Ciudad de México | 12 octubre 2021
Tribuna
Libre.- La
administración federal busca cambiar el orden en que se utiliza la electricidad
para utilizar en mayor medida las centrales de la CFE, aunque este represente
mayor uso de combustibles fósiles.
La propuesta de reforma eléctrica prioriza la
electricidad generada en las centrales térmicas de la Comisión Federal de
Electricidad (CFE) –que funcionan a base de combustóleo, diésel o turbo gas–
por encima de las plantas solares o eólicas, que en su mayoría son propiedad de
compañías privadas.
El orden de despacho –es decir, cómo se
subirá la energía al sistema–, que se aplicará en caso de que se vote a favor
de la iniciativa, fue detallado este lunes por Rocío Nahle, la secretaría de
Energía, durante la conferencia matutina del presidente. La administración
federal ha decidido poner al inicio de la fila a las centrales hidroeléctricas,
seguidas de la central nuclear de Laguna Verde, las plantas de geotermia y las
de ciclo combinado –que funcionan a base de gas– de la CFE.
Tras estas, la prioridad la tendrá la
electricidad generada en las plantas térmicas, que quedarán por encima de las
centrales eólicas y solares, y de las centrales que funcionan con gas natural
propiedad de la iniciativa privada. Nahle ha asegurado que las plantas de
carbón quedarán al final de la fila
Hasta ahora, el Centro Nacional de Control de
Energía (Cenace) prioriza la energía nuclear, la solar, eólica, la geotermia y
el gas, en ese orden, que toma como base los costos variables en la generación
de ésta y toma en primer término a las que considera más baratas. Pero la
administración federal se ha quejado en los últimos años que esto ha dejado sin
uso las instalaciones de la CFE, lo que ha afectado sus finanzas.
En caso de aprobarse sin cambios, la reforma
también establece que el Cenace volverá a las filas de la Secretaría de Energía
–como lo era hasta hace unos años– y eso facilitará a la compañía dirigida por
Manuel Bartlett dar prioridad a la energía que la estatal produce, sin importar
el método de generación.
La empresa estatal tiene 191 centrales, que
actualmente, aseguró Nahle, operan al 55% de su capacidad por el modelo que se
implementó tras la reforma de 2013. “Con ello, la CFE va a controlar el
despacho de la electricidad y podrá vender su electricidad producida y obtener
mayores ingresos (...) Este nuevo despacho nos va a garantizar una mejor
operatividad y flexibilidad en el sistema, y además nos ayuda con las tarifas
eléctricas”, dijo en la conferencia de Palacio Nacional.
Esta no es la primera vez que el gobierno
federal intenta cambiar este orden. En la política de confiabilidad publicada
en mayo de 2019 –y que después fue desechada tras fallos judiciales a favor de
la iniciativa privada y la Comisión Federal de Competencia– la Secretaría de
Energía ya buscaba priorizar el uso de las plantas de la eléctrica nacional.
El gobierno federal ha buscado incrementar el
uso del combustóleo, que se caracteriza por un alto poder contaminante, para
poder realizar sinergias entre las estatales CFE y Pemex. La petrolera ha
aumentado la producción de este subproducto de la refinación en los últimos años,
derivado del incremento en el uso de las refinerías en la búsqueda por aumentar
el consumo de la gasolina refinada en el país. Pemex acumula 15 meses con una
producción de combustóleo por encima de la cantidad de gasolina que sale de sus
refinerías.
Pero a pesar del intento por cambiar el orden
en el despacho, las energías renovables, principalmente la solar, ha sumado
crecimiento en los últimos meses y les ha quitado participación de mercado a
otros combustibles como el carbón. Durante 2020, la electricidad producida en
centrales solares mostró un incremento anual de 61% y la eólica de 18%.