José Miguel Cobián | 10 junio 2022
Tribuna
Libre.- Un
amigo, ex senador de la república, me hizo el favor de invitarme a un grupo en
el cual están políticos connotados del estado de Veracruz, personajes que
entienden, viven o han vivido la política desde adentro. Algunos tan importantes que sus decisiones
hasta el día de hoy influyen en la vida nacional. Dentro de ese grupo se discute y comenta
sobre el futuro de Veracruz y del país.
Hace poco, la reflexión de uno de ellos me
cimbró en cuanto a mi convicción de lo que debe ser el futuro del estado. Planteaba nombres de los posibles sucesores
de Cuitláhuac García, independientemente de su origen, ya fuera de la oposición
o del partido oficial.
El enfrentamiento que tuve con la realidad me
dejó en shock. Según yo, llevo mucho
tiempo pensando que Morena no debería repetir en el gobierno del estado, pues
ha demostrado su absoluta incapacidad e ineficacia para mejorar la vida de los
Veracruzanos. Literalmente una calca del
gobierno del presidente López Obrador, que ha sido un desastre visto desde
cualquier indicador o dato duro, pero sin el carisma, la inteligencia y la
habilidad política del presidente.
Hay candidatos de morena que me resultan
literalmente repulsivos e impresentables, lo cual me hace pensar que sin duda
votaría por cualquiera que estuviera en el bando opositor. Pero, cuando comenzaron a señalar a posibles
aspirantes de la oposición, me di cuenta que yo sería incapaz de votar por uno
o dos porque yo los considero impresentables.
Los antecedentes personales o familiares muestran que de continuar la
línea sucesoria con ellos, Veracruz no ganaría absolutamente nada, solo
cambiaría de gobierno, por uno igual o más voraz, con la misma negación a
respetar la legalidad, y abusando del poder igual o peor que lo ha hecho el
gobierno de Morena…. Y algunos anteriores.
Este shock me llevó a reflexionar las razones
del elevado nivel de abstencionismo en la elección que acaba de pasar, llegando
al extremo en Oaxaca donde más del 61% de la población con credencial, decidió
no participar en la elección de gobernador.
En los seis estados, el abstencionismo fue el ganador. En Aguascalientes
54%, en Hidalgo 55%, en Durango 50%, en Oaxaca 62%, en Quintana Roo 60% y en
Tamaulipas 48% en números cerrados.
López Obrador a lo largo de sus 18 años de
campañas supo diagnosticar los problemas del sistema político mexicano, desnudó
a la clase política nacional, y lo hizo en un lenguaje que pudo entender el
pueblo de México. En el 2018 la gente se
le entregó, pensando que así como había sido hábil para diagnosticar los
problemas, tendría la misma habilidad para resolverlos.
Hoy sabemos que no tiene ni plan, ni
proyecto, ni la menor idea de cómo resolver los problemas que él mismo
diagnosticó. Sin embargo, una buena
parte de la población sigue creyendo en él, porque es el único político que
conecta con el pueblo, y le dice lo que quiere escuchar. No importa que los hechos desmientan las
palabras, el mexicano que le cree, es el mexicano que quiere aferrarse a una
esperanza de mejor futuro, sin la capacidad de evaluar si el rumbo de la nave
lo lleva a ese mejor futuro.
También me quedó claro, que el mexicano
promedio no quiere regresar a ese pasado representado por los partidos de la
oposición. No quiere volver a los
errores que tan claramente explicó el presidente, por eso le niega el apoyo a
los partidos de oposición, pero y quizá lo más importante, hay muchos mexicanos
que ya se dieron cuenta que el gobierno de Morena es un gobierno sin rumbo, y
no le dan su voto, pero tampoco le dan el voto al pasado, por eso, simplemente
se abstienen.
Ni Morena ni la oposición tienen seguro el
triunfo en el 24. Si las cosas siguen
sin cambio, no hay duda que Morena repetirá en la silla presidencial, con la
persona que herede el poder por parte de AMLO.
Si los partidos de oposición siguen esperanzados en que la desilusión
del gobierno de Morena les atraiga votantes, están haciendo el diagnóstico
equivocado. Esa desilusión solo va a
elevar la abstención a nivel nacional.
Si Movimiento Ciudadano piensa que va a ¨cachar¨
los votos de los descontentos de el oficialismo y de la oposición también está
equivocado, salvo que trajera una propuesta que despertara la pasión de esa
mayoría desilusionada, pero sin estructura electoral, y sin dinero suficiente,
resulta muy difícil pensar en triunfos mayores. En Jalisco y en Nuevo León ganó el partido,
pero no gracias al partido sino a factores externos que no viene al caso en
este momento mencionar.
De ahí que el esperado cheque en blanco de
una oposición rechazada en el 2018 y rechazada en el 2022 simplemente no exista
salvo en la mente de las dirigencias exageradamente optimistas.
El sistema político está podrido en
México. Esa es la verdadera
transformación que pudiera heredar AMLO.
El nacimiento de un sistema político diferente, en el cual no tendría
cabida ninguna de las prácticas de los partidos hoy vigentes. Ese abuso de
poder y corrupción que ejercieron y ejercen el PRI, el PAN, MORENA, Verde, PT,
PRD, y MC, ya no caben en el futuro político del país, solo que los
beneficiarios no se han querido dar cuenta.
¿Cuánto tiempo tardará la transición? Nadie
lo sabe. ¿Cuánto dolor, atraso y destrucción tendrá que generarse? Tampoco
nadie lo sabe. Depende en mucho de que
la clase política deje a un lado su soberbia y sus complejos de inferioridad,
para comenzar a construir el futuro de México.
Mientras tanto, si ofrecen escoria, no habrá
cheque en blanco.
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