José Miguel Cobián | 08 junio 2022
Tribuna
Libre.- Leo,
escucho y veo, mucha preocupación por la sucesión de la gubernatura en
Veracruz. Rocío Nahle y Sergio Gutiérrez luchan hombro con hombre, la primera
por quedarse con ese regalo, y el segundo esperando que ella se tropiece y
convertirse en el plan b del único elector en Morena.
Los que saben, consideran que es muy probable
que Morena repita en el 2024, dadas las simpatías expresadas por la población
de Veracruz en la reciente elección de alcaldes el año pasado.
Para contender y ¨rescatar¨ Veracruz de
Morena, se barajan muchos nombres, por mencionar algunos, entre ellos Miguel
Ángel y Fernando Yunes Márquez, Héctor Yunes, Pepe Yunes, Julen Rementería,
Dante Delgado, Juan Manuel Diez, el propio Ahued ya sea en morena o en la
oposición, entre muchos otros.
Es indudable que cada uno de ellos tiene
grandes virtudes y grandes defectos. Quienes desde hoy los mencionan y al
hacerlo, discretamente los promueven, lo hacen más por pasión y por
conveniencia propia que por interés en Veracruz. Los políticos siendo siempre políticos
expresan sus simpatías en función de conveniencias y cercanías, sin considerar
que a pesar de que muchos electores en todo México son considerados masa o
borregos que venden su voto al mejor postor, todavía hay un juicio, el de la
opinión pública, que puede inclinar la balanza en elecciones competidas hacia
uno u otro bando.
En la reciente elección pudimos observar la
decisión del electorado, la más representativa fue ¨Hagan lo que quieran, a mí
no me interesa salir a votar¨. El
abstencionismo generalmente favorece al partido que sustenta el poder, pero
resultó que en éste caso, favoreció al partido que no gobernaba las
entidades. Morena sumó cuatro estados
más, a su collar de perlas mexicanas. Aquí
la regla falló, en función de que quién utilizó todos los recursos para comprar
el voto fue la federación.
Leer compra de voto, acarreo, chantaje para
que voten por determinado candidato, amenazas incluso, todo ello indigna a los
verdaderos demócratas, salvo que conozcan a fondo el sistema político
mexicano. Quién conoce de elecciones,
sabe que el romanticismo está bien para las novelas, pero en la contienda
política los hechos y el pragmatismo son los que llevan al triunfo o a la
derrota.
Entender por ejemplo que la elección estaba
decidida a más de dos semanas previas a la cita con las urnas. La intervención de los poderes fácticos para
compra de votos y manipulación de electores estaba definida.
En Hidalgo no se tomó en cuenta a los líderes
priístas locales, que jamás permitirían que un extraño como Carolina asumiera la
gubernatura. Por ello, el priísta mejor
posicionado fue el candidato de Morena y ganó.
Si el PRI lo hubiera postulado también hubiera ganado. Tenía y lo demostró, el apoyo de la mayoría
de los operadores (compradores) electorales.
En Oaxaca, la gente humilde, ahogada por la
tragedia de Ágata, sabía también que su gobernador había entregado el estado a
Morena a cambio de impunidad. Por ello
fue la entidad con el mayor porcentaje de abstencionismo. Allá, los mexicanos de Oaxaca, saben
perfectamente que ellos no deciden nada, que no importan y su lucha está
centrada en la diaria supervivencia. Los
han usado todos los partidos, como para saber esta verdad.
En Aguascalientes, convertido en destino de
todos los panistas que deseaban presumir haberle ganado a Morena, se sabía de
antemano que los operadores de morena no superaban a los operadores de la
alianza opositora, y el resultado estaba cantado anticipadamente.
Para evitar continuar con cada estado,
debemos entender que en México la democracia no es lo mismo que en Francia o en
Inglaterra o Suecia. Aquí la democracia
es una palabra para definir compra y coacción de voto. Con un pueblo que está dispuesto y conoce las
reglas, para vender su voto o ser coaccionado.
La ignorancia y la pobreza, fueron por muchos
años aliados del PRI, posteriormente en dos sexenios lo fueron del PAN, y ahora
son aliados de Morena. Esa misma
ignorancia y pobreza solapada, promovida y aceptada durante 70 años del PRI, 12
años del PAN y 6 años más del PRI otra
vez. Esos partidos no crearon
ciudadanos, era muy cómodo tener electores comprables o manipulables. Hoy quién los compra y manipula mayormente
es Morena y sus Aliados del Verde.
Nada ha cambiado y el destino de México está en manos de mexicanos dispuestos
a vender su voto, a ser coaccionados, acarreados y manipulados.
Mientras tanto, en Morena, Verde y PT, así como en los
partidos de oposición, y sobre todo sus liderazgos, la única preocupación es
seguir pegados a la ubre presupuestal.
Unos porque acaban de llegar y se cebaron con las posibilidades que
encontraron, por eso caen en la abyección para agradar a AMLO. Por el otro lado, buscando acomodarse en
algún puesto que otorgue prebendas y beneficios después del 24.
A unos y a otros lo único que no les importa
es el destino de México. Con una clase
política cuyo único interés es el dinero y los negocios que genera el poder,
México está condenado al fracaso en el corto, mediano y largo plazo.
Hoy si podemos decir: ¨Pobre México, tan
lejos de Dios y tan lleno de Mexicanos¨.
De mexicanos en el poder que no se interesan por su patria, y de
mexicanos sumidos en la indefensión, en la ignorancia y en la falta de amor a
la patria, que los lleva a la abstención o a la venta y coacción de voto, total
¨gane quien gane, la vida de esos pobres mexicanos no cambia para nada¨. Así ha sido y así seguirá siendo.