* López Obrador y el circo de la consulta * Perdió la flauta el encantador de serpientes * Rogelio Franco: un año siendo preso político de gobernador * Jorge Yunis sentado en un barril de pólvora * Diputado Sergio Guzmán atropella la veda electoral * Gersaín baila al son que le toca Amado Cruz * El SUEM se vuelve morenista.
Mussio Cárdenas Arellano | 17 marzo 2022
Tribuna
Libre.- Cada
mañana, Andrés Manuel abre los ojos y urde el agravio. Suelta la lengua y traza
la ruta que lo hace feliz: no cumplir ni hacer cumplir la Constitución, como
juró; no respetar la ley; soltar a las hordas que promueven la falsa
ratificación de mandato y violar la veda electoral.
Despierta vulnerando la legalidad. Se planta
frente al micrófono —las conferencias maromeras como megáfono de poder— y se
duele del INE, su némesis, el que lo derrota en todas las encuestas de
confianza ciudadana, acusándolo de no promover el circo de la revocación.
Lagañas frescas, aún no se lava el rostro
cuando ya fraguó el fraseo, los epítetos y la descalificación, el rollo
desgastado, y la inquina, la ruindad, la mala leche con que embiste al órgano
electoral al que no le ha podido tumbar ni medio gramo de apoyo popular.
Centra López Obrador el alegato en dos vías:
el Instituto Nacional Electoral malo y las acciones de un gobierno bueno… pero
en plena veda electoral.
Atiza la revocación de mandato, su nueva
obsesión, y usa a organizaciones fachada. Una de ellas, “Para que Siga la
Democracia”, aportó casi un millón de firmas falsas, de ciudadanos ya
fallecidos, de ciudadanos que desconocían que se usaran sus datos personales.
Todo el andamiaje para un fraude electoral al estilo PRI.
Andrés Manuel despierta su día con una
preocupación: la consulta para la revocación de mandato no emociona más que a
Andrés Manuel, a los suyos, los fanáticos que militan en el obradorismo, dentro
y fuera de Morena, su partido político.
La consulta es un fiasco anticipado,
desdeñada por amplios núcleos de la sociedad, desairada por costosa —más de 2
mil millones de pesos— cuando en México hay desabasto de medicamentos, de
medicinas para niños enfermos de cáncer, cuando se cancelan estancias
infantiles, cuando desaparecen fideicomisos sin explicar el destino de sus
recursos, cuando se reducen presupuestos a la ciencia y la investigación, sin
saber en los bolsillos de qué obradorista fueron a parar.
Y como el pueblo no lo fuma, el presidente
mueve el aparato de poder, usando la estrategia de la polémica y el debate, la
descalificación al INE, atacando a los que llama conservadores, arguyendo que
son las fuerzas que influyen en consejeros electorales para inhibir la
participación ciudadana.
Descaradamente difunde acciones de gobierno.
Descaradamente anuncia obras. Descaradamente va al aeropuerto Felipe Ángeles, a
la refinería de Dos Bocas, al Tren Maya. Adelanta que encabezará el aniversario
de la expropiación petrolera en la refinería de Minatitlán.
Habla López Obrador y no se detiene. Viola
sistemáticamente la veda electoral. Se regodea sabiendo que nadie, ni con orden
judicial, lo van a callar. Aquel que exigía que sus contrincantes se ciñeran a
la ley, es un transgresor de la ley. Aquel que urgía a Vicente Fox a cerrar la
boca en 2006 —“Cállate chachalaca”— es una chachalaca con diarrea mental.
Se dolía de las campañas negras, del mote con
que la mafia del poder lo selló: “Un peligro para México”. Se quejó del uso
ilegal de recursos y de la intromisión de gobernadores, senadores, diputados,
alcaldes que operaban sin pudor; de Elba Esther Gordillo y Miguel Ángel Yunes
trabando alianzas con mandatarios estatales, voto parejo para los candidatos
priistas al Congreso federal a cambio de voto duro para Felipe Calderón. Y al
final el PRIAN se robó la elección.
Tanto abuso hizo modificar la ley electoral.
A instancia de Andrés Manuel y el Partido de la Revolución Democrática,
cambiaron las reglas. Se controló el dinero en las campañas. La publicidad en
medios debía pasar por el INE y los órganos electorales locales. Se prohibió el
denuesto, la descalificación, el agravio. Y se hizo énfasis en que todos
respetaran la veda electoral.
Ya presidente, le estorba el orden. Andrés
Manuel desprecia la ley. Le brinca el resorte autoritario, imaginándose
superior a la Constitución.
No hay conferencia maromera en que no haya
una violación a la veda electoral, el período en que no puede anunciar acciones
de gobierno, proyectos, obras, logros, con lo que toma ventaja e influye en el
ánimo de los que acudirían a la consulta por la revocación.
Desairado por el pueblo, López Obrador
identifica sólo un enemigo: el INE. O lo asedia para precipitar su final.
Le regateó presupuesto; intentó que tomaran
dinero de fideicomisos para contingencia laboral para aplicarla en la consulta,
lo que implica incurrir en delito; centró el ataque en los consejeros Lorenzo
Córdova y Ciro Murayama; seis de los consejeros fueron denunciados penalmente
por intentar postergar la fecha de la consulta, y con un albazo, con su mayoría
Morena-PTPVEM, se aprobó una modificación a la ley para validar que la
burocracia obradorista pueda promover la revocación, en plena veda electoral. O
sea, burlar la Constitución General de la República.
El precepto se aprobó en la Cámara de
Diputados. Luego pasó al Senado. Será votado y una vez publicado en Diario Oficial
de la Federación entrará en vigor… a menos que se judicialice, que sea
impugnado en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que se interpongan
amparos.
El texto es un traje a la medida: “no
constituyen propaganda gubernamental las expresiones de las personas servidoras
públicas”.
En plena veda electoral se realizan foros por
la reforma eléctrica, y los ponentes son funcionarios de la Secretaría de
Energía, de la Comisión Federal de Electricidad, senadores, diputados,
gobernadores, alcaldes de Morena y sus aliados.
En plena veda electoral, gobernadores
morenistas suscriben un desplegado exaltando las obras faraónicas del López
Obrador.
En plena veda electoral se publicita la frase
“Que Siga AMLO” en más casi 300 espectaculares que nadie dice haber contratado
pero que Claudia Sheinbaun y los gobernadores de Morena defienden como si los
hubieran pagado con recursos públicos.
En plena veda electoral, diputados locales y
federales toman las calles y reparten volantes, instando al pueblo a votar el 10
de abril, día de la consulta por la “ratificación de mandato”.
Son transgresores de la ley y mentirosos
vulgares. Violan la legislación vigente y hablan de una ratificación que no
aparece en la Constitución.
Entre todo, hay un mérito en el conflicto. La
consulta, el desaire ciudadano, refrenda el rostro ilegal de López Obrador. Ni
siendo presidente cambia. Es un violador de la ley, el que tomaba pozos
petroleros en Tabasco, el que bloqueaba avenidas en ciudades, el que se apoderó
del Zócalo, del Centro Histórico de la Ciudad de México, Paseo de la Reforma y
así, sin ver la realidad, sin palpar el agravio a cientos de miles que votaron
por él en 2006, perdió gran parte de su base electoral.
La consulta retrata a Andrés Manuel como es.
Es la resonancia magnética que llega al rincón más profundo del ser y muestra
las lacras, las taras, la esencia malsana, la tendencia a romper la ley.
La consulta es una medición del López Obrador
actual, el que perdió el ángel, el arrastre, el que decepcionó a un sector de
sus adeptos por no saber gobernar. Si logra convocar a 30 millones de
simpatizantes, como en la elección de 2018, habrá mantenido su base electoral.
Y será un éxito.
Si la consulta del 10 de abril se equipara a
la elección de 2021, cuando Morena y sus aliados se alcanzaron sólo 16 millones
de votos, será un fracaso.
Cualquier cifra menor será el síntoma de que
el líder social se halla en extinción.
Cada mañana, López Obrador abre los ojos, ve
el escenario, cae en la cuenta que sólo el obradorismo piensa en la
ratificación. De ahí la agitación, las hordas morenistas en las calles, los
casi 300 anuncios espectaculares contratados al costo que sea, las maniobras en
el Congreso, la aprobación de acuerdos que transgreden la ley, el asedio al
INE. Todo en plena veda electoral.
Es la desesperación.
En algún zacate perdió la flauta el
encantador de serpientes y ya no sabe qué hacer.
Archivo muerto
No teniendo de qué acusarlo, a Rogelio Franco
le imputaron ultrajes a la autoridad. Y así se convirtió en el primer preso
político del gobernador Cuitláhuac García. Aquel 13 de marzo de 2021, un año
ya, fue interceptado en Tuxpan, al norte de Veracruz, y le mostraron una orden
de aprehensión por violencia intrafamiliar. Exhibió el amparo otorgado por un
juez federal. Aún así, el líder perredista fue detenido, acusado de ultrajes a
la autoridad, de haber roto la orden de aprehensión, de haberle rasgado la
camisa a un policía y que ese policía tuvo que ser sometido a tratamiento
psicológico. Qué jodido ha de estar un policía que se trauma por tener que
aprehender a un político. Una trama mal armada, un embuste total. En agosto de
2021, un juez federal lo volvió a proteger. Otorgó amparo contra la vinculación
a proceso y ordenó que se modificara la medida cautelar de prisión preventiva
de ocho meses. La Fiscalía de Cuitláhuac García impugnó, y agregó nuevos
delitos. Adquirió así condición de preso político, retenido tras las rejas para
evitar que tomara posesión como diputado federal plurinominal en la bancada del
PRD. Un año después, dos jueces federales postergan la resolución en los
juicios de amparo tramitados por Rogelio Franco Castán. Ricardo Mercado Oaxaca
ha dilatado 11 meses su sentencia; Daniel María León Linares lleva siete. Así
lo expone Roxana Luna Porquillo, presidenta del Consejo Nacional del PRD. Un
año ya y Rogelio Franco entra en el beneficio de la declaración de
inconstitucionalidad emitida por la Suprema Corte de Justicia de la Nación al
artículo 371 de Código Penal del Estado de Veracruz, con retroactividad al 12
de marzo de 2021. Si el gobernador Cuitláhuac García y la fiscal espuria,
Verónica Hernández Giadáns no acatan la sentencia, serán procesados. Y Rogelio
Franco lo va a gozar… Jorge Yunis yace sentado sobre un barril de pólvora. Es
la Dirección de Ingresos del ayuntamiento de Coatzacoalcos. Por ahí se captan
los recursos municipales. Pero hay un rubro que es jugarse la vida: los giros
negros. A bares, cantinas, depósitos de cerveza; a los table dance, les deben
cobrar su respectiva contribución. Sólo les “deben cobrar” porque en los
hechos, el que los capta es el crimen organizado. Con los giros negros ninguna
autoridad se mete. Recuérdese el levantón a Elías Omri Gutiérrez Gordillo,
primer director de Ingresos en el ayuntamiento presidido por Víctor Manuel
Carranza Rosaldo. Unas horas en poder de la delincuencia y regresó suavecito y
cooperando. Y con el mensaje al alcalde: “con los giros negros, no”. Dilema
para Jorge Yunis Manzanares, que conoció de tú a tú a los capos en sus días de
director de la Policía Municipal en la primera alcaldía del priista Marcelo
Montiel, y luego como subprocurador de Justicia en la zona sur en el gobierno
del también priista Fidel Herrera Beltrán. Dilema porque si no ejecuta el cobro
a los giros negros estará incurriendo en incumplimiento del deber legal, y si
intenta arrinconar a los malosos le van a aplicar la misma que a Gutiérrez
Gordillo. Y Yunis ya no está para soportar un calambre de ese voltaje. Sabe que
está sentado en un barril de pólvora. Una chispa y ¡pum!. De giros negros Jorge
Yunis sabe más que nadie. Si no, que les pregunten a los del Extravagance,
donde confluía con dos líderes zetas, Erick David López y Braulio Arellano
Domínguez, El Gonzo, según el contenido del expediente PGR/SIEDO/UEIDCS/528/2009
de la SIEDO, el área de la extinta Procuraduría General de la República
investigaba a narcos de peso real. Pero esa es otra historia… Si se trata de
violar la ley, Sergio Guzmán, el diputado de Morena, es el rey. Viola la veda
electoral y de paso amedrenta periodistas. Andaba en las calles de Nanchital,
municipio gobernado por Esmeralda Mora, la comadre insípida de Rocío Nahle, en
franca promoción a la consulta pública por la revocación de mandato, el show
pejista que retrata los delirios del presidente por sentirse el motor electoral
de la nación. “Que siga AMLO”, reza el slogan en la camiseta del diputado por
el distrito XXX. “Que siga la democracia”, se alcanza a leer. A la prensa que
lo capta, que le imprime fotografías, Sergio Guzmán la insta a no difundirlas,
so pena de “tronarlo en el Congreso”. Al truhán de Agua Dulce, municipio que
mal gobernó de 2017 a 2021, dejando huellas de corrupción, adquisiciones
chuecas, evasión fiscal, obras de mala calidad y hasta de la pavimentación de
la calle en que reside, le gusta enmascarar sus fechorías. Luego de violar la
veda electoral, acude al palacio municipal, se toma una foto con la alcaldesa
Esmeralda Mora y la sube a las redes sociales. Pero el delito se acredita con
todas las de la ley… Gersaín baila al son que le tocan Amado Cruz, el alcalde,
y Morena. El SUEM ya es morenista. Es auténtica borregada pejista. Una parte de
gremio, los de contrato, toman la matraca, suenan el tambor y se unen a coro
que transgrede la ley promoviendo la consulta para la revocación de mandato
—los pillos le llaman “ratificación”— en plena veda electoral. Al gremio de
Gersaín Hidalgo, regidor municipal y líder real del Sindicato de Empleados al
Servicio del Municipio de Coatzacoalcos (SUEM), se le ve asistiendo al foro por
la reforma eléctrica que presidieron el alcalde Amado Cruz Malpica y la
senadora y secretaria general del comité nacional de Morena, Citlali Hernández.
Antes fueron llevados al foro de los allegados a Nahle en Minatitlán. ¿Que los
sindicalistas fueron por decisión propia y no enviados de Gersaín Hidalgo?
Entonces peor, porque el líder ya no controla ni a sus huestes. Gersaín resultó
más traidor de lo que su gente imaginaba. Hace un año se bajaba el blúmer por
el priista Carlos Vasconcelos y ahora suplica por ser favorito en el harem de
Amado Cruz…
mussiocardenas_arellano@hotmail.com
https://mussiocardenas.com/informe-rojo/116577/buscar-la-ratificacion-violando-la-ley
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