Ángel Rafael Martínez Alarcón | 10 febrero 2022
Tribuna
Libre.- Continuamos
con la pena de seguir despidiendo a queridos amigos, que pesan a la vida
eterna; estos últimos 24 meses de pandemia del covid-19, nos han arrebatado a
seres muy queridos, y que a lo largo de la vida hemos caminado en diferentes
ambientes en la vida. El miércoles 9 de febrero del presente año 2022, dejó de
latir el corazón de un extraordinario hombre, como lo fue el médico partero
Bernardo Margarito Téllez Juárez,nacido en la ciudad de Tepeaca, Puebla, el
once de febrero de 1954, faltando dos días para cumplir 68 años de vida. En
varios de los ambientes donde el doctor Téllez,
prestó sus servicios como médico, militante del partido Acción Nacional,
y del movimiento por la vida, nos ha impactado la noticia de su fallecimiento.
No se por que Mireya Cuéllar Hernández,
2003, no lo incluyó en su obra: Los panistas
Una de las grandes enseñanzas que siempre la admiré fue su gran don de
prudencia, sobre todo en las actividades políticas y públicas donde actuaba.
Creo que nunca tuvo un mal pensamiento y que haya hablado mal de alguien,
siempre actuando con una rectitud ya casi olvidada en nuestra sociedad. Siempre
tenía la palabra correcta en favor de hacer el bien, en favor de la humanidad. Como hombre de fe y sobre
todo como católico, siempre tuvo muy claro los ideales de Jesucristo, su vida
familiar fue ejemplo de ello.
Hace 50 años, inició sus estudios de medicina en la Universidad
Veracruzana, los cuales concluyeron en 1978, para ejercer la profesión de
médico partero en el centro del Estado de Veracruz, y fundó la clínica de
maternidad Téllez. Más tarde ingresó a la Coparmex local donde tuvo destacada
participación.
En 1992 fue electo como regidor por Acción Nacional en el Ayuntamiento
Constitucional de Atoyac, Veracruz, cuatro años atrás se había afiliado a dicho
instituto político, en la campaña presidencial de Manuel J. Clouthier
Rincón(1934-1989) (Cuéllar, 2003:57-60)
En su militancia en Acción Nacional, recorrió todos los puestos del
partido desde la estructura municipal, desde consejo estatal hasta consejero
nacional. Secretario General del partido, en la presidencia de Víctor Alejandro
Vázquez Cuevas, (1971) tiempo más tarde por dos ocasiones fue el presidente del
Comité Directivo Estatal en Veracruz. Lo recuerdo muy entusiasta en las
campañas para gobernador del 2004, 2010 y 2016. También fue secretario de
formación y capacitación a nivel estatal.
Fue diputado local en la legislatura de Veracruz, en 1995-1998, cuando
gobernaba Patricio Chirinos Calero, y posteriormente de 2009-2012, fue diputado
federal en la LXI legislatura, en la presidencia de Felipe Calderón Hinojosa.
En el año del 2006 fue designado como delegado de la antigua delegación de
Sedesol.
De las lecturas que inspiró su trayectoria en el quehacer político fue
sin duda alguna el pensamiento de Santo Tomas Moro,(1478-1535), patrón de los
políticos y gobernantes, en su festividad el 22 de junio, el Dr. Téllez siempre
nos recordaba de tan importante fecha, algún par de veces asistimos a la
eucaristía en honor a dio santo. Seguramente de ahí tomó su gran capacidad de
escuchar al otro, que era diferente, y siempre supo la importancia del diálogo.
Lo recuerdo, en una conferencia del Dr. Jean Meyer, en el 150
aniversario de la batalla de Camarón de Tejeda. Era un apasionado lector; y en
nuestras conversaciones siempre con los temas históricos del país, recibí un
par de libros obsequiados por él.
El Gobernador Miguel Yunes Linares, en su
bienio, fue designado como director de Asuntos Religiosos del Gobierno del
Estado de Veracruz, 2016-2018. Regresó a su querido Atoyac, para atender su
clínica médica, y poco tiempo después el
partido los designó como director de la Fundación Carlos Castillo Peraza,
durante la presidencia del Comité Directivo Estatal de Acción Nacional de
Joaquín Guzmán. En los últimos años regresó a Atoyac, donde entre otras cosas
celebró sus 41 años de vida matrimonial con su esposa, Maura Cortes, en compañía de sus hijos, su ejemplo paternal
al cuidado de un hijo con capacidades diferentes, también los hacía un ser
extraordinario.
Fue un gran defensor de la vida desde la
concepción del ser humano, y con la formación médica explicaba el don de la vida; siempre con argumentos
científicos, defendía sus puntos de vista. Hoy sólo queda el recuerdo de sus
risas y ese bigote a la espeso, que siempre lucía; así como sus grandes
enseñanzas en el silencio de su actuar, mi más sentido pésame para su familia.
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