* Hugo dijo: al “Archie” lo levantó la delincuencia * Y fueron sus policías * Cuitláhuac, metido hasta el cuello * Nahle quiso construir una refinería y terminó haciendo una alberca * Cuando Amado dijo que la extorsión aumentaba * A la alcaldesa de Nanchital le gusta recibir metralla * Más trampas de Onésimo Mendoza en Obras Pública
Mussio Cárdenas Arellano | 22 octubre 2022
Con esa mente, y la sangre fría, fue cómplice
de dos mandos de alto grado — Alan N, con clave “Relámpago”, y Ricardo de Jesús
N, alias “Galeno”— y dos elementos de tropa —Federico N y Jacobo N— a quienes
se les imputa responsabilidad en el plagio, desaparición, posible muerte del
director de la Policía Vial, Juan Alan Cuetero Meza, llamado “El Archie”. Y el
gobernador lo encubrió.
Diría el secretario de Seguridad que al
“Archie” lo había levantado la delincuencia. Y así mintió y mintió y volvió a
mentir, intentando disipar la última fechoría de su mafia personal, el plagio
que precipitó la caída de Hugo Gutiérrez Maldonado, el capo que dirige, aún, al
cártel policíaco de la Cuarta Transformación en Veracruz.
Así hasta que el escándalo del “Archie”
Cuetero Meza, y el dolor de su esposa, y la angustia de su madre, y las
protestas en las calles, y el reclamo en los medios y en las redes, traspasaron
las fronteras de Veracruz. Y le llegó el fuego a la 4T. E irritó al presidente
López Obrador.
Y la sentencia fue que Hugo Gutiérrez
Maldonado se tenía que ir. Y se fue.
La mañanera —o la marranera—, donde Andrés
Manuel (des)gobierna a punta de ocurrencias y arranques de ira, fue el
escenario donde se dictó la suerte del secretario de Seguridad de Veracruz.
Se exhibió, casi nada, el caso “Archie”. Se
mostraron dos imágenes, una de la víctima y otra de los policías aprehendidos y
destacaba el tono ufano del subsecretario de Seguridad Pública y Protección
Ciudadana del gobierno federal, Ricardo Mejía Berdeja, por la acción judicial.
Ahí se vio una fotografía que resultaría
premonitoria: Gutiérrez Maldonado junto a Alan N; pero sobre los ojos del
secretario de Seguridad se colocó la banda negra que cumple el protocolo de
proteger la identidad de los imputados, la presunción de inocencia hasta que se
emita sentencia.
Horas después, en Xalapa, Cuitláhuac García
difundía la renuncia de Hugo “Pistolas”, intentando matizar el impacto del
misil y exhibiéndole su respaldo hasta el final.
En el texto, Gutiérrez Maldonado exalta “sus
logros”, la perorata de la supuesta disminución de la inseguridad, los niveles
en que encontró a Veracruz y la estadística actual.
Y fue al punto:
“Agradeciéndole a Usted toda la confianza a
mi persona, y como bien usted conoce mi situación personal, debo atender
cuestiones muy personales que me reclaman e impiden seguir destinado todo el
tiempo que este encargo demanda, y he preferido entregarle buenas cuentas”.
El cese entraña algo más. Avizora una
tormenta sobre Cuitláhuac García y su mafia personal. Es la punta del iceberg
de corruptelas y crímenes. Es la tormenta que se dibuja sobre el consentido del
obradorismo, al que Andrés Manuel le ha solapado todo, comenzando por su
ineptitud.
Los mandos aprehendidos no son tropa. Alan N,
con clave “Relámpago”, había sido
director operativo de la SSP, tercero en la pirámide de poder, y cuando se
complicó el escenario, el 17 de agosto, Gutiérrez Maldonado lo envió a la
Academia Regional de Seguridad Pública del Sureste; Jesús N, alias Galeno, era
jefe de la Policía Estatal en el C5i de Boca del Río.
Al “Archie” —Juan Alan Cuetero Meza— lo
vieron salir de casa, el 29 de mayo, y ya no regresó. Presuntamente fue a la
iglesia bautista, situada cerca de Plaza Las Brisas, al norte del puerto de
Veracruz, pero al pasar las horas no se reportó. Su mamá, Lidia Meza, imaginaba
que se hallaba con su esposa y ésta creía que aún se encontraba en el servicio
religioso.
Así transcurrieron las horas, y nada.
Alertados del hecho, sus compañeros policías se dieron a la tarea de ubicarlo.
No lo hallaron.
Un día después, el 30 de mayo, se activó un
Código Rojo. Hugo Gutiérrez Maldonado montó una farsa. Encabezó un operativo de
búsqueda pero en el fraccionamiento Floresta, al sur de Veracruz puerto. Desplegó
a elementos de Fuerza Civil y de la Policía Estatal. Al realizar las
indagaciones una persona fue abatida. El paradero del “Archie” continuó siendo
un misterio.
Sin embargo, fue hallado el vehículo en el
que se transportaba, un KIA Forte color rojo, modelo 2021, con placas
YSL-036S-A. El hallazgo ocurrió en el municipio Emiliano Zapata, aledaño a
Xalapa, a 70 kilómetros del puerto de Veracruz.
Al día siguiente, el 31 de mayo, en
Coatzacoalcos, Gutiérrez Maldonado soltó una frase categórica: al “Archie” lo
levantó la delincuencia.
“Fue interceptado —señaló— y privado de la
libertad por un grupo de delincuentes que llega y lleva varias administraciones
ahí trabajando en Veracruz. Nada se sabe, pero sí decirle a la delincuencia que
no nos vamos a cansar, no nos vamos a cansar de perseguirlos, el que le haga
daño a un ciudadano o a un policía lo vamos a perseguir hasta que se echen”.
La Fiscalía de Veracruz, a cargo de Verónica
Hernández Giadáns, integró una carpeta de investigación por la desaparición,
pero no le dio acceso la madre del “Archie”.
Por ello, el 15 de agosto Lidia Meza promovió
un amparo contra la FGE por negarse “a entregarle una copia de la carpeta de
investigación del caso de su hijo” (La Silla Rota, https://bit.ly/3SlJRDj).
Su familia, sus amigos, tomaron las calles.
Protestaban por la desaparición y exigían saber el destino del “Archie”.
De pronto, otro avance. Fueron hallados los
dos teléfonos celulares usados por Cuetero Meza, uno para asuntos familiares,
el otro para su labor policíaca. Uno, en el municipio Emiliano Zapata, cerca de
la Academia de Policía; el otro en las inmediaciones del fraccionamiento
Colinas de Santa Fe, donde se halla la fosa clandestina con mayor cantidad de
cuerpos desde los días en que los priistas, Fidel Herrera Beltrán y Javier
Duarte de Ochoa gobernaban Veracruz.
Todo le cuadraba a Hugo Gutiérrez Maldonado.
Apostaba a que la desaparición del “Archie” cayera en el olvido o se le
imputara al crimen organizado. Así hasta que el 5 de octubre el portal Latinus
divulgó el hackeo que el colectivo ambientalista Guacamaya realizó a la
Secretaría de la Defensa Nacional. En los correos del Ejército apareció
evidencia de la vinculación del gobierno de Veracruz y su policía con el Cártel
del Noreste.
Cuitláhuac pataleó. Se indignó. Exigió ser
investigado. Y metió las manos al fuego por su secretario de Seguridad. Y al
final se quemó.
“No lo respaldo yo —decía—. Yo obviamente voy
a respaldar a los 17 secretarios y secretarías. No… lo respalda los resultados
(…) El trabajo, los datos duros”.
Vulnerable, Hugo Gutiérrez no tuvo ya con qué
frenar la acción legal contra sus mandos policíacos.
El 13 de octubre fue aprehendido Alan N,
quien junto con Cuauhtémoc Zúñiga Bonilla, ascendido a subsecretario de Operaciones de la SSP,
debían hallar al “Archie”. Obvio, no lo iban a encontrar.
Luego vino la detención de Ricardo de Jesús
N, Galeno, y de los policías Federico N y Jacobo N.
Y tras ser balconeado en la mañanera de López
Obrador, Hugo se fue.
Dejó la SSP la noche del jueves 20. Se
realizó el relevo con la ausencia de Gutiérrez Maldonado. Fue intempestiva, no
programada, con rasgos de fuga.
Su lugar lo ocupa Cuauhtémoc Zúñiga Bonilla.
Y a éste lo releva como director operativo, Rafael Ángel González Uscanga,
capitán de la Secretaría de Marina, que se hallaba a cargo de la Fuerza Civil.
Ambos con un nefasto historial en Coatzacoalcos.
A Hugo Gutiérrez no le alcanzó su mente
criminal, ni la complicidad de Cuitláhuac, ni el alarde de logros falsos
mientras la violencia devora a Veracruz.
Hablan por él y por Cuitláhuac los informes
de la Sedena, el vínculo con el Cártel del Noreste, la tortura, los crímenes en
el cuartel de San José, en Xalapa, y la desaparición forzada del “Archie”.
Y tácitamente, pende de un hilo la cabeza del
gobernador.
Archivo muerto
Rocío Nahle quiso construir una refinería y
terminó haciendo una alberca. Un temporal, dos días de pertinaz lluvia,
hicieron de los patios de la refinería Olmeca un estanque monumental. Videos
grabados por personal de transporte, por obreros, por trabajadores que
continúan en la tarea de concluir la
malograda obra, así como fotografías y relatos vivenciales, exhibieron que la
alberca le quedó de 10. Se veía a los obreros caminar entre el agua.
Conductores de autobuses reportaban las condiciones y enteraban que irían por
personal para evacuarlo. Y en Twitter, Facebook, Tiktok, la prensa nacional e
internacional, la crítica incesante. Y Nahle desgañitándose vociferando que el
charco en breve se extinguiría. Y volvía a llover y la alberca retomaba su
nivel. Xóchitl Gálvez, senadora antes del PAN, hoy del PRD, fue directa: eso
pasa por darle la obra de compactación del terreno a la empresa del cuate del
compadre de la secretaria de Energía, Rocío Nahle. O sea, Juan Carlos Fong
Cortés, el que partió plaza con la empresa Huerta Madre. Fong, el amigo y
mancuerna de Arturo Quintanilla Hayek, compadre de Rocío Nahle. Fong, el que
tiene la bendición de Pepe Peña, esposo de la zacatecana que aspira a destruir
a Veracruz si Morena la postula candidata en 2024. Mientras, a presumir la mega
alberca de Dos Bocas. Si no refina un sólo litro de gasolina, pues que sirva
para las pruebas de 100 metros libres, 200 de pecho, 100 de mariposa y
combinado individual… Amado tocó el punto que no le han podido rebatir: la
extorsión sigue y crece. Y el discurso de Cuitláhuac García, remedo de
gobernador, se fue al caño. La perorata del “estado seguro” se extinguió. El 24
de julio, Amado Cruz Malpica presionó el detonador: la extorsión es el delito
número uno en percepción ciudadana en Coatzacoalcos. Textualmente, dijo: “Sigue
siendo un tema que está evidentemente en la percepción ciudadana, donde la
denuncia es poco frecuente por las condiciones mismas y el ilícito por las
mismas condiciones psicológicas en que se provoca y desde luego está la
invitación abierta a que se haga la denuncia”. Agregó más: sería faltar a la
verdad no reconocer que aún existe una percepción ciudadana de inseguridad. Se
cimbró el Palacio de Gobierno, en Xalapa. Uno de los suyos, el alcalde del
tercer municipios más importante de Veracruz, morenista, le aguó el discurso de
la falsa seguridad a Cuitláhuac. Inoculado con su dosis de rabia, el mastín de
palacio, Eric Cisneros Burgos, la morenaza de Otatitlán, fue enviado a golpear
refutando palabras que Amado Cruz Malpica nunca expresó. Luego llegaría la
damisela de Macuiltépetl, Cuitláhuac García, a reclamar que el alcalde
desdeñaba las mesas de la construcción —ja— de la paz —jaja—. Y creó el Mando
Único en Coatzacoalcos, al estilo Javier Duarte, con las consecuencias que ello
traerá. Dos semanas después, aquí se sigue respirando el miedo y el Mando Único
anda en Babilonia… Una más de Onésimo Mendoza, trampeando con las obras
municipales. Se presta el director de Obras Públicas a que el contrato asignado
a la compañía FICAS Construcciones, S.A. de C.V. lo realice un entenado de la
4T, Salvador Ramírez Loera, aquel que tuvo a su cargo al construcción de la
Universidad el Malestar, en Villa Allende, y que violó flagrantemente los
derechos laborales de los albañiles. FICAS obtuvo fallo favorable para
rehabilitar el asta bandera del malecón de Coatzacoalcos, con un monto de 2
millones 902 mil 295 pesos más IVA. Obtuvo el contrato mediante invitación
restringida de tres participantes, aunque sólo acudieron dos, FICAS e
Inmobiliaria y Construcciones Andrómeda. Informes internos de la Dirección de
Obras Públicas revelan que FICAS fue obligada o se prestó a que la obra sea
ejecutada por Ramírez Loera. Y así como esa, otras trastadas más de Onésimo
Mendoza Flores, cuyo hijo Víctor Manuel Mendoza Villegas, el poder tras el
trono, despacha como “analista” en la Subdirección de Presupuestos y Costos.
Dicho en una frase: controlan la licitación, la asignación, la presión y los
pagos. Y el director general de Obras Públicas, Arturo Delgadillo Medina,
complaciente, o cómplice, o como florero de corredor… A doña Esmeralda Mora le
gusta recibir metralla. Su gobierno —si así se le pudiera llamar— es el más
desastroso en la historia de Nanchital. Nueve meses sirven para evaluar su
ignorancia política, para medir la insensibilidad al sentir ciudadano, la
altivez, la prepotencia, la evidencia de que un arreglo político con el PRI,
que desdeñó la alianza con el PAN-PRD, la trepó a la alcaldía de Nanchital, y
ya ahí demostró el cero a la izquierda que es. Hoy se traba en conflictos con
su cabildo, en discusiones abiertas en plena Cumbre Olmeca con Elda Luz Palma,
y días antes fue exhibida por periodistas en una carta que revela cómo enloda y
descalifica a los comunicadores, usando páginas y cuentas en internet, el
estilo chairo que distingue a la secta y que si no lo sabe Esmeralda,
constituye un delito contra la libertad de expresión. No hay comunicador en
Nanchital que no le atribuya la autoría de la sucia estrategia de confrontación
al secretario del ayuntamiento, Antonio García, cuyas marrullerías no son
nuevas. Comenzaron en Coatzacoalcos, en los tiempos de Víctor Manuel Carranza
Rosaldo, del que fue su vocero y no sólo no le mejoró la imagen sino que se la
destrozó. Y así se le irán acumulando satrapías a la alcaldesa de Nanchital
porque en los hechos, no es ella quien gobierna sino el Rasputín de su
administración, el negado de inteligencia, Antonio García…
mussiocardenas_arellano@hotmail.com
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