José Miguel Cobián | 23ene. 2023
Tribuna Libre.- Nada refleja más la integridad y moral de un país que su ética pública. Con ética pública no me refiero exclusivamente a el comportamiento de los integrantes del sector público, sino también a la actuación de la sociedad en actividades públicas o cuando menos, abiertas al escrutinio de la sociedad. El comportamiento privado de cada persona, en tanto no dañe a nadie, es de su propia incumbencia.
Las historias de corrupción de gobiernos
federales, estatales o municipales son de sobra conocidas, y lo más que se ha
logrado, gracias al INE y a la transición a nuestra incipiente democracia, ha
sido la alternancia partidista en el poder, sin que los hábitos de enriquecerse
desde el poder, hayan sido erradicados.
Hoy corresponde hablar de la ética y moral
actuales. Lo pasado ya sucedió y no
sirve para justificar el presente, por más que así se esfuercen quienes
justifican la corrupción de hoy, con la corrupción de ayer.
El país más permisivo del mundo es
México. En este país, cada quién hace lo
que le da la gana. En el caso de los
servidores públicos, siempre van más allá de lo que la ley les permite, y en el
caso de los particulares, siembre van más allá de lo que la ley les prohíbe,
pues la impunidad es la reina de la vida pública. Los malos actos no tienen consecuencias. Ni
jurídicas ni sociales. El repudio y
rechazo social, en general brillan por su ausencia.
Así vemos a personajes, a quienes su puesto y
labor les exige no solo conducta intachable, sino ausencia de relaciones y
subordinación con personajes de conducta dudosa, y vemos a esos personajes
subordinados, aplaudiendo, sumisos y excitados ante los posibles beneficios que
su sumisión les pueda traer.
Ver a amigos cuya ética consideraba yo
intachable, defender a la ministra Esquivel en su plagio de tesis, y
justificarlo con ¨Peña también plagió¨.
Observar a líderes de opinión pública locales, estatales o nacionales,
subordinados aplaudiendo a funcionarios corruptos, participando en sus
actividades o adornando las fotos de actos públicos, solo permite sentir pena
ajena, y sobre todo, desprecio (soterrado porque no se expresa
públicamente).
Ayer todo se le aplaudía al PRI, a pesar de
sus errores y brutal corrupción, hoy todo se le aplaude a Morena, a pesar de
sus terribles errores, y corrupción superior a la de cualquier otra época del
México moderno. Sus actos se llenan de
personajes que se asumen ¨pragmáticos¨, porque afirman que ¨así es México¨ yo
entiendo que ¨sucio, salvaje, primitivo, corrupto¨, y por ello, se adaptan al México que ellos
conocen y aplauden todo tipo de actos, que perjudican a fin de cuentas a las
grandes mayorías de mexicanos.
México es un país dónde el amor a la Patria
solo existe en la retórica de los discursos, y en la de la inventada historia
nacional. Los mexicanos vivimos
motivados por intereses personales, que muy pocos dejamos de lado, cuando se
trata del interés colectivo, la ética y la integridad personal.
El mexicano goza con la desgracia ajena, y
hasta un acto de integridad trata de ensuciarlo con chismes y mentiras, pues lo
que importa no es la verdad de las cosas, sino dañar a aquél al que se le tiene
envidia por su capacidad, talento o éxito en la vida. El eterno amargado trata de destruir aquello
que odia por limpio y transparente. El
amor por la suciedad es parte del interés del mexicano promedio.
Los malos actos, ya sea un acto criminal como
la rapiña y el robo, o un acto que daña a la patria, son premiados con el
aplauso social. En contraste, en un país
civilizado, el corrupto, por muy poderoso que sea es rechazado en cualquier
lugar, sufre el repudio social. En
México sucede lo contrario.
Observar personajes conocidos y desconocidos,
aplaudiendo a políticos de probada actividad delincuencial, da pena y refleja
la moral y la ética del México real.
Si no cambiamos la actitud del mexicano ante
lo socialmente incorrecto, México siempre será un país de tercera con
ciudadanos de quinta, cuarta, y primera.
Yo creo que a los mexicanos no nos interesa ese cambio pues permitimos y
celebramos y defendemos la impunidad. Tememos enfrentar al mal, nos acomodamos
antes de tener un problema con nadie. Pocos ejemplos de quienes enfrentan lo
que está mal, a pesar de todas las consecuencias. Ni modo, eso es nuestro México, el México
de todos nosotros.
elbaldondecobian@gmail.com
@jmcmex
https://josecobian.blogspot.com/2023/01/mexico-un-pais-permisivo.html
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