* Protegido de Rocío Nahle con un historial deplorable
* Escándalos y trifulcas en
bares y ahora a inculcar una vida sana, libre de vicios
* Bronca con los Guízar y gresca fenomenal en El Rincón de José Alfredo
Mussio Cárdenas Arellano | 06 enero 2022
Tribuna
Libre.-Consumado bebedor,
actor en trifulcas épicas, Roberto Pérez López enfrenta una misión, si no
imposible, cuando menos cómica: ser director del Deporte Municipal en
Coatzacoalcos.
Cliente
asiduo, frecuente, de tugurios y lupanares, de cantinas de mala muerte y bares
de caché, el célebre “Ganso” Pérez López había trotado en el bajo mundo, asido,
aferrado a la botella y el cartón hasta que su impulsora, la hoy secretaria de
Energía, Rocío Nahle García, le despertó el gusto por vivir del erario.
Y
insólito es que el historial bohemio no cuente, ni las francachelas con final
violento, ni los océanos de alcohol corriéndole en torrentes por las venas para
convertirse en director del deporte municipal, donde lo prioritario es, en
teoría, cumplir la sentencia olímpica “mens sana in corpore sano” (mente sana
en cuerpo sano).
Con
Roberto Pérez, ni mente sana ni cuerpo sano.
Su
nombramiento sacude las redes sociales y divierte a la prensa. Al “Ganso” Pérez
López se le pudo dar la Dirección de Alcoholes, donde a la par del salario y el
poder para decidir qué negocio cumple con la ley y cuál no, es patente para
extorsionar, la llave que allega los favores de propietarios de los giros
negros, de depósitos, cantinas y bares de medio pelo y también los de quinto
patio, a riesgo de regatearle la clientela a la delincuencia.
Otrora
reportero admirado, Roberto Pérez llegó a ser un sabueso de la información en
sus inicios en el periódico Noticias y tiempo después primer presidente y
fundador de la Asociación de Periodistas de Coatzacoalcos. Y la zacapela no
podía faltar.
TRIFULCA
CON LOS GUÍZAR
Un
día, en los rumbos de la colonia Benito Juárez, que luego sería el feudo de
Hernán Martínez Zavaleta, alias Comandante H, el último líder zeta del sur de
Veracruz, fue protagonista —testigo correlón— en una gresca entre periodistas y
la cúpula del clan Guízar, que en ese entonces suspiraba por el poder.
Entrados
en copas no faltaron las bromas de mesa a mesa, habladas picantes que se
tornaron hirientes, escalando hasta alcanzar el rango de agravio mutuo.
Aquella
mesa tenía entre sus figuras a Jesús Hernández Tea, entonces caricaturista y
columnista en Diario del Istmo, ex candidato a alcalde en 1994, síndico
municipal de Armando Rotter Maldonado en el único gobierno que el Partido de la
Revolución Democrática alcanzó en Coatzacoalcos, de 1998 a 2000, y a la postre
coordinador de asesores de Víctor Manuel Carranza Rosaldo, de Morena, el peor
alcalde en la historia del municipio.
Mientras
unos se decían, se retaban, se liaban a golpes y las sillas volaban, el “Ganso”
Pérez López hizo lo que mejor sabe: se refugió en el baño. Desde ahí vio llegar
a la policía, someter a los rijosos y llevarse a los bandos en pugna.
Roberto
Pérez dejó el baño, se apresuró a salir de la cantina y partió a fraguar dónde
protagonizar la siguiente aventura.
GRESCA
EN EL RINCÓN DE JOSÉ ALFREDO
Otra
gresca fue la ocurrida la madrugada del 3 de marzo de 2009 en la galería
cantina El Rincón de José Alfredo, entre cuatro periodistas y el ex regidor
perredista, Alejandro Wong Ramos.
Los
comunicadores acusaron una provocación de Wong Ramos, un reclamo a José Luis
Pérez Cruz, entonces columnista de Diario del Istmo. Al intervenir José Luis
Ortega Vidal, de Olmeca TV, el ex edil pidió a su ayudante que fuera a su
automóvil por una pistola. Todos intentaron huir.
Ortega
Vidal subió al techo del bar, caminó en medio de la oscuridad y cayó en un pozo
de luz de una vivienda contigua. Roberto Pérez López, quien se había refugiado
en un baño, llegó a la azotea y al escuchar los lamentos de su compañero, se
lanzó tratando de ayudarlo, cayéndole encima.
Pérez
Cruz aprovechó un descuido de Wong, quien transitaba por un pasillo lateral de
la cantina, y salió del lugar. Se mantuvo en la acera de enfrente observando el
desenlace.
Fue
un escándalo. En la reconstrucción de hechos nadie probó que Wong portara una
pistola. Lo dijeron pero no lo probaron.
Pese
a la telenovela que armó el fiscal Félix Jácome, un amparo desvaneció los
cargos que enfrentó Alejandro Wong, cuya conducta violenta y sus francachelas
lo hicieron centro de múltiples críticas y de pésima fama pública.
Alcohol
y violencia en un incidente en el que Roberto Pérez López fue protagonista.
SU
AMIGO ELÍAS OMRI GUTIÉRREZ GORDILLO, LEVANTADO
La
mañana del 23 de enero de 2018, su amigo Elías Omri Gutiérrez Gordillo fue
levantado por un comando del crimen organizado. Por la tarde, ese día, fue
liberado sin daños mayores, pero con una consigna: que el ayuntamiento no
tocara los intereses de la delincuencia.
Gutiérrez
Gordillo era director de Ingresos de la Tesorería Municipal y su pretensión fue
meter al orden los giros negros, cobrar derechos y contribuciones a bares y
cantinas, depósitos de bebidas alcohólicas y table dance. La respuesta fue un
apretón.
Cuando
Elías Omri Gutiérrez fue dejado en libertad, entregó el mensaje y renunció al
cargo.
Elías
Omri es amigo personal de Roberto Pérez López. Compartieron departamento en la
Ciudad de México cuando su mentora, Rocío Nahle, fue diputada federal, de 2015
a 2018, y ambos formaban parte de su equipo de trabajo.
VOCERO
DE CARRANZA… Y LUEGO DEGRADADO
Dos
semanas más tarde, el 8 de febrero de 2018, el entonces alcalde, Víctor Manuel
Carranza Rosaldo, lo degradó. Pérez López pasó a ser subdirector de
Comunicación Social y su nuevo jefe, Joel Alejandro Arellano Torres, lo redujo,
tácitamente a un “aviador” sin oficio ni beneficio, dedicado a cobrar su
quincena.
Pese
al agravio, Roberto Pérez se mantuvo en la estructura municipal. Fue los ojos y
orejas de Rocío Nahle en el área de prensa, advirtiendo cada paso de los medios
en torno al alcalde Víctor Carranza.
Operativamente,
fue inexistente. Y no volvió al cargo, incluso cuando Joel Arellano Torres
renunció, envuelto en diversos escándalos, una denuncia penal por rehuir el
pago de un vehículo marca Eclipse que pidió probar y no devolverlo, y
acusaciones de rasurarle el salario a una reportera gráfica adscrita a la
Dirección de Comunicación Social.
Roberto
Pérez era subdirector y así continuó.
ABORDÓ
UN TAXI Y EL CONDUCTOR SE LE FUE ENCIMA
Una
semana después, el 15 de febrero, el “Ganso” Pérez López, ya siendo subdirector
de Comunicación Social en el ayuntamiento de Coatzacoalcos, fue víctima de un
presunto asalto a bordo del taxi en que se trasladaba al concluir su labor en
palacio municipal.
Contó
haber sido objeto de asalto a manos del taxista que le prestaba el servicio.
Apenas abordó el vehículo, el taxista se le fue encima.
Terminó
en una clínica donde se le atendió por los daños sufridos y pronto se
reincorporó a su actividad como segundo de abordo en la vocería del alcalde.
FLAMANTE
DIRECTOR DE DEPORTE MUNICIPAL
Concluido
el ayuntamiento de Víctor Carranza, Roberto Pérez vio frustrado su sueño de ser
regidor. Rocío Nahle maniobró y Morena le asignó la suplencia en la regiduría
primera.
A
cambio, el alcalde Amado Cruz Malpica lo designa director Municipal del
Deporte, cargo por el que transitaron personajes con trayectoria, solvencia
moral e historial.
La
Dimude, en la que se desempeñaron Gerardo Balandrano Casas y William Castillo
Moo, maestros de educación física, formadores de generaciones en escuelas de
prestigio, hoy está en manos de un periodista que devino en militante de
Morena, afecto al alcohol, protagonista de escándalos, de bailes con música
estridente en mercados y trifulcas de cantina.
Ni
mente sana ni cuerpo sano, contrario a lo que reza la máxima olímpica.
Roberto
Pérez López es otro producto Nahle.
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