes ha expedido infinidad de permisos de obra y construcción de torres de departamentos que han acabado por saturar la zona, por lo que ahora los ciudadanos sufren problemas de suministros de luz y agua potable.
Dichos desarrollos habitacionales son precisamente negocios de la familia Yunes Márquez, quienes por medio de sus prestanombres como Román Corrons, José Ricardo (Pepe) Medina Hernández, Flavio Hernández Cházaro y Montserrat Aceval Acosta, se han llenado las bolsas $$$ con los proyectos autorizados desde el ayuntamiento de Veracruz por parte de Fernando Yunes.
Es tanto el rechazo que existe en la zona contra los hermanos Yunes Márquez que la propia lideresa de los colonos del Reforma Emilia Labourdette, los está tundiendo en redes sociales.
Quien transite por la zona del fraccionamiento Reforma y del Virginia en estos días se podrá dar cuenta del abierto rechazo que existe hacia el ayuntamiento que preside Fernando Yunes, ya que en 6 de cada 10 domicilios existen lonas de repudio a los desarrollos inmobiliarios que han hecho y siguen haciendo la "Fami-Glia" en la zona por medio de sus prestanombres y que tienen sufriendo a miles de ciudadanos por las consecuencias arriba mencionadas.
Ni hablar, una zona que por varios años ha sido considerada como "Panista" está en abierto rechazo al actual alcalde y el intento de la monarquía por perpetuarse en el poder, y por consiguiente en abierto rechazo hacia la Juanita Lobeira, quie implica la continuidad de esta terrible corrupción que le ha venido a dar al traste a toda esta zona donde nunca habían vivido estos problemas que hoy en día padecen un día si y otro también gracias a la corrupción del Clan Yunes.
La construcción y desarrollo de torres de departamentos y condominios en los Fraccionamientos Reforma y Virginia, una de las zonas de mayor plusvalía en los municipios de Veracruz y Boca del Río, ha sido exponencial en los últimos años.
A pesar de la desaceleración económica derivada de la pandemia, el sector de la construcción en el segmento de departamentos registra un crecimiento extraordinario, que contrasta con otros modelos inmobiliarios.
Este crecimiento que debería ser una buena noticia, oculta una parte oscura en su operación, que de no corregirse provocará un grave problema para la ciudad.
Estamos hablando de un refinado modelo que involucra:
1.- Inversionistas reales y prestanombres.
2.- Constructores consentidos.
3.- Gestores (traficantes de influencias).
4.- Autoridades coludidas que terminan siendo socios de los inversionistas.
El inversionista o inversionistas adquieren una propiedad (casa) en una ubicación previamente seleccionada.
El desarrollador (constructor), que puede o no ser socio del inversionista, realiza un proyecto “adhoc” con el terreno.
Los gestores (traficantes de influencias) que pueden estar asociados o no con los inversionistas, tramitan ante las autoridades municipales las licencias y permisos, mismos que implican (entre otras cosas) estudios de factibilidad y de impacto en la zona.
Los permisos y licencias son autorizados en “fast track” mediante acuerdos previos y muchas veces violando los protocolos y normas, incluso sin el aval de los vecinos, quienes son los principales afectados.
La colusión entre inversionistas, desarrolladores, gestores y autoridades municipales, crean el modelo de operación “perfecto”.
Y sí, sería perfecto, de no ser porque los desarrollos y proyectos se han limitado a un selecto grupo de inversionistas que han acaparado el mercado y que se han visto favorecidos por la red de influencias que conforman el cartel inmobiliario de los Yunes.
Y sí, sería perfecto, de no ser porque el otorgamiento de licencias y permisos para estos desarrollos, han comprometido la capacidad de los servicios públicos en la zona, provocando:
1.- El colapso de la red hidráulica, derivado del exceso de descargas. Donde antes había una casa, ahora hay 12 o hasta 16 departamentos generando más descargas.
2.- Falta de agua, ante una mayor demanda, el agua potable empieza a escasear, obligando al uso de pipas en una zona residencial.
3.- Fallos en el suministro de energía eléctrica, la CFE reporta que la demanda en la zona se ha incrementado y su red de distribución resulta insuficiente.
4.- Saturación de vehículos en las calles, muchas de las torres de departamentos de la zona, incumplen con la normativa que establece un número proporcional de estacionamientos.
El “boom” inmobiliario en la zona de los
fraccionamientos Reforma y Virginia, oculta una serie de irregularidades y una
red de tráfico de influencias que alguien debería de atender, antes de que sea
demasiado tarde.
