* Sin el Plan B, las corcholatas pueden ser vetadas * Ni en las mañaneras, AMLO los puede promover * Contrato de 15 millones a los Farfán * Emigdio, Gutierritos y los disparates futboleros * De Frente, nuevo proyecto de Jorge Luis Torres
Mussio Cárdenas Arellano | 11 mayo 2023
Tribuna
Libre.- El
gandalla está herido, y fuera de sí. Destrozado su Plan B electoral, Andrés
Manuel bufa contra la Suprema Corte de Justicia de la Nación, agita a su recua
y amaga con llevar a juicio político a los ministros que lo obligan a respetar
la ley.
Desquiciado, López Obrador les ha llamado
mafia, que “ahora forman parte del supremo poder conservador”, que “están
actuando de manera facciosa”.
Les dice pandilla de rufianes que “están al
servicio de una minoría rapaz que se dedicó a saquear al país y que quieren
regresar por sus fueros, ahora con el apoyo del Poder Judicial”.
Tilda de “alteza serenísima” a los ministros
Alberto Pérez Dayán y Javier Lainez Potisek, uno por haber elaborado el
proyecto que determinó la inconstitucionalidad de la primera parte del Plan B y
el otro porque es el encargado del proyecto para la segunda parte.
Se mofa de la ministra presidenta, Norma
Lucía Piña Hernández, por haber recibido el premio de Derechos Humanos 2023 de
Asociación Internacional de Juezas, vociferando que esos reconocimientos se
pueden adquirir en la Plaza de Santo Domingo, aledaña al zócalo de la Ciudad de
México. Eso es violencia político de género.
El malviviente de palacio no repara en que la
plagiaria, la ministra fraude, la ratera que hurtó una tesis para obtener su
título como abogada por la Universidad Nacional Autónoma de México, es Yasmín
Esquivel, su protegida, la que sí dio el voto a favor del Plan B.
Resume: el Poder Judicial de la Federación
“está podrido”.
Agrede, ataca, insulta como si hubiera
perdido la razón. Ni el endemoniado de Gerasa vivía tal desenfrenó hasta que
Jesús lo apaciguó lanzando los espíritus malos a la piara que terminó
lanzándose a las aguas donde se extinguió el mal, según reza el episodio
bíblico de San Lucas.
Cierra la pinza el súbdito mayor, Ricardo
Monreal Ávila, que pasó de corchalata incómoda, el que amagó con ser el gestor
de la ruptura en Morena y eventualmente candidato de la oposición en la
elección presidencial, en 2024, a expresar que prefiere “ser nada” que
traicionar a López Obrador.
Monreal, con ese tono de constitucionalista
del que ya hasta sus amigos se ríen, salió con la zarandaja de que hay
facultades en el Congreso para pedir explicaciones a los ministros sobre su
actuar y eventualmente someterlos a juicio político.
Y soltó una lista de privilegios que el
sistema le ha conferido a los ministros que integran la Suprema Corte de
Justicia de la Nación y que, en efecto, son un exceso, pero del que gozan
togados como Olga Sánchez Cordero, ex secretaria de Gobernación de la pandilla
obradorista, y el mismo Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, al que López Obrador le
diseñó una reforma judicial con extensión de gestión como presidente de la Corte
y que ante el desfase y el alud de críticas se vio obligado a decir que mejor
no.
Otros senadores le han respondido a Monreal
que facultades no hay y que se respete la división de poderes, y de lo del
juicio político que mejor se olvide. Requiere de mayoría calificada y nunca la
va a alcanzar.
El amago es un chispazo del momento demencial
que vive Andrés Manuel. Y un coletazo del líder —ja— de la fracción
parlamentaria de Morena en el Senado de República, Ricardo Monreal. Este
“líder” ya sólo pastorea a Claudia Balderas, la que pidió licencia por un día
desde Bruselas, Bélgica, y echó a perder el vodevil.
Es el amago con el que intentan someter a los
nueve ministros por haber rechazado el bodrio electoral del mesiánico, y que
por cuestión de simple lógica habrán de aplicarle la misma a la segunda parte
del Plan B electoral, y de paso, al paquete de leyes aprobadas la Noche de
Xicoténcatl, entre el 28 y 29 de abril, donde se inventó un quórum inexistente,
no se debatió, no se realizó análisis en comisiones. Nada más mayoritearon como
cuando el PRI tenía todo el poder.
Como ocurrió con las leyes de Comunicación
Social y de Responsabilidades Administrativas (primera parte del Plan B), los
ministros determinarán que se violó el proceso legislativo y establecerán la
inconstitucionalidad de las reformas.
Los ministros —nueve de ellos porque Yasmín
Esquivel y Loretta Ortiz son parte de la secta— le demostraron a López Obrador
que la ley es la ley. Y si Morena y sus cómplices legislan al vapor, les
volverán a tirar sus reformas tramposas. Y si quiebran el proceso legislativo,
si ignoran a las minorías, si no incorporan las propuestas ciudadanas, las
reformas pejistas terminarán en el basurero.
El impacto de la inconstitucionalidad del
Plan B es, en el fondo, tema mayor. Con la actual legislación, ni Sheinbaum, ni
Ebrard, ni Adán Augusto, ni Monreal podrán ser elegibles para la candidatura de
Morena a la Presidencia, en 2024.
La constante violación a la ley por parte de
las corcholatas presidenciales —Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto
López Hernández y la cocholatita Ricardo Monreal, todos en campaña mientras
detentan cargo público o de elección popular, merece sanción.
El tema le quema las manos a López Obrador.
Si las corcholatas promovieron su imagen y la de su partido —pasarelas de
Morena en el Estado de México y Coahuila—, violaron la ley.
Si aparecían en espectaculares —“Es Claudia”,
“Ahora es Adán”—, violaron la ley.
Si impartían conferencias —Sheinbaum en todo
el país— o si presentaban libros —Ebrard en todo el país—, violaron la ley.
Si creaban sus propios foros para reclamar su
derecho a participar —Monreal—, violaron la ley.
Violaron flagrantemente las leyes de
Comunicación Social y de Responsabilidades Administrativas vigentes.
Y ese es el hueso que trae atorado López
Obrador. ¿Dónde? Sólo él lo sabe porque sólo él lo siente y sólo a él le
incomoda.
Con la legislación actual, las cuatro
corcholatas serían inelegibles para la candidatura de Morena o de cualquier
partido a la Presidencia de México.
Cuando López Obrador precipitó la carrera
presidencial, cuando dio la voz de arranque, luego de la elección intermedia de
2021, donde el bloque Morena perdió 13 millones de votos respecto a 2018,
cuando la oposición le arrebató la mitad de las alcaldías de la Ciudad de
México y lo rebasó en votos, imaginó que la reforma electoral constitucional,
pasaría en el Congreso. Pero no fue así. Error de cálculo. Falló.
De ahí, inventó el Plan B, un proyecto para
“destazar” al instituto Nacional Electoral, como expresó a senadores el
secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, y para solapar las
campañas anticipadas, la promoción personal de las corcholatas, la promoción de
Morena y los partidos aliados, el del Trabajo y el Verde Ecologista, sus
cómplices.
Con el plan B, podrían realizar actos
anticipados de campaña, colocar espectaculares, grabar spots, expresar
abiertamente su pretensión de ser candidatos, usar el emblema de Morena. No
habría riesgo de sanción.
Pero con la legislación actual, ni Sheinbaum,
ni Ebrard, ni Adán Augusto, ni Monreal podrían ser candidatos. Y si se aplica
la ley, pasando por el INE, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la
Federación les tendrá que negar el registro.
Y López Obrador se quedará sin sucesor a
modo.
Y no podría usar la conferencia mañanera para
promover a nadie, so pena de enfrentar sanciones por desvío de recursos
públicos. Ni levantarle la mano a Sheinbaum, como lo ha hecho sin ningún pudor.
De ahí la rabia y la locura, el desfase, el
insulto, usando improperios, llamando mafia a los ministros de la Suprema
Corte, pandilla de rufianes, corruptos que “forman parte del supremo poder
conservador”, que “están actuando de manera facciosa”, que “están al servicio
de una minoría rapaz.
Nunca se había visto tan fuera de sus cabales
a Andrés Manuel. Lo enloquece el fallo de los ministros porque el Plan B no es
solo un proyecto electoral sino el único proyecto que bulle en el atribulado
cerebro de López Obrador.
El Plan B es un pasaporte a la impunidad.
El Plan B era la treta para imponer al
sucesor, sacándole ventaja a la oposición.
Y la Suprema Corte lo aniquiló.
Archivo muerto
Qué generoso fue Álvarez Fontán. A los Farfán
les tiró un contrato por 15.4 millones de pesos, sin licitación. Hoy
defenestrado, acusado de desviar recursos, de usar a la SICT como plataforma
política, Ramón Álvarez Fontán tuvo además un gesto obsequioso: que los Farfán
se ganaran esa millonada en sólo un mes, y bacheando. El contrato número
2022-30-CBA-143-W-00-2022, contempla el bacheo superficial intensivo en tramos
aislados, relleno de deslaves y trabajos provisionales por fallas de obra de
drenaje de tubos de concreto de las carreteras que van de Coatzacoalcos a los
límites con Oaxaca, de Santiago Tuxtla a Acayucan, y de Paso del Toro a
Acayucan. El monto fue de 15 millones 445 mil 669.70 pesos. De acuerdo con el
contrato, la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes aceptó
“la cotización” presentada por la empresa KMP Enlaces, S.A. de C.V., cuyo
representante es Narciso Farfán Mun, ex dirigente de la Cámara Mexicana de la
Industria de la Construcción en Coatzacoalcos. El plazo de ejecución fue de un
mes, del 1 al 30 de octubre de 2022, y no tuvieron que presentar garantía de
cumplimiento por tratarse de obras de emergencia derivadas de los daños
provocados por las lluvias en 19 municipios de Veracruz; sólo se les requirió
la fianza de defectos y vicios ocultos. Quien mantenía el contacto con Álvarez
Fontán era Jacobo Farfán, hijo de Narciso Farfán, desde su cargo de líder de la
CMIC Coatzacoalcos. Al final, terminaron exprimiéndole todo el jugo que
pudieron a la SICT. Los privilegios de la 4T… ¿De quién son las ocurrencias de
andar dándole toque futbolístico al incipiente esfuerzo de Adán Augusto López
Hernández por ser corcholata de la sucesión? ¿De Sergio Gutiérrez Luna, el
diputado federal que a todo le tira y a nada le pega? ¿De Miguel Ángel Luna
Modesto, su jefe de prensa que en año y medio no ha logrado confeccionarle una
imagen medianamente aceptable? ¿De Emigdio Enríquez Merlín, contratista ligado
a Tony Macías, el ex suegro del ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte de
Ochoa, actualmente en prisión? De todos, el que enloquece por el futbol y por
algunos futbolistas —Kikín Fonseca, por ejemplo— es Miyo Enríquez. Y justo
cuando se insertó en la aventura de apoyar a Gutierritos Luna, fue cuando éste
apareció haciendo desfiguros con un balón de futbol en el salón de plenos de la
Cámara de Diputados, o cuando tres estrellas del futbol declararon estar muy
“Augusto”, en alusión a Adán Augusto, el secretario de Gobernación del que se
sabe, prefiere el beisbol, como su patrón, Andrés Manuel López Obrador. Alguien
le dio cuerda a los aspirantes a corcholatas, entre ellos Sergio Gutiérrez Luna,
y el experimento político-futbolero terminó siendo un desastre de imagen
pública y de violación a la legislación electoral… De Frente, un nuevo proyecto
periodístico de Jorge Luis Torres Marcos. Se transmite en tiempo real los
jueves por la noche en su fan page de Facebook. Su primer invitado, el teniente
coronel retirado, Carlos Cruz Orozco, ex candidato a diputado local y hoy al
frente de Movimiento Ciudadano en Minatitlán. Sus orígenes, su vida, su
formación, su visión para la petrolera ciudad, un cúmulo de anécdotas, los
sinsabores y las alegrías. Ante todo, un hombre de bien. De Frente será, sin
duda, una pasarela de figuras públicas. Un proyecto de alcances mayores,
sustentado en la experiencia de Jorge Luis Torres Marcos, con quienes tuvimos
la muy grata experiencia de realizar Al Día en 2018, año de elección
presidencial…
https://mussiocardenas.com/informe-rojo/117179/cuando-el-gandalla-termina-insultando-a-los-ministros