José Miguel Cobián | 17 septiembre 2022
Tribuna
Libre.- El
pecado del PRI es doble, porque de los diputados de Morena no podemos esperar
los mexicanos la mínima capacidad de raciocinio ni comprensión de la historia
del país. Los diputados de Morena, se excluyen de lo que vamos a comentar,
porque ellos no engañaron a nadie, cuando fueron candidatos, informaron a la
población que votaría a favor de todo lo que enviara AMLO a la cámara baja.
Están cumpliendo su promesa de campaña, pues dejaron claro que AMLO y sus intereses
están por encima de los intereses de la Patria.
En el caso de los diputados del PRI y de
Alito en particular, la traición a la Patria es doble, porque en general son
personas que entienden de política y están plenamente conscientes de los resultados
de sus acciones. Independientemente de que afirmen –como algunos ya lo han
hecho- que están seguros de que la reforma al transitorio constitucional que
permite ampliar el plazo de permanencia de los militares en las calles, no
pasará en el senado (lo cual está por verse).
Todos los países civilizados y democráticos,
mantienen fuerzas civiles, al mando de civiles, para garantizar la seguridad
pública en su interior. En México
estamos conscientes de que las policías municipales y estatales no han sido de
lo mejor a lo largo de la historia, y aunque los mexicanos no estemos
conscientes, tampoco el ejército ha dado resultados en garantizar la seguridad
interna.
Deliberadamente se ha venido dinamitando la
seguridad pública en manos de civiles desde tiempos de Fox, y me refiero a su
presidencia, porque en ella se establecieron las bases de un fortalecimiento de
la seguridad en estados y municipios, con fondos y programas para lograr
policías eficientes y efectivas en la prevención del delito.
Únicamente el presidente Calderón dedicó
dinero y esfuerzos a fortalecer una policía federal civil, la misma policía
federal que Osorio Chong decidió debilitar e ignorar durante la presidencia de
Peña, y la misma que el presidente López decidió extinguir.
Fuera de ello, la distribución de fondos para
seguridad pública, se utilizaba para beneficiar negocios y amigos del
gobernante en turno. Para comprar impunidad, o para cualquier cosa, menos para
capacitar policías capaces de prevenir los delitos.
El mal uso de los fondos de seguridad se
debió a que no hubo jamás un control efectivo, ni la intención de estados o
municipios de mejorar la seguridad de sus habitantes. Únicamente en municipios como Orizaba, se
dedicó a fortalecer en lo posible a su policía municipal. Un caso de excepción.
Pero en la mayoría de los casos, se usara
para bien o para mal, el dinero no alcanzaba, y desde el sexenio de Fox, se
tiró mucho dinero en seguridad, sin que se hubiera generado un cuerpo civil que
pudiera enfrentar los retos que hoy representan los grupos del crimen
organizado, con pequeños ejércitos capaces de controlar grandes extensiones
territoriales y someter bajo fuego a cualquier cuerpo de seguridad estatal o
municipal.
Junto con el saboteo por intereses económicos
de la seguridad civil, tampoco se fortalecieron los órganos de investigación
del delito. Las procuradurías o fiscalías, las defensorías del pueblo, han sido
históricamente olvidadas por parte de las autoridades estatales. Lo mismo vemos con los juzgados estatales, la
mayoría de los cuales no tienen ni tinta ni papel, para ejercer su función,
igual que las oficinas de la fiscalía.
Esto demuestra el escaso o nulo interés de
los gobiernos pasados y del actual para procurar y administrar justicia para
los mexicanos. Algo que los propios
mexicanos aceptan pues no reclaman al respecto.
Si no se prolonga la presencia de las fuerzas
armadas en las calles, el gobierno federal (si es que tiene un ápice de
responsabilidad), tendría la urgencia de formar una fuerza civil y dejar de
tirar tanto dinero en los militares, dinero que solo ha logrado incrementar la
corrupción en el seno de las fuerzas armadas.
Por lo tanto, si Alito y sus diputados
mascotas pensaran como estadistas, buscarían a la brevedad rendición de cuentas
y el fortalecimiento de las fuerzas del orden civiles, pues es lo que beneficia
a la próxima generación. Sin embargo,
disfrazan el caer en las amenazas y chantajes del presidente, con el pretexto
de que la población quiere a las fuerzas armadas en las calles.
Las estadísticas muestran que es solo
percepción de la población, pues los resultados no han mejorado con esa
presencia. Pero justifican su voto, pensando en las encuestas, en la próxima
elección (lleva pérdidas 14 gubernaturas el PRI), cuando todos entendemos que
Alito vendió la seguridad de México a cambio de impunidad para él.
Es inmoral que un gobierno chantajee a
diputados y senadores. Es inmoral que diputados y senadores con conflictos de
interés ejerzan en sus cargos. Estamos en México, país en el cual la ética y la
moralidad se quedan en los libros, pues ni al gobierno ni al pueblo le
interesan en lo más mínimo.
elbaldondecobian@gmail.com
@jmcmex
https://josecobian.blogspot.com/2022/09/alito-y-diputados-priistas-traidores-la.html
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