El camino del “superpolicía” llega a su fin en Nueva York el próximo 27 de junio conocerá su sentencia
Nueva York. | 27 febrero 2023
Tribuna Libre.- Tras conocerse el veredicto, comienza la espera para García Luna; el próximo 27 de junio conocerá su sentencia, aunque muchos anticipan que no volverá a ser un hombre libre.
“¿Culpable?”, preguntó una reportera al
teléfono, cubriéndose con la mano enguantada el otro oído para tratar de
silenciar un poco los gritos a su alrededor. “¿Culpable de todos los cargos?”.
Cinco minutos antes de las 15:00 horas de
Nueva York (las dos de la tarde en México), un jurado de 12 personas leyó el
veredicto que declaró culpable de todos los cargos imputados a Genaro García
Luna , el exsecretario de Seguridad Pública en el sexenio de Felipe Calderón y
quien por años fue una figura intocable, pese a múltiples señalamientos en su
contra.
Tras conocer el veredicto, un grupo de unos
15 mexicanos gritó afuera de la Corte del Distrito Este de Nueva York, en
Brooklyn, donde las últimas tres semanas la defensa del exfuncionario y la
fiscalía del gobierno estadounidense presentaron a sus testigos y sus
argumentos. “¡Sí se pudo! ¡Sí se pudo!”, entonaron.
Un grupo celebró al exterior de la Corte.
(Foto: DAVID DEE DELGADO/REUTERS)
García Luna fue hallado culpable de
participar en la dirección de una empresa criminal cuya actividad continúa;
conspirar para la distribución de cinco kilogramos o más de cocaína con la
intención de distribuirla en Estados Unidos; conspirar para la importación de
la misma cantidad o más; y hacer falsas declaraciones al gobierno de Estados
Unidos.
Los reporteros y manifestantes fueron los
primeros en enterarse del veredicto del jurado. (Foto: Gonzalo Soto)
Los primeros en salir, a la media hora de la
lectura condenatoria, fueron los fiscales, encabezados por Saritha Komatireddy
. Fue ella quien, sobre todo en la última sesión del juicio, pasó horas ligando
a García Luna con la red de criminales del narcotráfico en México.
Con la vista al frente y sin permitirse un
gesto, Komatireddy avanzó a paso veloz detrás de uno de los oficiales de la
Corte y entre dos miembros de su equipo hacia la oficina del fiscal general del
Distrito Este, ubicada a 130 metros. Su premura solo la detuvo el alto peatonal
en la calle Tillary, una vialidad con un pequeño camellón que separa ambos edificios.
Pese a que no había un solo auto cruzando, esperó a tener su siga para avanzar
a su destino.
La fiscal adjunta nunca dejó escapar o
entrever una respuesta ante el asedio de la prensa. “¿Está de acuerdo con el
veredicto? ¿Qué opina del resultado? ¿Apelará la defensa?”. Komatireddy fue una
estatua en movimiento.
Solo horas más tarde, y a través de un
comunicado, Breon Pearce, fiscal general del Distrito Este de Nueva York, llamó
a García Luna un «traidor a la patria» y traidor a sus compañeros honestos que
por años intentaron combatir al crimen organizado.
“Es inconcebible que el acusado traicionara
su deber como secretario de Seguridad Pública al aceptar con avaricia millones
de dólares en sobornos que fueron manchados con la sangre de las guerras de
cárteles y batallas relacionadas con las drogas en las calles de Estados Unidos
y México, a cambio de proteger a aquellos asesinos y traficantes que juró
investigar”, señaló en el escrito.
Media hora después de la salida de la
fiscalía, detrás de las puertas de cristal de la Corte apareció una figura
conocida para quienes habían seguido el juicio.
Con su tradicional boina española, César de Castro,
abogado de García Luna, caminaba con velocidad hacia la salida del edificio,
sin embargo, al ver a la veintena de periodistas que lo esperaba, se detuvo.
Primero se acercó con uno de los oficiales en
la puerta e intercambió con él unas palabras.
Luego, detrás de él, con un gorro invernal
tejido, apareció Cristina Pereyra, esposa de García Luna, acompañada de sus
hijos Luna y Gerardo. La familia y el abogado platicaron unos instantes, como
armando un plan. Ella, con el rostro pálido, asentía ligeramente con la cabeza,
mientras sus hijos solo seguían con la mirada la conversación.
De Castro salió primero y cruzó rodeado de
prensa la calle, que por motivos de seguridad está clausurada a los vehículos.
Detrás de él, siguiendo el plan, Pereyra y sus hijos caminaron hacia la calle
Tillary, con un puñado de reporteros lanzando preguntas que no pretendían
responder. Subieron a un sedán gris y se marcharon. Quienes estuvieron dentro
del recinto durante la lectura del veredicto aseguran que solo la hija lloró al
escuchar el resultado. García Luna les dirigió una última mirada antes de dejar
la sala.
Tras una hora de hacerse público el
veredicto, De Castro se apostó frente a las cámaras que lo aguardaban, se
retiró la boina y leyó un escrito preparado.
“Estamos extremadamente decepcionados tras el
veredicto de hoy. El gobierno, después de muchos años intentando armar un caso
contra el señor García Luna con pruebas creíbles y fiables, se vio obligado a
conformarse con levantar un caso sobre las espaldas de algunos de los
criminales más notorios y despiadados que hayan testificado en este tribunal”,
leyó en inglés.
Algunos en la prensa, mayoritariamente
mexicana, le pidieron leer en español. Él continuó en inglés: “Este ha sido un
momento extremadamente difícil para García Luna y la lucha continuará”. Sus
últimas palabras de ese mensaje escrito pedían respeto al exfuncionario y a su
familia en estos momentos y serán ellos quienes, si así lo deciden, hablarán
sobre el caso.
De Castro no tenía más detalles de la defensa
a seguir, de una eventual apelación o el escalamiento a otras instancias
judiciales en Estados Unidos. García Luna, por lo pronto, tendrá que esperar el
27 de junio para conocer su sentencia, aunque muchos anticipan que no volverá a
ser un hombre libre.
El destino de quien alguna vez fue el «súper
policía de México» tampoco es conocido aún, ¿qué prisión y en dónde? Lo cierto
es que los alegatos en este recinto de Nueva York, desde donde se ve una parte
del famoso puente de Manhattan, llegaron a su fin.
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