José Miguel Cobián | 09 febrero 2022
Tribuna
Libre.- Escucho
con atención un mensaje del gobernador que circula por redes sociales, en el
cual repite de manera incesante que quienes desean que se derogue el delito de
ultrajes a la autoridad, están promoviendo la libertad de 40 capos del crimen
organizado, detenidos por ese delito.
Transcribo literalmente lo que dice el gobernador en su mensaje:
¨Que lo sepa la sociedad claramente, tenemos
40 jefes de plaza de la delincuencia organizada detenidos por ultrajes. Si van
a defender a todos los detenidos por ultrajes, van a estar defendiendo a estos
delincuentes. Son cuarenta jefes de plaza que están detenidos por ultrajes, si
se deroga el delito de ultrajes, alguien tiene que responder por (sic), si
quedan libres estos jefes de plaza¨.
Inmediatamente pienso que Dante, Monreal,
Pepe y Héctor Yunes, y el resto de políticos, están defendiendo a delincuentes.
Y comienzo a aborrecerlos. Pero al volver a escuchar el mensaje me doy cuenta
de que no es eso lo que quiere decir el gobernador de Veracruz. Está enviando un mensaje casi de auxilio,
informando que está copado y que no gobierno ejerciendo el poder, sino que alguna
fuerza poderosa lo lleva a realizar actos de gobierno con un equipo impuesto e
ineficiente. Me explico:
Lo primero que está diciendo el gobernador es
que la fiscalía general del estado es incompetente, y quizá nos informa
sutilmente que por alguna oscura razón no pude cambiarla por alguien capaz y
eficiente. Considerar que cuarenta
jefes de plaza están detenidos únicamente por el delito de ultrajes a la
autoridad, implica que él sabe que son jefes de plaza, pero la fiscalía no
posee las pruebas ni la capacidad para integrar las carpetas de investigación
por los delitos que cometieron estos cuarenta presuntos jefes de plaza.
Al mencionar jefes de plaza, el gobernador de
Veracruz está informando que forman parte de la delincuencia organizada, y sin
embargo, no han sido puestos a disposición de las autoridades de la fiscalía
general de la república, cuando la mayoría de los crímenes que comete la
delincuencia organizada son del fuero federal.
El gobernador es un conocedor del derecho y
además cuenta con asesores de primer nivel, por lo tanto, jamás se atrevería a
violar el precepto de presunción de inocencia, salvo que estuviera seguro de lo
que afirma. Así que si señala que son
jefes de plaza, es que lo sabe y le consta, por lo tanto posee las pruebas que
lo demuestran, pero algo sucede en la fiscalía del estado, que no le recibe las
pruebas, y por lo tanto, únicamente ha acusado a estos personajes por ultrajes
a la autoridad. Un delito menor, del cual saldrán liberados en un año a lo
sumo, para continuar con sus actividades delictivas en perjuicio de todos los
veracruzanos. Considerando que saldrán
libres todavía en el período de gobierno del Gobernador García, es lógico que
en su voz escuchemos el mensaje críptico y la queja contra la fiscalía del
estado, y contra quienes tienen cooptado al propio gobernador de Veracruz.
También hay otro mensaje dentro del propio
mensaje. La fiscalía de Veracruz en
teoría es independiente del ejecutivo.
Quién debe de informar sobre los asuntos que le competen es la propia
fiscal. ¿Qué tanto poder tiene ella o
sus padrinos para que sea el titular del ejecutivo quién se convierte en vocero
de la fiscalía? Rebajar al gobernador
a simple vocero de la fiscalía implica que hay un poder por encima del
gobernador que lo obliga a hacer ese papelazo delante de todos los
veracruzanos. El mensaje oculto en el
audio del gober es muy delicado.
En teoría la estabilidad social del estado
corresponde al secretario de gobierno, y sin embargo, el secretario quién
debiera ser el primer cartucho en asuntos delicados simplemente no
aparece. En un gobierno normal, una
declaración como la que hizo el gobernador, debiera hacerla la propia
fiscalía. Ya en caso extremo si se
considera de interés político para atacar a sus adversarios políticos o
defender al gobierno del estado, quién debe de declarar es el secretario de
gobierno.
Así, quién se llevaría este artículo sería el
secretario de gobierno, y la imagen del gobernador quedaría a salvo. A eso me
refiero en cuanto a que primero se quema el cartucho del secretario de gobierno
para proteger la imagen del gobernador.
Pero en este caso no fue así.
Fuera de toda norma política, se manda al gobernador a emitir este
mensaje, sin protección alguna.
Permitiendo que sea criticado por sus adversarios por la falta de
capacidad del gobierno del estado, que sabe quiénes son esos cuarenta jefes de
plaza pero no puede integrar una investigación y un expediente adecuados para
ponerlos a disposición de la FGR y de un juez federal por los delitos
cometidos.
Lo más triste es el reconocimiento de que en
Veracruz hay cuarenta jefes de plaza detenidos.
Considerando el nivel de violencia e inseguridad que vive el estado.
Implica también reconocer que hay muchos más que no están detenidos. Si consideramos el porcentaje de impunidad
del 95%, podemos extrapolar y considerar que hay 800 jefes de plaza en el
estado. Como no hay tantas plazas,
implica que son muchos los grupos de delincuentes que operan en Veracruz. Una confesión implícita en el comentario del
gobernador a la población veracruzana.
Este mensaje es un grito de auxilio que emite el gobernador para que los
veracruzanos lo apoyemos y pueda ejercer su gobierno sin presiones, a plenitud,
en beneficio de todos los veracruzanos.
Bienvenida la derogación del delito de
ultrajes a la autoridad, para evitar abusos contra la población en un estado
donde el propio gobernador es cooptado por fuerzas hostiles.
www.josecobian.blogspot.comelbaldondecobian@gmail.com
@jmcmex
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