* Reforma eléctrica, foros para el balconeo * Nahle, apoyada por priistas * Y Gutiérrez Luna también * Audios retratan las infamias del fiscal Gertz * Con negro historial, Eliezer ya está en Desarrollo Urbano * Trife regional da palo a yunistas * Embiste Cuitláhuac a Ponciano * Y vuelve a prender alarmas en Palacio Nacional.
Mussio Cárdenas Arellano | 10 marzo 2022
Tribuna Libre.- Rocío
Nahle y “Gutierritos” son lodo del mismo pantano. Pactan con la escoria
priista, con caciques y saqueadores, con la mafia y sus operadores a los que
antes decían combatir. Una es miseria política; el otro, basura política.
Se
nutren de las estructuras del PRI. Agasajan y los cachondean los malandros del
PRI. Convocan a petroleros, maestros, empresarios, productores, las bases
corroídas y pestilentes del PRI.
Nahle
y Sergio Gutiérrez Luna, usando los foros de la reforma eléctrica como balcón
mediático, acaparando reflectores, exigiendo aplausos, matracas y tambores,
midiendo fuerzas y adelantando los tiempos de la sucesión en Veracruz.
La
reforma eléctrica es sólo pretexto. Si se aprueban los cambios constitucionales
comprando votos priistas, panistas, emecistas o perredistas, pues Morena carece
de mayoría calificada en las dos cámaras del Congreso, Andrés Manuel se saldrá
con la suya. Y si no, la culpa será del pasado, de los traidores a la patria,
del neoliberalismo, de los ladrones, de los conservadores, de ese caudal de
epítetos que nutre el discurso demencial y polarizador de López Obrador.
El
show de Rocío Nahle y “Gutierritos” es degradación pura. Es la reedición del
infame esquema con el que operaba el viejo sistema al que la Cuarta
Putrefacción ofrecía destruir; el acarreo y el control gremial; pacto con caciques
ladrones, algunos criminales, a menudo sumados a quien detenta el poder; con
las bandas políticas, sindicales, empresariales, apostando por que sus
intereses, sus negocios, sus fortunas, sus caprichos, se mantengan intactos,
inmunes a la ley.
Esa
escoria es la pléyade de estrellas que hoy operan para la secretaria de
Energía, Rocío Nahle García, y el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara
de Diputados, Sergio Gutiérrez Luna, alias “Gutierritos”. Lo más pestilente del
PRI al servicio de los que tienen a Morena a sus pies.
Nahle
no asistió al foro convocado por la diputada federal Rosalba Valencia. Titubeó
al ver al paniaguado “Gutierritos” regateándole la luz de los reflectores,
sabiendo que la podría rebasar.
Nahle
venía de otra faramalla similar, la del Centro de Convenciones de Boca del Río.
Aquel 29 de enero, cuando despuntaba el 2022, dictó —ja— una conferencia
magistral —jaja— en torno a las bondades —rejaja— de la reforma eléctrica.
Exaltaba a la Comisión Federal de Electricidad, el negocio regenteado por el
voraz Manuel Bartlett Díaz, sus capacidades para producir energía eléctrica,
potencial no desarrollado por las limitantes legales, el rol de México en el
mercado del litio, las energías limpias que ya se producen y el orgullo de tener
la nucleoeléctrica de Laguna Verde que destaca, según ella, en el plano
internacional, o la reducción de tarifas eléctricas.
A
todo lujo, a todo pulmón, la secretaria Nahle se apegaba al guión. Con ella, su
peón estrella, Cuitláhuac García, gobernador de Veracruz. Ambos, viendo a la
manada, a los de Morena y al priismo que acudía al llamado de la nueva “jefa”
con la que vienen pactando desde 2015 cuando le arrimaron la diputación federal
por Coatzacoalcos, desde donde encantó a López Obrador.
Sacralizada
por su prensa inmunda, los parias del aplauso, Rocío Nahle orquestó un show de
corte priista. Escandalizó el acarreo. Miles de borregos transportados en
decenas de autobuses. Hubo torta. Hubo refresco. Se viajó de madrugada. Y todos
felices. Como en los tiempos del PRI.
Políticamente,
Rocío Nahle nada tiene. Carece de estructuras electorales. Tiene adeptos en el
sur de Veracruz pero inútiles a la hora de operar. Sus votos provienen de la
inercia hacia Morena y de la maquinaria priista, de las corrientes que antes
trabajaron para Dante Delgado, Alemán, Fidel Herrera, Javier Duarte. Con esa
mafia construye su camino al gobierno de Veracruz.
Al
show del Deportivo Juárez, en Minatitlán, el domingo 6, Rocío Nahle no llegó.
Envió al club de mascotas —Walter Julián Ángel Jiménez y Alejandro López, de
Sener; senadores Gloria Sánchez y Ernesto Pérez Astorga; diputado Juan Javier
Gómez Cazarín— a cumplir con la simulación.
“Gutierritos”
es otro adorador del PRI. Su pacto es con Jorge Wade González y familia, dueños
de la Sección 10 del sindicato petrolero y poder tras el trono en la
presidencia municipal de Minatitlán; con el sindicato magisterial, aún bajo
control de los herederos de Juan Nicolás Callejas Arroyo; con el empresariado,
los constructores y dos diputadas locales, Jessica Ramírez y Magaly Armenta.
Su
evento se lo debe a los Wade, caciques que se han servido del poder, lo mismo
en el PRI que al pactar con Morena en 2016, 2017, 2018 y 2021, allegándole
votos al partido de López Obrador.
El
evento fue fraguado en torno a una mesa de restaurant, el Café Cali, propiedad
de Luis Escamilla, ex dirigente del sector popular del PRI, súbdito de los
Wade. Con él se hallaban el vocero de la Cámara de Diputados, Miguel Ángel Luna
Modesto, y el secretario particular de Sergio Gutiérrez Luna, Mario Malpica
Medel, ambos formados por el ex alcalde priista de Coatzacoalcos, Marcelo
Montiel; el ex regidor Luis Prudencio Almanza; el ex tesorero municipal, ex
regidor, Saúl Wade León, el niño terrible del Clan Wade, así como la diputada
Jessica Ramírez, alias “Naricita”.
Al
Centro de Convenciones de Minatitlán acudieron entre 40 y 50 diputados
federales. Patricia Armendáriz, célebre por haber revelado en la Cámara cómo
pedía moches a empresarios para reestructurar deudas durante el zedillismo,
difundía videos del desayuno. Y destacaba las memelas, nombre tan complicado
que se le complicaba pronunciarlo.
Antonio
Attolini Murra, rémora de la 4T, aquel que lloraba por el triunfo de López
Obrador en la elección de 2018, disfrutaba el desayuno auspiciado por los
petroleros del PRI.
Tras
el foro de la reforma eléctrica, “Gutierritos” fue a lo suyo. “La reforma va”,
enfatizaba con manoteo ensayado. Y respondía a preguntas acríticas, suaves,
soflameras, indignas del periodismo.
Los
sesudos alegatos de “Gutierritos” son saliva: “Minatitlán, que es mi tierra”,
quería dejar claro.
Pues
no, no es su tierra. Nació en Minatitlán y se desarraigó. Partió siendo joven.
Se formó académicamente en la Ciudad de México y terminó armando su historia
personal, profesional y política en Sonora, su verdadera tierra, donde nadie,
fuera del círculo familiar, lo quiere.
La
broza de Sergio Gutiérrez Luna llegó a pasear. Y a bailar. En el Salón Simac,
que es controlado por empleados de los Wade, se armó el círculo, el brinco, el
desfiguro. Lord Molécula, sobador del lomo de Andrés Manuel, como Dios le dio a
entender, intentaba agarrar el paso.
Así
baila la Cuarta Putrefacción mientras México se tiñe de rojo, la violencia
crece, las masacres prenden alarmas, fusilan a 17, los cárteles se empoderan,
diezmando familias, desplazando a los marginados. Y la banda de Sergio
Gutiérrez Luna en otra dimensión.
Del
foro por la reforma eléctrica no se volvió a hablar. Fue el foro de
“Gutierritos” hacia la sucesión en el gobierno de Veracruz. O el camino para
apretar a Nahle, forzar la negociación, luego dejarla pasar y asegurar la
candidatura a senador.
Así
tengan que montarse en el priismo, en la escoria que saqueó al gobierno de
Veracruz, que atropelló, que mancilló las leyes, que agravió a la sociedad,
Nahle y Gutiérrez Luna lo harán.
Nahle es la miseria
política; “Gutierritos”, la basura política.
Archivo muerto
Al
fiscal general Alejandro Gertz lo aniquila su lengua infame y su corazón
malsano. Espiado, pillado en la faena, se le escucha dialogar con su
subalterno, el fiscal especializado de Control Competencial, Juan Ramos López,
quejándose del ministro Alberto Pérez Dayán por el proyecto próximo a debatir
en el pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que tácitamente le
dará la libertad a la hija de su cuñada, a quien Gertz acusa de homicidio por
omisión en agravio de su hermano Federico Gertz Manero. Es una acusación
grotesca que nunca prosperó en tribunales hasta que llegó a la Fiscalía General
de la República y usó su poder para consumar el ataque. Cuatro audios,
colocados en Youtube, en la cuenta Psicoanálisis, exhiben un supuesto arreglo
con el ministro Pérez Dayán, que éste habría incumplido para darle categoría de
copartícipe a Alejandra Cuevas Morán, quien lleva más de un año en prisión por
una vendetta familiar de Gertz. Los audios muestran a un fiscal que desconoce
protocolos judiciales, que insulta a dos mujeres —su cuñada Laura Morán y su
hija Alejandra—, que usa la justicia a su modo, que tuerce la ley desde su
esfera de poder. La filtración de los audios estalla cuando el presidente
Andrés Manuel López Obrador más alardea de una coraza moral en la que ya nadie
cree. Se da cuando la Fiscalía General de la República activa la artillería contra
el ex consejero jurídico de la Presidencia, Julio Scherer Ibarra, y el ex
titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto Baños, a partir
de una denuncia formulada por el abogado Juan Collado e interpuesta desde
octubre de 2021 y de la que contadísimos supieron, acusándolos de integrar una
red de extorsión. Collado afirma que le facilitarían su libertad a cambio de
entregar millonarias cantidades de dinero bajo el concepto de acuerdo
reparatorio. Gertz había sido instruido por López Obrador para no implicar a
Julio Scherer pero se fue con todo contra los abogados que aparecen operando
las extorsiones. O sea, se lo llevó al baile pese a la instrucción
presidencial. Los audios retratan la clase de rufián que es y exhiben la
esencia podrida de la mal llamada Cuarta Transformación. ¿Quién lo espió?
¿Fueron los malandros de la FGR o los del Centro Nacional de Inteligencia,
antes CISEN, hoy bajo control del general Audomaro Martínez Zapata? ¿Se caerá
la persecución contra Scherer y Santiago Nieto? ¿O acaso fue López Obrador el
que empinó al rebelde e incontrolable Alejandro Gertz por evidenciar que la
corrupción se fragua y aplica en el seno mismo de Palacio Nacional?… Experto en
negociar en las sombras, Eliezer Sánchez ya está donde hay. Opera desde la
Dirección de Desarrollo Urbano Municipal como enlace operativo y ya se hacen
cruces los que se lo tengan que topar. Viene de dos ayuntamientos sureños,
Minatitlán y Cosoleacaque, donde le llovió metralla por los trinquetes y
apretones que solía aplicarle a las grandes empresas solicitantes de permisos y
factibilidades. Eliezer Sánchez Carrillo, del Grupo Guízar, fue director de
Tenencia de la Tierra en Cosolea, cargo en el que apenas duró un mes por la
avalancha de quejas, maltrato al ciudadano y exigencia de dádivas a firmas
mercantiles. Luego fue operador de facto en el ayuntamiento morenista de
Nicolás Reyes Álvarez, en Minatitlán, siendo acusado de arreglarse con empresas
inmobiliarias que terminaron construyendo en áreas verdes y de equipamiento
urbano. Donde va Eliezer Sánchez, en cuanta dependencia aparece, llegan los
oficios judiciales por pensión alimenticia, que es la única forma en que se le
obliga a cumplir con sus responsabilidades paternales (expediente 906/2011,
Juzgado Segundo de Primera Instancia, juicio interpuesto por Ruth Doreli “N”).
Algo muy grande le deben como para contratarlo con esas cartas de presentación…
Tanto festejar, tanto alardear y el Trife regional le tumbó al yunismo la
dirigencia estatal del PAN. Confirma la sentencia del Tribunal Electoral de
Veracruz que anula la elección, determinando que Federico Salomón Molina, quien
sustituyó a Tito Delfín Cano, hoy en prisión sujeto a proceso penal, no era
elegible para contender por la presidencia estatal del Partido Acción Nacional
en Veracruz. La sentencia es un golpe que pega tanto a la planilla yunista como
a sus adversarios, encabezados por el dirigente saliente, Joaquín Guzmán
Avilés, quien pretende reelegirse en el cargo. Federico Salomón no acreditó las
firmas de militantes para contender por la presidencia del partido. A su vez,
el alegato de Guzmán Avilés de que la sustitución fue ilegal en términos del
reglamento de elecciones, que no contempla el relevo del candidato a la
presidencia, el Trife lo desestimó. La Comisión Nacional de Justicia sí tiene
atribuciones para resolver situaciones no previstas, pero no puede incurrir en
arbitrariedad con los requisitos que se le exigen a los candidatos. La
sentencia obliga a reponer el procedimiento. Al yunismo sólo le resta acudir a
la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación o
arriar velas y volver a contender. Mientras, que paren las máquinas, que cese
la fiesta, que se olviden del reparto de carteras y comisiones en la dirigencia
estatal panista. El Trife los regresó a la realidad… Palos de ciego del
gobernador contra Ponciano Vázquez Parisi, alcalde de Cosoleacaque. Intenta
implicarlo en el bloqueo de la carretera a Oteapan, derivado de la decisión del
Congreso de Veracruz de establecer nuevos límites territoriales con Chinameca.
Oteapan perdió tierras y eso enardeció a la población. Tras la toma de la
carretera federal, vino el bloqueo a la autopista Cosoleacaque-La Tinaja,
cansados de esperar la presencia de Magaly Armenta, diputada local de Morena
por ese distrito, de legisladores locales, de operadores de la Secretaría de
Gobierno. La indiferencia fue total. Y el pueblo se indignó. Entonces la prensa
servil a Cuitláhuac García reactivó aquella nota sin fuente usada de hace meses
para implicar al presidente municipal de Cosoleacaque, Ponciano Vázquez Parisi,
y a su hermano Cirilo, en el crimen de la ex alcaldesa, Gladys Merlín Castro, y
su hija, Carla Enríquez Merlín. A la par, el gobernador de Veracruz insinuaba
que los Vázquez Parisi serían los responsables del bloqueo. Y de ahí se pasó a
la fuerza bruta. La Policía Estatal rompió el bloqueo. Bien, por los
automovilistas que se vieron atrapados en la protesta; mal, porque la demanda
de los habitantes de Oteapan no se atendió. No entiende Cuitláhuac García que
su única instrucción es evitar que su desgobierno le pegue a Morena en la
elección de 2024. Le envía el mensaje López Obrador pero su cerebro no da…