¿Por qué Lizbeth Aurelia?
Claudia Guerrero Mtz| 06 dic. 2022
Tribuna
Libre.- Toda
una mafia en el Poder Judicial. Y nos comentan trabajadores, ahora resulta que
en pleno 2022, se habla de equidad y en donde sea, quieren poner mujeres en
cargos trascendentes. Los conocedores opinan: “No es lo mismo igualdad, que
equidad, señores”. Además, nos enteramos qué desde la oficina principal de
Palacio de Gobierno hubo pleito por nombrar
quién sería la nueva presidenta del Tribunal Superior de Justicia. En esta entrega daremos pormenores de los
criterios y haber nombrado a Lizbeth Aurelia Jiménez Aguirre. Les cuento a las
y los inteligentes lectores.
Todos pensaban que la magistrada Ailett
García Cayetano, hermana de Dorheny García Cayetano, quien presionó al
gobernador de Veracruz para ser incrustada en la Secretaría del Trabajo y
Productividad y también, ella pensaba que su hermana la podría colocar como
presidenta del Poder Judicial, pero “oh sorpresa”. Los mismos trabajadores
saben sobre la nula capacidad en las
cuestiones jurídicas de la “suspirante” a presidenta Ailett García y quien
estuvo operando fue el conocido como
magistrado consejero Humberto Oliverio Hernández Reducindo, quien amenazaba a
todos con destituirlos si no votaban por su amiga Ailett, quien es la línea de
Cuitláhuac García Jiménez. Y ya vimos que no fue así.
Y Ailett no podría ser aunque tenga una
carrera universitaria, por el simple hecho de que jamás ha laborado en el Poder
Judicial y sólo en lo administrativo. Y no podemos exigir a quien no puede dar
más.
En el caso del magistrado consejero Esteban Martínez
Vázquez, quien en enero del 2021 fue designado como integrante del Consejo de
la Judicatura, que es la institución encargada de velar por la autonomía de los
órganos de ese poder y vigilar por la independencia e imparcialidad de
magistrados y jueces. Y de él no hay queja por su carrera dentro de
la institución, sino porque se contaminó y se hizo de amistades que acabaron
por coludirlo, siempre manejando ser
amigo del gobernador Cuitláhuac García y de diputados del Congreso de Veracruz,
quienes en todo momento lo protegen, aunado a las múltiples promesas de puestos
a diversas personas, porque según él sería el presidente del Tribunal Superior
de Justicia.
Finalmente, la que menos estaba en el plano
político, ni le veían futuro, era la magistrada Lizbeth Aurelia Jiménez
Aguirre, quien fuera juez en su momento y se sabe no ser la más brillante, pero
tampoco la peor. Se conoce que le gusta el “Bisne” y aquí las agravantes son las siguientes:
Ella ingresó como magistrada en su momento, en
el lugar que había dejado el magistrado Roberto Dorantes Romero, quien
fuera removido del cargo por la Legislatura, mismo, que por medio del Juicio de
Amparo número 402/2019, en la cual, en
la sentencia emitida por el Juez del
Juzgado Decimoséptimo de Distrito en el Estado de Veracruz, entre otras cosas,
señaló lo siguiente:
1. “…El Presidente del Tribunal Superior de
Justicia y del Consejo de la Judicatura del Estado de Veracruz, con residencia
en Xalapa, tome las medidas necesarias para
que se realice lo siguiente:
2. Se deje insubsistente el acto de remoción
del quejoso de su cargo como Magistrado del Poder Judicial del Estado de
Veracruz, por retiro forzoso previsto en el Artículo 59 de la Constitución
Política del Estado de Veracruz, vigente a partir del veintisiete de diciembre
del dos mil diecisiete.
3. En caso de haber sido removido
materialmente, se provea lo conducente para que se reinstale al quejoso en el
cargo de magistrado del Poder Judicial del Estado, con el pago de las
percepciones inherentes que dejaron de cubrírsele desde que fue separado; cargo
que debe seguir desempeñando por el periodo comprendido en el nombramiento
otorgado el veintisiete de noviembre de dos mil quince y a partir de haberlo asumido.
4. En el entendido que, en su caso, debe ser
considerado válido todo lo actuado por la persona que, con el carácter de
magistrado, hubiere fungido en lugar del quejoso en la adscripción en que se
encontraba, hasta que éste reasuma sus funciones, en acatamiento estricto de este
fallo…”.
Y ustedes preguntarán: ¿Qué tiene que ver Lizbeth Aurelia con
esto? Pues resulta que Lizbeth Aurelia
Jiménez Aguirre, aunque no ocupó el lugar
del exmagistrado en su ponencia, sí ocupó su lugar material en el Tribunal y se
debe puntualizar que la Presidenta del Tribunal Superior de Justicia del
Estado, incumplió la Sentencia de Amparo, pues no se necesita ser experto en
Derecho para ver que si bien es cierto, designó nuevamente como Magistrado a
Roberto Dorantes Romero, lo cierto es que lo ubicó como “Visitador”, cuando
éste tenía su puesto en la Octava Sala,
por lo que en la Justicia Federal no hay
cumplimientos a medias, lo correcto es que hubiesen cambiado de sala a la que
ahora ocupa el lugar, la magistrada María Lilia Viveros Ramírez, es decir,
regresar al magistrado Dorantes a su anterior puesto y ahora sí viene lo bueno,
al suceder esto, Lizbeth Aurelia Jiménez Aguirre quedaría sin sala, ya que
tendría que ceder su lugar a la magistrada María Lilia Viveros Ramírez y lo
correcto sería que Lizbeth Aurelia fuese
magistrada visitadora.
Todo esto ha provocado que se promoviera un
“Incidente de Ejecución de Sentencia” ante el Segundo Tribunal Colegiado en
Materia Administrativa del Séptimo Circuito, que puede traer consecuencias
jurídicas para todos los que incumplan con un ordenamiento decretado por un
Juez Federal.
Finalmente, fue designada Lizbeth Aurelia
Jiménez Aguirre como presidenta del Tribunal Superior de Justicia del Estado,
quien estará por tres años y sólo podrá ser reelegida una sola vez, sin omitir
que al concluir su gestión
retornará su adscripción de origen. Y
los recursos jurídicos interpuestos por los afectados violentando los mandatos
federales siguen en curso y se convertirá en un engrudo del Poder Judicial en
Veracruz, próximamente.
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