* No modernizan los puertos ni pagan las tierras * López Obrador y el engaño de Marín Mollinedo * Y ahora le inyecta 120 mil millones de pesos más * En manos de Creel, el derroche de Gutierritos * Coatza, tercero en robo a negocios * Nanchital, el “cochinito” para la campaña de Nahle * Le zumban a la jefa de la Jurisdicción Sanitaria XI
Mussio Cárdenas Arellano | 01 septiembre 2022
Tribuna
Libre.- Engañado y autoengañado, Andrés Manuel ve el
desastre y no lo ve. No avizora el fracaso del Corredor Interoceánico por sus
yerros y contradicciones, o por las tierras que no termina de pagar, o por la
traiciones de sus “leales”, o por el saqueo y el contratismo rapaz.
Peor que el Tren Maya, el Corredor
Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT) no se hunde solo por amparos
contra el estatus de “obras de seguridad nacional” ni por subterfugios legales
sino por la inacción de Rafael Marín Mollinedo, el “leal” director del
proyecto, alias “El Incapaz”.
No lo torpedean los ambientalistas pero sí
los campesinos, dueños de la tierra que se resisten a entregarla por 20
centavos, o a sucumbir al sueño presidencial, o porque los tripula un ex
funcionario de la Procuraduría Agraria al que López Obrador llama corrupto pero
no le endilga acción legal.
No se dejan comprar con el himno de la Cuarta
Putrefacción que los insta a ser parte de la historia, dejando que su tierra se
convierta en derecho de vía o zona de parques industriales donde los
inversionistas multiplicarán su riqueza mientras al originario de esas tierras
ni las gracias les darán.
Se pule Andrés Manuel en hacer realidad el
sueño de Porfirio Díaz, el dictador al que suele denostar. Porfirio vio en el
tren una herramienta de desarrollo; López Obrador también. Porfirio avizoró el
potencial del Istmo de Tehuantepec; Andrés Manuel también. Porfirio enfrentó
las resistencias de los oriundos de esas tierras; AMLO también. Porfirio vio al
Pacífico como otra opción comercial; López Obrador también.
Los conservadores son así. No requieren
hablarse. Se identifican. Se huelen. Se sienten.
Pudo ser el proyecto de mayor impacto en el
sexenio, pero Andrés Manuel lo dejó a la zaga. Y Marín Mollinedo lo terminó de
fregar.
Priorizó el aeropuerto Felipe Ángeles que, a
falta de vuelos y pasajeros, hoy sirve como Arena Coliseo donde los que vuelan
son los luchadores desde la tercera cuerda en función gratuita.
Priorizó la refinería de Dos Bocas que hoy
provoca una mofa monumental entre los detractores del obradorato. Su artífice,
Norma Rocío Nahle García, secretaria de Energía, ofreció construirla en tres
años con un costo de 8 mil millones de dólares —160 mil millones de pesos— y
aún no termina de armar el rompecabezas, embonar las piezas, insertar los
tornillos, pegar los tubos, cortar los listones con que el presidente inauguró
una obra a medio concluir y con un costo que se disparó a 20 mil millones de
dólares —400 mil millones de pesos—. El fiasco total.
Priorizó el Tren Maya, que arrancó sin
manifiesto de impacto ambiental, devastando la selva, alterando el hábitat de
especies animales, afectando el sistema hídrico, poniendo en riesgo los cenotes
que dan vida a la zona este de la Península de Yucatán, violando toda
legislación y para ocultar corruptelas, decretó que la obra es de “seguridad
nacional”. La bajeza de AMLO es épica.
El Corredor Interoceánico se desbieló antes
de arrancar.
Lo puso en manos de Rafael Marín Mollinedo,
amigo de la familia López Obrador, que de macro proyectos sabe un nabo.
Uno y otro, el mesías de Macuspana y el
amigo, han exhibido ignorancia y cuento, ocurrencia e improvisación, mentira y
engaño. Y su capacidad para tirar 15 mil millones de pesos a la basura.
Pregonaba Andrés Manuel que en el Corredor
Interoceánico, que conecta los puertos de Coatzacoalcos, en Veracruz, con
Salina Cruz, en Oaxaca, vía ferrocarril, no habría capitales extranjeros. Luego
dio un salto atrás. Anunció la participación de la firma Suburbana Jurong en la
elaboración del plan maestro del proyecto.
Hay de proyectos fallidos a proyectos
fallidos. Pero el Corredor Interoceánico es único en el mundo.
En dos años, el derecho de vía no se halla
totalmente liberado. El gobierno no es dueño de la tierra por donde se pretende
realizar el tránsito de mercancías, vía ferrocarril. O sea, es dueño de nada.
Y por ello, recelosos, los dueños de la
tierra exigen un pago justo, no 30 denarios ni miserias.
En diciembre de 2021, campesinos de Ixtepec,
Mixtequilla y San Blas advirtieron el engaño de Marín Mollinedo. “Nos dijo que
el pago se ejecutaría entre noviembre y diciembre de este año”, según difundió
el periódico El Universal. Pero no llegó.
“Ya va a terminar diciembre y las autoridades
del CIIT no cumplieron su palabra, y por esa razón hay molestias e inquietudes
de los campesinos, que tras largas asambleas acordaron vender sus tierras”,
refirió el presidente de los comuneros de Ixtepec, Obed Ortega Martínez.
En Ixtepc el proyecto requiere 440 hectáreas.
Los campesinos exigen 114 millones de pesos. Pero hasta el mes de junio no
había acuerdo con Marín Mollinedo.
A los campesinos de Mogoñé les ocurre igual.
Una de las tomas de carretera obedeció al engaño de la Secretaría de Desarrollo
Agrario, Territorial y Urbano, encabezada por Román Meyer Falcón, al negarse a
cubrir una indemnización ordenada por el Tribunal de Justicia Agraria. Sedatu
ofrece pagar 22 mil pesos por hectárea cuando que tierras de esa dimensión se
cotizan en 240 mil.
A las protestas, López Obrador les responde
con mano de hierro. Cuando tomaron la carretera Coatzacoalcos-Salina Cruz, les
envió a la Secretaría de Marina. Usó el puño contra los ciudadanos.
El retraso en la rehabilitación de las vías
del ferrocarril de Istmo de Tehuantepec avizora el fracaso. Fue proyectada para
302 días y lleva más de 880 días en ejecución. Más de un año perdido.
La puntilla se la dio López Obrador, en marzo
pasado. Sin mayor consulta, decidió que los puertos de Coatzacoalcos y Salina
Cruz, que a su vez se habían integrado al CIIT en diciembre de 2019, quedarían
bajo control de la Secretaría de Marina.
Así, dejó en suspenso los fallos de las
licitaciones de las Terminales Especializadas de Contenedores (TEC). Y las
tierras no han sido pagadas. Y el tendido de vías férreas aún no concluye.
O sea, al Corredor Interoceánico le faltan
los extremos y el centro; o sea, todo.
El portal T21 reseñó que las licitaciones
avanzaron hasta la presentación y apertura de proposiciones, pero los fallos
fueron postergados cuando quedó en manos de la Semar.
“Las licitaciones consistían en el diseño de
los anteproyectos y otras obras complementarias para la construcción y
operación de las dos TEC, una en Coatzacoalcos y otra en Salina Cruz, proyectos
necesarios para la operación del Corredor Interoceánico”.
El engaño ha durado meses y años. Pero en
marzo, el presidente lanzó un reclamo público por el empantanamiento de las
obras y la liberación del derecho de vía. Tres meses después, volvió a insistir
en que el Corredor Interoceánico operaría antes de concluir 2022.
El 11 de junio, deslizó entre líneas el tema
del retraso:
“Los dos puertos (Salina Cruz y
Coatzacoalcos) y la vía se va inaugurar en agosto, ojalá, y no le hace que no
sea agosto, que sea en septiembre; que podamos resolver lo del derecho de vía
para tener un gasoducto de Coatzacoalcos a Salina Cruz. Hay que fijarnos un plazo
para tener ese derecho porque tenemos un contrato de gas que nos permite tener
volúmenes suficientes de gas para poder exportarlo a Asia”.
Tácitamente le dijo a Marín Mollinedo que es
un inútil. Pero lo mantiene en el cargo.
El CIIT es un barril sin fondo. En 2020
ejerció un presupuesto de 4 mil 133 millones de pesos. Para 2021 se les
asignaron 10 mil millones de pesos más. Hoy dice López Obrador que se le
inyectarán 120 mil millones en la construcción de un gasoducto, una planta de
licuefacción y una coquizadora.
Ese día, el 11 de junio, Andrés Manuel volvió
a mentir. Enfatizó que la seguridad del proyecto se halla en manos de la
Secretaría de Marina. Si y no. Los navales están diseminados a lo largo del
Istmo de Tehuantepec, pero la empresa Sepiver fue contratada para realizar
servicio de seguridad privada con 36 elementos, ubicados en cinco puntos del
proyecto. El monto del contrato es de 11 millones 179 mil pesos. ¿A quién va a
cuidar Sepiver? ¿A los infantes de marina?
Sepiver, con domicilio fiscal en Boca del Río,
Veracruz, es de la consentidas del régimen. Prestó sus servicios en la
refinería de Dos Bocas. Antes tuvo contratos en Pemex, en Coatzacoalcos y
Altamira, y en el puerto de Veracruz y en el puerto de Ensenada, Baja
California.
De 2006 a la fecha ha recibido contratos por
más de mil 500 millones de pesos, la mayor parte en el obradorato. El
contratismo es el punto medular en este barril sin fondo.
El proyecto es una ilusión. le faltan
tierras, vías férreas, terminales de contenedores, parques industriales. Es
como el aeropuerto sin pasajeros, la refinería que no refina, el Tren Maya que
devasta la selva. Pero el tren lo emociona.
Hay un solo pasajero. Es López Obrador. Está
encantado con el tren del nunca jamás.
Archivo muerto
Santiago Creel, obligado a revelar cuánto
derrochó Sergio Gutiérrez Luna en su fallida campaña. Asume el panista la
presidencia de la Cámara de Diputados, este 1 de septiembre, y entonces se
podrá identificar no sólo a cuántos achichincles insertó Gutierritos en la
nómina, con qué salario, con qué prebendas. Se sabrá cuántas dádivas fueron
dirigidas a la prensa palera que tuvo la encomienda de suministrarle aire a esa
burbuja en que se convirtió el diputado federal de Morena, nativo de Minatitlán
pero desarraigado, aspirante fallido al gobierno de Veracruz. Todo fue exaltar
a un político de medio pelo cuyos desatinos terminaron en fallos de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación en contra; en denuncias penales contra
integrantes del Instituto Nacional Electoral, de las que tuvo que retractarse;
en un discurso hueco, demagogo, engañabobos, en el que sólo creyeron los ilusos
y sus asalariados. El cuento fue entretenido hasta que la realidad llegó. Sus
138 votos en la elección interna de Morena, que no le permitieron ser consejero
nacional, evidenciaron la nula fuerza política de Gutierritos. Tres años de
show y en un instante se desvaneció. Ahora, Santiago Creel tiene todo para
desmantelar esa estructura de impacto mediático que le costó una millonada a la
Cámara de Diputados. Se sabrá, a detalle, el tamaño del derroche para forjar un
candidato de papel de baño… Medalla de bronce a Coatzacoalcos en el delito de
robo a negocios. Se suscitaron 266 casos de enero a julio de 2022. Sólo lo
superan Veracruz puerto con 964 eventos y Boca del Río con 338. Debajo aparecen
Xalapa, 184; Poza Rica, 72; Córdoba, 69, y Orizaba, 33. Solo en seis municipios
la cifra alcanza mil 926 robos a negocios en el primer semestre de 2022. Pero
en total, en los 212 municipios de Veracruz, la Fiscalía General del Estado ha
abierto 2 mil 818 carpetas de investigación, de acuerdo con el portal AVC
Noticias. El robo a negocios se incrementa. El peor momento se vivió en 2019
con 7 mil 532 casos; en 2020, 3 mil 262 robos; en 2021 ese delito se volvió a
disparar hasta alcanzar 5 mil 760 eventos. La tendencia actual presagia que
2022 será el segundo año con más robos a negocios en lo que va de la
administración del morenista Cuitláhuac García Jiménez. De nada sirven los
alardes de que la inseguridad está bajo control… ¿Cuál es la alcaldía que ya
hace las veces de “cochinito” de Rocío Nahle? Nanchital, por supuesto. Ahí no
manda la alcaldesa Esmeralda Mora. Ahí se siguen los dictados de José Luis Peña
Peña, marido de la secretaria de Energía, Rocío Nahle. Ahí operan los contratos
de obra Pepe Peña y Miguel Pintos, ex secretario del ayuntamiento de
Coatzacoalcos. Ahí son comprados uniformes para la policía con sobreprecio. Y
la mano de Pepe Peña es un secreto a voces en todos los rincones del palacio
municipal. A Esmeralda Mora Zamudio sólo le toca acatar y firmar. Y, obvio,
capotear al Órgano de Fiscalización Superior de Veracruz cuando haya que
justificar el cúmulo de anomalías financieras. Nanchital convertido en el
“cochinito” para la campaña de Rocío Nahle al gobierno de Veracruz. Y como ese,
muchos otros ayuntamientos más… A Susana Morales Castro le llueve con todo. Que
si es la más pura ignorancia en la Jurisdicción Sanitaria XI con sede en
Coatzacoalcos. Que si ahí se vive un aquelarre de acoso laboral, desvío de
recursos y extorsión a trabajadores. Que si ve la corrupción y la deja pasar.
Le dan con todo a la protegida de Rocío Nahle, secretaria de Energía. Una parte
de la historia protagonizada por la jefa de la Jurisdicción Sanitaria se cuenta
en redes sociales; la otra, en fuentes directas de la dependencia. “Ha
solicitado que le den parte de sus recursos que son para actividades de los
programas de salud prioritarios (…) La supuesta
justificación que argumenta es qué los usará para hacer remodelaciones a
la jurisdicción, cuando este lo inmueble es rentado a SESVER por conocida inmobiliaria. Por otra parte solapa
a funcionarios corruptos, como es la jefa de equipos zonales, Dra Angela
Suahill Sosa Villalobos, que en contubernio con personal han cometido robos de
medicamentos de gran costo, para comercializarlo en consultorios particulares
con la anuencia de la jefa Jurisdiccional y la jefa de equipos zonales”. La
denuncia pública añade: “Utiliza los recursos como fumigaciones de vectores
obligando a su coordinador con amenazas y abuso de autoridad a hacer uso
indebido para pagar favores a personas del ayuntamiento de Coatzacoalcos y
Pemex, desviando los recursos que son para atender casos confirmados de enfermedades transmitidas por Vectores de
esta zona endémica cómo son dengue, paludismo, chaga, etc. Y no para fumigar
casas de gente rica o funcionarios corruptos”. Y en el obradorato siguen con el
cuento de “no mentir, no robar, no traicionar”. Ajá…
mussiocardenas_arellano@hotmail.
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