José Miguel Cobián | 30 mayo 2022
Tribuna Libre.- Cada vez que me siento frente al teclado, debo decidir el tipo de texto a utilizar, ¿Descriptivo?, ¿Narrativo?, ¿Argumentativo?, ¿Expositivo?, ¿Científico? o ¿Literario?. También tengo que escoger si voy a usar Metronimias, Paronimias, o algún Retruécano.
A lo largo de la construcción de la idea,
usaré todo tipo de conectores lógicos: copulativos, disyuntivos, adversativos,
consecutivos, causales, condicionales, finales, continuativos, concesivos,
comparativos o temporales.
Y a partir de allí a desarrollar la historia.
Preocupado siempre por que el texto no sea anodino, panegérico, calmante,
sedante o sedativo del lector. Buscando exorcizar los demonios de el sesgo
objetivo, conjurarlos, desendemoniar la mente, desechizar la magia negra,
expulsar las malas ideas y bendecir el teclado. También debo ser muy cuidadoso
de usar ideas propias para evitar ser acusado de bucanero, pirata, corsario,
filibustero, contrabandista o bandido de las luces ajenas.
No quiero un texto yerto, tieso, rígido,
helado, inmóvil, inerte que no despierte interés en el lector. Por ello trato
de manejar ideas de manera furtiva, subrepticia, oculta, disimulada, escondida
y clandestina el texto.
Buscando de manera utópica que al lector le
parezca la lectura grácil, sutil, delgada, fina, delicada, esbelta y de buen
gusto. Huyendo de la posibilidad de aberrar en la idea a expresar, evitando
desviarse, descartarse, extraviarse, perderse y pervertir el objetivo inicial.
A veces busca uno calcinar, incinerar,
carbonizar, quemar, socarrar o torrar a algún adversario ideológico. Ocupando
epítetos, apelativos, calificativos adjetivos, apodos, o nombres que expliquen
claramente las ideas que se pretende combatir.
Buscar que el adversario ideológico en su
desesperación comience a imprecar, maldecir, blasfemar, condenar, apostrofar o
insultar, evidenciando así su incapacidad argumentativa. Y sobre todo cuando
halaga al poderoso en turno, muestra su Gazuza, hambre, apetito, gana,
apetencia, carpanta de obtener los dones que le pueda otorgar.
Pero sobre todo, cuando me mueve la molestia
contra el adversario, trato de demostrar que es Nesciente, Ignorante, Ignaro,
lego, iletrado, profano, respecto del tema sometido a discusión.
En cuanto a los AMLOvers, ellos consideran
que su líder es Egregio, Famoso, Ilustre, Célebre, Afamado y Celebérrimo, pero
yo insisto en que sus argumentos son Pamplinas, Tonterías, Bagatelas, Futesas,
Naderías o Zarandajas. Pero ellos creen q ue el gobierno actual es una Panacea,
un curalotodo o un sanalotodo, remedio, elíxir o bálsamo para los problemas del
país.
Entiendo que en estos debates, enfrente tengo
a un adversario Zafio, Tosco, Basto, Inculto, Grosero, Rústico, pero a pesar de
ello, invariablemente, trato de lograr una Avenencia, Convenio, Concierto,
Conciliación, Transacción, o Arreglo. Para ello en muchas ocasiones el triunfo
en el debate debe ser Obtruso, Vago, Impreciso, Indeterminado, Inconcreto e
Indefinido. Con el fin de que el ego del contrario no sufra por el Acerbo, lo
Áspero, lo Desapacible, Cruel y Rigoroso o incluso Doloroso de su derrota.
Entiendo que vender al país por unos cuantos
pesos de ayuda social, o por conveniencia política muestra Abyección, Bajeza,
Envilecimiento, Servilismo, Humillación y Abatimiento de quien así actúa. Lo
cual lo condena a ser Réprobo, Condenado, Maligno, Malvado, Pérfido y Hereje de
la doctrina de amor a la Patria. Pero es un necio Inverterado, Arraigado,
Antiguo, Viejo, Ancestral y Habitual, por lo cual es incapaz de reconocer que
su Adalid, Caudillo, Jefe, Cicerone, Guía y Conductor lo ha engañado y daña a
México.
Entre el dispendio, desembolso, gasto,
derroche, despilfarro de recursos públicos, no les da el Cacúmen, su Agudeza,
Perspicacia, Penetración, Ingenio y Talento, para ver el daño al país. Al
contrario, ellos ven a su líder como alguien Galano, Elegante, Garboso,
Gallardo, Emperejilado y Pulcro. No lo perciben como el resto de los mexicanos,
Saturnino, Mohino, Taciturno, Tristón, Triste, Sombrío, o peor aún como
Pérfido, Traidor, Alevoso, Desleal, Infiel e Insidioso, ya que muchos vemos su
gobierno como algo Ominoso, Abominable, Execrable, Rahez e Indigno de la
Patria.
Con Afecto Para mi Maestro Gino de Gasperín,
quién me enseñó a leer, a escribir (medianamente por culpa del alumno) y
analizar textos literarios.
www.josecobian.blogspot.com
Elbaldondecobian@gmail.com @jmcm
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