* Cisneros abre fuego contra el alcalde de Coatza * Amado Cruz exigió hacerle justicia a Francisco Javier Paredes * El estilo Nahle: golpear a través de sus peones * Un Ejército que viola derechos humanos y espía * Así como va, Rogelio Franco seguirá en las manos del gobernador * Eliezer Sánchez, a Catastro * A seguir haciendo de las suyas
Mussio Cárdenas Arellano | 05 octubre 2022
Tribuna
Libre.- Cruje
Coatzacoalcos, el bastión de Rocío Nahle, sacudido por la violencia, por la
creciente extorsión, por el desdén de Cuitláhuac y la falta de inversión, y por
la guerra en Morena, el choque de fuerzas, los que están con Nahle y los que ya
no lo están.
Hay ruptura aunque se les vea sonreír. Hay
encono y tirantez en la banda, los de la secretaria de Energía contra los del
alcalde Amado Cruz Malpica. Y se respira la intriga en cada rincón del ayuntamiento, en palacio
municipal y fuera de él, en Tesorería y Obras Públicas.
O se trasluce cuando llega el gobernador a
palacio municipal y siente el vacío, la distancia de Amado Cruz. Dialogan en
corto, a puerta cerrada, sin ojos que atestigüen ni orejas que escuchen, y
vuelven a sonreír.
Hay conflicto al trascender que la secta de
la secretaria de Energía dispone de la nómina oficial, los mejores salarios,
acaparando espacios donde hasta el jardinero de Rocío Nahle, Rutilo De Dios
Ramos, es trepado a la Dirección de Desarrollo Agropecuario.
O cuando la broza de Rocío Nahle se agandalla
recursos municipales, con la venia de la tesorera municipal, y peor, con el
visto bueno del otro “tesorero”, el contralor municipal, Mario Pintos Guillén,
provocando un boquete financiero porque no se salda lo que se debe a
proveedores sino que se paga a empresas allegadas al secretario consorte de
Energía, José Luis Peña Peña, marido de la zacatecana, secando las arcas,
limitando la obra pública, llevando al caos el servicio de recolección de
basura, la reparación de calles, la recomposición urbana del municipio.
Hay ruptura al jalar en rutas políticas
distintas, la fanaticada de Nahle por un lado y los seguidores y aliados de
Amado Cruz Malpica por otra; ella intentando capturar la agencia municipal de
Villa Allende, la principal congregación de Coatzacoalcos, con un candidata
fallida, Yolanda Sagrero, y el alcalde con Alejandro Izquierdo, a quien el
grupo Prot, de extracción priista, lo hace ganar.
Hay fractura en Morena, una fractura
soterrada, pero no dejan de sonreír, como aconseja el manual. Y ese quiebre
deja en duda la fuerza de Rocío Nahle para contender por el gobierno de
Veracruz. Si no tiene bastión, cómo quiere ganar en 2024.
Un crimen, el de Francisco Javier Paredes
Zárate, propietario de una prestigiada sastrería, el 29 de septiembre, sirvió
al clan Nahle para develar que la ruptura es real, que el alcalde Amado Cruz
Malpica ya no sigue la línea oficial.
Lo embistió Eric Cisneros, secretario de
Gobierno y, sin duda, el peón más abyecto y servil de Nahle, imputándole que el
alcalde de Coatzacoalcos haya intentando evadir su responsabilidad en el
quemante tema de la seguridad, pateando “el balón” a los gobiernos federal y
estatal.
Alma Negra manipuló lo dicho por el alcalde.
Cruz Malpica no eludió la gravedad del crimen de Paredes Zárate pero sí
advirtió que la “declaración ligera de las autoridades termina por ser tercer
agravio” y pidió a “fiscalías y entidades de seguridad diligencias respectivas,
rápidas y pulcras para que se haga justicia”.
Textualmente, dijo:
“Este tipo de actos lastiman a la sociedad de
Coatzacoalcos. La impunidad de sus perpetradores ofenden todavía más que la
indolencia, la indiferencia y el silencio apático. Peor todavía, la declaración
ligera de las autoridades termina por ser tercer agravio que añade un ultraje
inmerecido a nuestra sociedad. Por esto estamos aquí, en lo particular para
repudiar sin medias tintas este crimen que cualquier adjetivo le queda pequeño.
“Para pedirles a nuestras fiscalías y
entidades de seguridad diligencias respectivas, rápidas y pulcras para que se
haga justicia para el señor Paredes, su familia y la sociedad y que pronto
veamos en la cárcel a los responsables y para decirles que, como autoridad
municipal, estoy para defender su justa demanda de mayores garantías de
seguridad preventiva.
“Les comento que el gobierno de Coatzacoalcos
entiende su indignación y su reclamo, que defendemos y lo hacemos nuestro para
redoblar acciones y reforzar empeño. Nunca, en esta administración, hemos
eludido ni endosado nuestra responsabilidad, ni tampoco ahora la vamos a
rehuir.
“Coincidirán conmigo en que a 24 horas de
este crimen, sería muy inoportuno y frívolo referirme a los esfuerzos que se
han hecho en esta materia, más aún cuando están investigaciones en curso,
trabajando juntos, coordinados, fuerzas del estado, con federales, con todas
las entidades de seguridad ciudadana, del empresariado para que nuestra ciudad
sea más segura.
“Vamos a implementar un reforzamiento para
mejorar los resultados. He pedido a la Policía Municipal, bajo nuestra
responsabilidad, un reforzamiento en nuestra ciudad, en particular en el centro
de la ciudad y espero recibir el concurso de las otras entidades de seguridad
pública y estoy seguro que van a responder favorablemente a este llamado”.
No hubo elusión. No derivó la responsabilidad
en los gobiernos federal y estatal. Los instó a sumar, a hallar a los asesinos
de Francisco Javier Paredes Zárate. Pero Amado Cruz tocó una fibra que duele:
“la declaración ligera de las autoridades termina por ser tercer agravio”.
Eric Cisneros se le fue encima. Le imputó que
no asistía a las mesas por la construcción de la paz.
“Es una persona —arremetía— que tiene
bastante desconocimiento de lo que sucede en temas de seguridad porque ni
siquiera asiste a las Mesas de Seguridad convocadas todos los días”.
Luego soltó otra:
"Cuando tú no conoces debidamente porque
no te reúnes y no analizas lo que está sucediendo en una ciudad, en una región,
en un municipio, en el Estado, haces declaraciones tan temerarias por
desconocimiento, como las que hizo ayer (jueves) en la tarde, diciendo que el
lamentable homicidio de un sastre en Coatzacoalcos es sólo tarea del Estado”.
Y remató:
Para “tener la lengua larga hay que tener la
cola corta”.
Y lo comparó con su antecesor, Víctor Manuel
Carranza Rosaldo, el peor alcalde en la historia de Coatzacoalcos.
La ruptura es crucial. Rocío Nahle hace
política de avestruz. Se agazapa. No se engancha. Elude el tema de la sucesión
en Veracruz.
Usa las manos de sus peones para lanzar
dardos, la lengua larga de Eric Cisneros, la cola kilométrica de Eric Cisneros,
la mente diminuta de Eric Cisneros.
Usa a Cuitláhuac García, amagando con el
aparato de poder. Y a Gómez Cazarín desde el Congreso de Veracruz.
El quiebre con Amado Cruz es de impacto
mayor, políticamente letal. En Coatzacoalcos opera el alcalde. Tiene en sus manos
el aparato burocrático, el control político, recursos vastos, prensa afín, el
marcelismo que le arrima votos a Morena desde 2015 y varios enclaves en el
órgano electoral.
Sin Coatzacoalcos, su bastión, Rocío Nahle
está perdida. No hay proyecto para aspirar al gobierno de Veracruz en 2024.
Teniendo a una oposición sin fuerza, PRI y PAN divididos, sin votos, con la
credibilidad en cero, terminó lanzando misiles contra Amado Cruz.
Fuera de Coatzacoalcos, Nanchital, Las
Choapas, Agua Dulce, su debilidad política es evidente. Nahle no pinta en
Xalapa, donde Ricardo Ahued la supera con creces, ni en la conurbación
Veracruz-Boca del Río, ni en Córdoba, ni en Orizaba, ni en Martínez de la
Torre, Misantla, Poza Rica, Tuxpan y Pánuco.
Fuera de Coatzacoalcos, nadie cacha a Rocío
Nahle. A nadie marea. A nadie engaña. Todos conocen su ADN, su esencia déspota,
la vena intolerante. Saben en Morena que ganando, pierden.
De ahí la importancia del quiebre el
Coatzacoalcos, del ataque de Cisneros y del impacto político que tendrá.
Y podrán verse y reír y abrazarse y fingir,
pero la ruptura ahí está.
Archivo muerto
Un Ejército que viola derechos humanos. Un
Ejército que espía. Un Ejército que encubre a militares que asesinan y los deja
impunes. Un Ejército que se repliega ante el crimen organizado. Mandos que
violan a integrantes mujeres. Y Andrés Manuel lo quiere vender como una
garantía para la seguridad nacional. Hackeada por el grupo clandestino
Guacamaya, la Secretaría de la Defensa Nacional no es capaz siquiera de
resguardar su vida interna, su información. Y en el hackeo de los cientos de
miles de documentos se retratan las operaciones militares fallidas, sus taras
tácticas, sus debilidades, la sumisión vergonzosa a un presidente al que cada
día le afloran más enredos con los violentos, llámense narcos o huachicoleros,
con organizaciones criminales que a cambio le operan o financian campañas
electorales y llevan a Morena, el partido del presidente, a apoderarse de más
de 20 entidades del país. Eso es narcopoder. El hackeo a la Sedena desnuda a
López Obrador, su talante embustero, la recurrente mentira para encubrir su
desastrosa salud, la angina de pecho, mismo mal que aquejó y por el cual murió
Benito Juárez, justo en Palacio Nacional; el traslado de emergencia a principio
de 2022, en helicóptero del Ejército; las múltiples enfermedades que finalmente
tuvo que reconocer. Pero mientras, mintió. ¿Faltaba algo? Sí, el Ejército espía
a periodistas y activistas sociales. El Ejército, ya en tiempos de López
Obrador, usa el software Pegasus, adquirido para violentar derechos humanos,
escudriñar en la vida de los críticos, de los que defienden las causas de los
marginados, hoy en las personas de Ricardo Raphael, DAniel Moreno, director del
portal Animal Político, y el activista social de Tamaulipas, Raymundo Ramos.
¿Algo más? Sí, la lista interminable de delitos cometidos por militares,
asesinato, violación de mujeres, atropello a derechos humanos (como ocurre con
la Guardia Nacional). Y todo impune. ¿Algo más? Sí, el Ejército cuyos mandos
violan y acosan sexualmente a sus integrantes mujeres, según revelan los
correos de las víctimas, dados a conocer por el periódico español El País. Y
ese es el Ejército que Andrés Manuel López Obrador pretende vender como una
garantía para la seguridad nacional. No, las fuerzas armadas son una garantía
para él; para la sociedad son una amenaza. Qué infame es Andrés Manuel… Así
como va, Rogelio Franco seguirá en las manos del gobernador. Así gane amparos,
Cuitláhuac García no lo soltará. Así le concedan la libertad, le endilgarán más
y más delitos porque su caso no es de justicia; su raíz es política; su móvil,
la venganza. Dejará la prisión de Amatlán cuando su caso se internacionalice,
cuando se potencie ante organismos de derechos humanos, cuando la presión
internacional impacte al presidente, cuando lo tome y proyecte la Comisión
interamericana de Derechos Humanos y López Obrador se vea abrumado, convertido
en lo que es, un violador de la ley, un manipulador de la justicia, un simulador
moral. Cuitláhuac no es más que un peón de quinta, verdugo sin control,
intérprete de las iras de su amo Andrés Manuel, embravecido con la masa yunista
pero desgüevado ante su antecesor, Miguel Ángel Yunes Linares, al que no
inquieta, ni toca, ni lo trae a cuentas, así diga y pregone, vocifere y se
desgreñe parloteando que el yunismo pactó con el crimen organizado. Pero no hay
una acción legal. Ni toca a Yunes Linares ni inquieta a sus hijos, Miguel Ángel
y Fernando Yunes Márquez. Cuitláhuac vacía su inquina en Rogelio Franco, ex
secretario del gobierno yunista; en Nicolás Ruiz Roset, ex candidato del
PAN-PRI-PRD a la alcaldía de Minatitlán, a quien cada vez le inventan más
delitos; en Gregorio Gómez, ex candidato a alcalde de Tihuatlán por el PRD; en
la ex diputada federal perredista, Azucena Rodríguez. Y así seguirán, presos y
violentados, mientras no logren que sus casos traspasen las fronteras de México
y los retomen los organismos de defensa de los derechos humanos a nivel
internacional… A Catastro irá Eliezer Sánchez Carrillo a seguir haciendo de las
suyas. Pregona a diestra y siniestra, a todo el que lo quiera oír, que en breve
se formalizará el cargo, que es poco relevante. Será auxiliar del titular,
Julio César Muñoz Perea. Visto como es, se trata de una degradación. De ser
coordinador general de Desarrollo Urbano pasa a auxiliar en Catastro en el
ayuntamiento de Coatzacoalcos. Ahí intentará cuajar la actualización de valores
catastrales con las que los dueños predios pagarán más, y con la que se alejará
la inversión privada en el Corredor Interoceánico por falta de seguridad
jurídica y la inestabilidad en la normatividad. Ese proyecto pasó por el
Cabildo de Coatzacoalcos, fue anunciado con bombo y platillo, pero está en el
limbo. Por extemporáneo, el Congreso de Veracruz lo rebotó. Es Eliezer Sánchez
quien ha entorpecido la construcción de la terminal de Braskem-Adario en Laguna
de Pajaritos, aduciendo que el consorcio debe pagar más por sus permisos de
construcción. O sea, sabotea un proyecto de 400 millones de dólares. A Eliezer
Sánchez lo pusieron donde hay. Su gente, Lizandro Pérez, los Nelson, Onésimo,
ahora su hijo en un claro caso de nepotismo, y adláteres, se frotan las manos y
tienen en la mira en las codiciadas áreas verdes. Por lo pronto, a esquilmar
con el tráfico de influencias en el pago del impuesto predial para el próximo
año…
mussiocardenas_arellano@hotmail.com